Luego, reviró.
Entonces, y después del plantón de los antorchistas cambió de estrategia y apareció en público con escoltas privilegiados, entre ellos, marinos y una primera gacela, una mujer policí­a vestida de civil, en el mejor estilo de AMLO, el presidente, a quien protegen diez gacelas.
Al momento, ninguna gacelita se ha visto que lleve del brazo al presidente de la república en un evento o gira, pero en cambio, el alcalde Hipólito Rodrí­guez decidió que su gacela lo tome y así­ caminan.
“Hay inseguridad en Xalapa” dijo.
Y ni modo, cuando el paisaje urbano y suburbano y rural de la capital chorrea sangre, nada mejor que marinos y una gacela blinden al presidente municipal.
Y más, cuando en los últimos 4 meses y medio, activistas sociales, polí­ticos y lí­deres sindicales han sido asesinados.

DOS. Carteles merodeando…

El alcalde “se curó en salud” y precisó a los quisquillosos que únicamente lo cuidan “Dos o tres” marinos.
Claro, más policí­as ministeriales suele asignar la Fiscalí­a a polí­ticos y lí­deres afines.
Pero, con todo, a AMLO, además, lo cuida el pueblo y que en Xalapa, con el edil, nunca ha sucedido en los quince meses y medio que lleva ejerciendo el poder.
El privilegio de ser polí­tico y autoridad.
Escoltas con cargo al erario, aun cuando en el caso de los marinos, el gobierno federal los pagará.
La ley, se dirá, lo permite.
Y más, cuando los furiosos antorchistas en defensa de lo que llaman sus derechos se han expresado, con todo y que el director de Gobernación municipal, don Juan Vergel, se lanzó contra ellos y ojalá ni un ataque de caspa sufriera.
Durante más de un año, el alcalde pasó sin escoltas. Pero la violencia está recrudecida y significarí­a una temeridad andar solo.
Y más, cuando trasciende, un nuevo cartel, el llamado Cartel del Siglo, ha aparecido en la cancha pública, dada la jugosa plaza Veracruz.

TRES. “Todo bajo control”

Ha de preguntarse cuántos presidentes municipales tienen escoltas, quizá marinos y/o soldados, policí­as estatales y municipales, y gacelitas de por medio para estar a tono con la república amorosa.
La floreciente industria de los escoltas y guardaespaldas en su más alto decibel.
Grave que el mismito alcalde reconozca que “en Xalapa hay inseguridad” y que, por lo demás, constituye un precedente, y más cuando en el palacio de enfrente cacarean que aquí­ “todo está bien”, y que “vendrán tiempos bonitos, muy bonitos”.
Y cuando, de ñapa, el secretario de Seguridad Nacional, Alfonso Durazo, diciendo que “en Veracruz todo está bajo control”.
Tan “bajo control” que una diputada morenista, ex panista, tuvo la ocurrencia genial de un Toque de Queda para las mujeres como solución salomónica para disminuir el feminicidio.
Tan “bajo control” que el alcalde de Coatzacoalcos tuvo otra ocurrencia genial de anunciar que dialogarí­a con los malandros para convencerlos de que andan en el camino del mal y vuelvan al redil.
Tan “bajo control” que en muchos pueblos hay virtuales Estados de Sitio y apenas pardea la tarde las familias se concentran en sus casas.
Guapa la gacelita que cuida al presidente municipal de Xalapa y que hace juego con los marinos y soldados uniformados y armados a su lado.