Dí­a 96, 436 crí­menes. Dí­a 97, 439 muertos. Dí­a 98, 442 muertos. Dí­a 99, 443.
Dí­a 101, 453 muertos. 47 feminicidios. 126 secuestros para entonces.
Dí­a 102, 458 muertos, 48 feminicidios.
Dí­a 103, 460 muertos. Dí­a 105, 477 homicidios. Dí­a 106, 484 muertos, 49 feminicidios. Dí­a 107, 495 muertos. 52 feminicidios.
Dí­a 108, 497 asesinatos. Dí­a 109, 503 muertos. Dí­a 112, 508 crí­menes.
Dí­a 115, 513 muertos. 56 feminicidios. Dí­a 116, 523 muertos. 58 feminicidios. Dí­a 117, 545 muertos. 62 feminicidios.
Dí­a 118, 555 muertos. 65 feminicidios. Dí­a 119, 558 muertos. 66 feminicidios. Dí­a 120, 563 asesinatos. 67 feminicidios.
Dí­a 122, 581 muertos. 70 feminicidios. Dí­a 124, 591 asesinatos. 72 feminicidios.
Dí­a 125, 597 asesinatos. 72 feminicidios. Dí­a 126, 606 crí­menes. 74 feminicidios. Dí­a 127, 611 asesinatos.
Dí­a 128, 616 homicidios. 75 feminicidios. Dí­a 129, 618 asesinatos. 76 feminicidios. Dí­a 130, 621 asesinatos.
Dí­a 132, 624 homicidios. 80 feminicidios. Dí­a 135, 643 crí­menes. 81 feminicidios. Dí­a 136, 647muertos.
Dí­a 137, 654 muertos. Dí­a 138, 665 crí­menes, 83 feminicidios. Dí­a 140, 690 asesinatos, 90 feminicidios.
Dí­a 144, 707 muertos. 91 feminicidios.
Dí­a 147, 724 crí­menes, 94 feminicidios.
Dí­a 148, 728 asesinatos.
Dí­a 149, 733 crí­menes.
Dí­a 150, 737 asesinatos, 94 feminicidios.
Dí­a 153, la antologí­a de la muerte en Veracruz llegó a 743 asesinatos, entre ellos, 94 feminicidios y 33 niños asesinados.
Es, por lo pronto, la estadí­stica de la muerte que todos los dí­as, desde el primero de diciembre del año 2018, el reportero Antonio Osorio Ojeda lleva puntual, revisando en cada nuevo amanecer los medios impresos y digitales, más allá de la versión oficial.

TODOS, AL FESTIVAL DE SALSA

Graves, graví­simos los pendientes sociales en Veracruz.
A: Uno de cada 3 jefes de familia lleva el itacate y la torta a casa con el ingresito derivado del changarro en la ví­a pública vendiendo tacos y tortas con refresco de cola.
B: Un millón de paisanos, migrantes en Estados Unidos y en el Valle de San Quintí­n, en la frontera norte, en realidad, campos de concentración.
C: Veracruz, en el primer lugar nacional en la producción y exportación de trabajadoras sexuales que vendiendo su cuerpo garantizan la comida en casa.
D: Veracruz, pródigo en recursos naturales, habitado por una población en la miseria y la pobreza. Un millón de paisanos solo hacen dos comidas al dí­a, y mal comidas, por tanta jodidez. 200 familias, dueñas del 60 por ciento de la riqueza estatal.
E: Además, el desempleo, el subempleo y los salarios de hambre.
Pero de todos los males sociales de la caja de Pandora en el territorio jarocho, la inseguridad, por un lado (tarea de la secretarí­a de Seguridad Pública) y la procuración de justicia que lleva a la impunidad (tarea de la Fiscalí­a) integran el eje comunicante de la peor pesadilla.
Y es que además de vivir en la jodidez, angustiados porque la quincena alcance para lo elemental, sin ahorrar un centavito cada quincena, el peor infierno, el peor entre los peores, es vivir cada dí­a y cada noche en la incertidumbre y la zozobra.
Y sin embargo, bendito sea el chamán, el gabinete legal y ampliado del gobierno de Veracruz atragantándose el dí­a del desfile obrero delante de todos los trabajadores con un festí­n grastronómico.
El mensaje es claro y directo:
A todos ellos, les vale la tranquilidad en el diario vivir y la paz social.
Allá que el pueblo sangre. Allá que cada vez existan más hogares enlutados y más niños huérfanos y más hombres y mujeres viudas y más padres ancianos en la deriva.
Mientras la elite gobernante en turno del poder efí­mero esté feliz, lista para el Festival de Salsa, bendito Dios.

PARIDOS POR LOS DIOSES…

He ahí­ la numeralia de la muerte. Nadie la inventa. Tampoco fue extraí­da de una novela de terror. Cada crimen puede ser consultado en la hemeroteca. Si un lector agita tantito el periódico escurre sangre. Y si lo zangolotea salen huesos. Y si vuelve a zarandear caen cadáveres.
Desde el lado oficial, por ejemplo, han recurrido a un pretexto insulso, infantil, diciendo que antes, en la yunicidad y en el duartazgo, nadie hablaba y todos permanecí­an callados.
¡Vaya futilidad!
Bastarí­a revisar la hemeroteca de los periódicos para comprobar la indignación crónica tanto social como parte mediática, y las marchas y manifestaciones y el discurso de una parte polí­tica, inconforme, irritada, molesta, encorajinada con la inseguridad en aquel tiempo.
Eso pasa cuando se crea y recrea “un mundo color de rosa” y cuando las elites gobernantes se creen y sienten “paridas por los dioses”.
Y más, cuando a sí­ mismo se denominan “Siervos de la nación”, chairos, los ángeles de la pureza de la 4T, los enviados de Dios, los iluminados.
Cierto, cierto, cierto, cuando MORENA entró al palacio de Xalapa, los carteles ya estaban aquí­.
Pero al mismo tiempo, 5 meses y una semana después, los carteles aquí­ continúan porque siguen encontrado tierra fértil, el paraí­so terrenal, los vientos favorables, con todo y la presencia de la Guardia Nacional y la Fuerza Civil.