proceloso mar de la polí­tica” y fueron honestos, limpios y transparentes, como dice AMLO de Cuitláhuac Garcí­a Jiménez…

ROMPEOLAS: El primer polí­tico honesto según Mario Tejeda fue Fernando López Arias… Ex procurador de Justicia de la nación, ex senador de la república, nunca quiso coleccionar fortuna como interés superior… Siempre y por encima de todo el ejercicio de la polí­tica, la polí­tica-polí­tica… Jamás fue acusado en su larga y extensa vida pública de trastupijes… Nunca fue salpicado en su honor, ni siquiera, vaya, cuando su director de Seguridad Pública, el coronel Suárez Domí­nguez, se suicidó en una cárcel de Estados Unidos acusado de malas amistades…

ASTILLEROS: El segundo polí­tico en el altar de la honestidad en la lógica de Tejeda Tejeda es Patricio Chirinos Calero… Por ejemplo, dejó en caja un aproximado de dos mil 700 millones de pesos al sucesor, Miguel Alemán Velasco… Tampoco, igual que López Arias, le interesó hacer lana a la sombra del poder… Su vida giraba alrededor de la polí­tica-polí­tica… Quizá, claro, y como es lógico, la lucha por el poder, pero en ningún momento para enriquecerse… Tan es así­ que vive solo en la ciudad de México en un departamento modesto de su propiedad, y según las versiones, era, o es, asesor polí­tico de Carlos Slim Helú, el hombre más rico del paí­s…

ARRECIFES: Mario Vargas Saldaña, 4 veces diputado federal, presidente municipal de Veracruz, en la antesala de la candidatura a gobernador en el tiempo de Jesús Reyes Heroles como presidente del CEN del PRI, jamás anduvo en la polí­tica para hacer dinero… Todos los dí­as y noches viví­a a cien por hora la polí­tica… Se tomaba unas 40 tazas diarias de café y fumaba varias cajetillas de cigarros al dí­a… Prendí­a un cigarro con otro… Siempre, haciendo polí­tica… Horas y horas de cada dí­a cohabitando con polí­ticos y reporteros… Vivió “con la medianí­a de su salario” en un modestí­simo departamento en la ciudad de México…

PLAZOLETA: Juan Maldonado Pereda, 4 veces diputado federal, alcalde jarocho, secretario General de Gobierno en el Distrito Federal, secretario de Educación con Miguel Alemán Velasco, caminó por la vida y en la vida con una honestidad “a prueba de bomba”… Su vida giraba alrededor de la polí­tica y del estudio y la lectura de libros, el análisis, el diálogo, el debate… Nunca coleccionó ranchos, ganado, terrenos, lotes, departamentos, mansiones… Tení­a, claro, su casa en la Ciudad de México y en Veracruz… Y la única herencia a sus 4 hijos y esposa fue la historia de un polí­tico intachable… Y más en un paí­s en el primer lugar de corrupción pública en América Latina y en uno de los primeros lugares del mundo…

PALMERAS: Mario Tejeda estuvo más cerca de Mario Vargas… Lo acompañó en su boda en Xalapa cuando José Pagés Llergo, el legendario director del semanario Siempre! fue testigo… Y cuando asesinaron a su padre… Y en la travesí­a de aquella candidatura fallida a gobernador… Y conoció de su forma de vida… Los 4 son los santos laicos en el altar polí­tico de Mario Tejeda…