La mañana de este domingo se realizó un homenaje luctuoso a la periodista Regina Martí­nez, corresponsal de La Jornada y la Revista Proceso, asesinada el 28 de abril del 2012.
Alrededor de las 11:00 horas, un puñado de personas --activistas a favor del medio ambiente, familiares de personas desaparecidas y periodistas veracruzanos””se reunieron en las escalinatas de Plaza Lerdo, para honrar su memoria.
Norma Trujillo Báez, integrante del Colectivo de periodistas Voz Alterna, dijo que a siete años del homicidio de Regina Martí­nez, la Fiscalí­a General del Estado no ha entregado resultados satisfactorios.
“La fiscalí­a ”“antes Procuradurí­a- no ha hecho nada, solo se dijo que fue encontrada estrangulada en su domicilio en la Colonia Reforma, en la capital del estado. Y se encasilló el crimen con un móvil de robo y pasional”.
Las autoridades, acusó, omitieron investigar su trabajo como periodista, y dejaron muchas interrogantes abiertas en que en el expediente de investigación ministerial 19/2012PC:
“¿Dónde están las muestras de la piel que tení­a en sus uñas a la hora de ser asesinada?, ¿Por qué el perfil de ADN de las gotas de sangre encontradas en la escena del crimen no coinciden con los acusados? ¿Dónde están las sábanas de llamadas de sus teléfonos celulares? ¿Qué dice el dictamen de sus correos electrónicos y de la computadora? ¿Dónde está el análisis de grupos de intereses que afectó con sus trabajos de investigación?”, cuestionó.
Norma Trujjillo lamentó la falta de resultados ofrecidos por los gobierno de Javier Duarte (2012-2016), Miguel íngel Yunes Linares (2016-2018), y los cuatro meses de Cuitláhuac Garcí­a, “quien tampoco ha mando una señal clara de que se buscará hacer justicia a los periodistas asesinados”.
Antes que Norma Trujillo, tomó la voz Elfego Riveros Hernández, integrante de Radio Teocelo y amigo personal de la excorresponsal de Proceso, quien reconoció entre los atributos de Regina Martí­nez un gran compromiso con la verdad y la generosidad.
“Ella solí­a prestar su nombre, su voz, y su pluma para visibilizar y hacer escuchar a ví­ctima del sistema”.
Consideró que su muerte y la de más de 20 periodistas en Veracruz en los últimos ochos años, “es una altí­sima cuota de sangre que han pagado periodistas por investigar y publicar la verdad”.
Si Regina Martí­nez viviera, dijo Elfego Riveros, exigirí­a tres cosas: “No más maridaje entre gobiernos y medios de comunicación con cargo el erario público, que terminan estrangulando el derecho a la información y la libertad de expresión. Sí­ a una polí­tica pública orientada a preservar y dignificar el auténtico oficio periodí­stico. Y tres, que sean los lectores, los oyentes y los televidentes quienes certifiquen a los medios de comunicación, según las buenas prácticas".
Cristina Almazán, de La Asamblea Veracruzana de Iniciativas de Defensa Ambiental (Lavida) y quien coincidió con Regina al inicio de los 90´s, reconoció que el trabajo de la corresponsal de Proceso siempre estuvo cerca de las organizaciones de sociedad civil, los campesinos, los indí­genas, las mujeres en defensa de sus derechos, los ambientalistas y las madres que buscan a sus hijos desaparecidos.
“Pero hiciste más que eso, Regina, pusiste el dedo en la llaga de la corrupción, en el contubernio de los funcionarios con el crimen organizado, y antepusiste tu entereza y convicción ante la tentación de la vida palaciega”.
Durante el homenaje, Voz Alterna entregó el premio periodí­stico Regina Martí­nez a Jair ívalos, por su destacada labor dentro del gremio periodí­stico veracruzano.
“Justicia y verdad para Regina Martí­nez y para cada uno de los periodistas asesinados en Veracruz y el resto del paí­s”, dijo ívalos, originario de Tierra Blanca.