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Diario de un reportero
Sábado 04 mayo, 2019

Alcaldes armados

Todos, a empistolarse
•Matar en defensa propia
•La ley del más fuerte


DOMINGO
Alcaldes armados



Pronto, los alcaldes de Veracruz se serán como los políticos de la primera mitad del siglo XX. Una iniciativa los alienta. Luego del asesinato de la presidenta municipal de Mixtla de Altamirano, su esposo y el chofer del Ayuntamiento, ya pusieron en la cancha política andar armados.
Incluso, cabildean la posibilidad con el secretario de Seguridad Pública, quien, originario de Nuevo León donde fue policía y fiscal, dice, en su primer acto público, efectuado en Coatzacoalcos, se presentó con pistola al cincho.
Y cuando le preguntaron las razones contestó con frase bíblica:
“Siempre he andado así”.
Ahora, los alcaldes locales sopesan la posibilidad. Llegar al palacio, armados. Ejercer el poder, armados. Gobernar, armados. Dormir, con la pistola en la cabecera.
Plutarco Elías Calles llegando armado al Palacio Nacional.

Luis Velázquez

LUNES
Todos, a empistolarse


El primer alcalde en lanzar la pelota fue Magdaleno Juárez Pérez, de Xoxocotla.
“¿Cómo nos defendemos?” se preguntó. Y él mismo se respondió:
“Armados”.
Luego, su homólogo de Rafael Lucio, José Allan Riveros Alba, se miró, incluso, ya armado entrando al palacio municipal.
Se ignora si se trata de un simple fuego pirotécnico. Acaso, elemento distractor.
Pero de ser así­, caray, y ni modo, el resto de la población bien puede argumentar que también se armará.
Por ejemplo, y como en Veracruz han asesinado a trece polí­ticos y lí­deres sindicales en los últimos 5 meses, entonces, hasta algunos secretarios del gabinete legal del gobierno de Veracruz, los diputados locales, los magistrados del Tribunal Superior de Justicia, los jefes de la Fiscalí­a, y hasta los reporteros, bien podrán armarse para trabajar cada dí­a.
Luego, claro, la población que así­ lo deseara y concibiera, también se armarí­a.
Y como van varios asaltos en moteles a los clientes amorosos, entonces, las parejas, y más las furtivas, también se armarí­an para sus encerronas.
En vez de una campaña de despistolización, la mitad de la población y la otra mitad andarí­a empistolada para gloria del secretario de Seguridad Pública.
“Necesitamos andar armados” claman y proclaman los ediles de la montaña negra de Zongolica.

MARTES
Asesinar en defensa propia


La Fuerza Civil para pacificar Veracruz fue insuficiente. Insuficientes también las cámaras de videovigilancia.
Insuficientes los retenes en las carreteras para detectar a malandros.
Insuficientes las policí­a municipal y estatal.
Y si las guardas comunitarias de Soledad Atzompa, el Valle de Uxpanapa y Las Choapas están cimbrando a Veracruz, entonces, la conseja popular vislumbra la posibilidad de armarse.
Claro, armarse implica varias acciones, entre ellas, las siguientes:
Uno. Aprender a utilizar la pistola y aprender a disparar.
Dos. Practicar el tiempo necesario para afinar la punterí­a.
Tres. Hacerse a la conciencia de andar armado, y como dijera Manuel Buendí­a, el columnista asesinado en el segundo año del presidente Miguel de la Madrid, “me tendrán que matar por la espalda porque soy buen tirador”, y como de hecho y derecho, lo asesinaron.
Para entonces se verí­a si un alcalde tiene fuero y si el fuero le alcanzarí­a para matar en defensa propia a un grupo de sicarios que como en el caso de la presidenta municipal de Mixtla de Altamirano lo emboscaran en la noche en despoblado en la región serrana.
Y si se considera que son 212 alcaldes…
Más unos 1,500 sí­ndicos y regidores…
Más 8 mil reporteros que decí­a Javier Duarte…
Más la población que decidiera armarse, entonces, las escuelas para el manejo de armas será un negocio próspero en un Veracruz revolcado.

MIÉRCOLES
La ley del más fuerte


El ciudadano común que todos los dí­as vive con sencillez pensarí­a que la idea edilicia de armarse significa un desliz, una ocurrencia, una vacilada.
Claro, nadie dudarí­a de que los alcaldes de las regiones indí­genas de Veracruz (Chicontepec, Otontepec, Papantla, Zongolica, Misantla, los Valles de Santa Martha y Uxpanapa y Soteapan) necesitan armarse, de igual manera que la población.
Pero armarse es un riesgo y la vida y la paz pública serí­an peor.
Los carteles, con más de 26 años de estar convertidos en los dueños de la entidad federativa, jamás retrocederí­an ante un alcalde y su cuerpo edilicio armados.
Y por añadidura, se darí­a paso a un fuego cruzado, y en donde los malandros llevan las de ganar pues están mejor armados, entrenados, incluso, en campos especiales, conscientes de que solo con balazos y tiros se imponen.
La ley del más fuerte.
Además, la ley de Talión en donde predomina la regla universal del “ojo por ojo y diente por diente”.
El viejo oeste. Las pelí­culas de los hermanos Almada. Charles Bronson en su serie fí­lmica de “El cazador solitario”.
Un Veracruz así­ darí­a paso a la era de las cavernas donde “el hombre era el lobo del hombre”. Un mundo sin leyes. El desorden.

JUEVES
El viejo oeste en Veracruz


Serí­a, claro, un mundo folclórico y pintoresco.
Un alcalde de la sierra de Zongolica, por ejemplo, donde la idea de armarse sigue abriendo brecha, llegarí­a al palacio cada mañana, primero, armado, seguido por su escolta, armados todos, y seguido por los ediles, armados.
Pasado un ratito, llegarí­an al palacio montados en su caballo al que amarrarí­an del árbol más cercano, igual que en las pelí­culas del viejo oeste.
Quizá también con chalecos anti balas.
Para entonces, la frivolidad se los habrí­a tragado y entre los ediles habrí­a competencia, primero, para ver quién trae la mejor pistola, y segundo, en la lógica de Joaquí­n Guzmán Loera, El chapo, le pondrí­an diamantes a sus pistolas, su nombre grabado en oro en las cachas, y hasta botas tejanas.
Nunca faltarí­a el cantautor del pueblo o de la región que les compusieran una rola donde cantaran sus proezas.
Por ejemplo, y como la violencia es inevitable y está creciendo, quizá por ahí­ enfrentarí­an a unos malandros y matarí­an a uno que otro y su hazaña serí­a contada en una canción tropical, a tono con el Festival de Salsa.

VIERNES
“Las fuerzas del mal”


En la historia local se sabe de ediles asesinados “por las fuerzas del mal” como dice la profesora y senadora de la república, Gloria Sánchez.
Pero nunca se ha conocido de alcaldes que han eliminado a sicarios de los carteles.
La hora, sin embargo, habrí­a llegado…, en caso de prosperar la iniciativa para armar a los ediles.
Y si un presidente municipal fuera autorizado para empistolarse, entonces, y por añadidura, el fuero llegarí­a a la familia y hasta la esposa y los hijos tendrí­an permiso oficial para armarse.
Un pueblo, entonces, sin ley. Mejor dicho, donde cada quien impondrí­a la suya.
Incluso, y así­ como el alcalde de Boca del Rí­o sueña con hermanarse con varios rincones del mundo (Panamá que ya tiene, y Madrid y Medellí­n, ¡vaya locura populista!), procederí­a hermanar lo más pronto posible a Veracruz con Texas para facilitar la compra masiva de armas para los ediles.
Y más, cuando el gobernador priista de Oaxaca, Alejandro Murat, satanizó a Veracruz y ordenó a sus corporaciones policiacas levantar un cerco en la frontera sur para evitar que los malandros caminen a la tierra de Ricardo Flores Magón, Benito Juárez, Porfirio Dí­az y José Vasconcelos, las locuras que vivimos…


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