Se basa en datos del Secretario Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (La Jornada-México, Eirinet Gómez López).

PASAMANOS: La numeralia significa que en cada uno de los doces meses del año 2018 fueron ejecutadas unas treinta y dos mujeres, aproximadamente.
Se ignora, por lo pronto, el estado penal. Sabrá el chamán y las ONG si hay detenidos y sentenciados en la mayor parte de los casos.
O al revés, ninguno. Pocos. Escasos. Con todo y que “una golondrina rara vez anuncia el verano”.
Y en contraparte, en los tres meses y medio del sexenio obradorista en Veracruz han asesinado a 52 mujeres.
Lo anterior significa si creemos en Pitágoras que por mes han asesinado a trece mujeres.
Trece mujeres en el gobierno actual ante las 32 asesinadas por mes en el bienio azul equivalen a que la ola, mejor dicho, tsunami del feminicidio camina a la baja.

CORREDORES: Desde luego, toda vida humana es invaluable. Y atrás de cada mujer asesinada hay, y por ejemplo, hijos huérfanos, parejas viudas, padres ancianos a la deriva social y económica, hogares enlutados, familias que lloran su ausencia.
Y más, cuando como en muchos casos, fueron decapitadas, ultrajadas, cercenados, sepultadas en fosas comunes.
Se dirá que el estado de México lleva la delantera en el feminicidio, entidad vecina de la metrópoli más grande del mundo.
Y sin embargo, nada justifica el crimen de mujeres.

BALCONES: La secretarí­a de Seguridad Pública, primer filtro del llamado Estado de Derecho para garantizar la vida y los bienes, y la Fiscalí­a, el primer filtro de la procuración de justicia, han de aplicarse.
La semana anterior, una marcha más en contra del feminicidio efectuada en Córdoba.
La iglesia de Orizaba, en todas sus parroquias, en cadena de oración para que baje, disminuya, mejor dicho, desaparezca, oh utopí­a social, el asesinato de mujeres.

PASILLOS: Se ignora si a las 380 mujeres asesinadas en el año 2018 les alcanzó, les está llegando, la procuración de justicia.
Incluso, si hay averiguaciones previas, expedientes penales abiertos y seguidos, explorados y continuados, como dice el clásico, “hasta las últimas consecuencias”.
Se ignora, si por el contrario, habrí­an quedado en la impunidad, pues, además, la conseja popular es sabia y advierte que un nuevo crimen hace olvidar el anterior y el anterior y el anterior, y de pronto, ¡zas!, todos quedan en el olvido para atender el último y el penúltimo.
Y más, cuando la resignación familiar y la (des)memoria colectiva se atraviesan.
Y más, cuando ahora van ya 52 feminicidios que incluyen mujeres decapitadas, por ejemplo, el más alto decibel de la saña y la barbarie.

VENTANAS: Hay dos Alertas de Género. Incluso, algunas voces piden una tercera. Otras, en cambio, un mejor mecanismo para atender la emergencia. Otras, como el Observatorio, señalan “la indolencia de los dos poderes locales y el gobierno federal”.
El caso es que de acuerdo con la antologí­a del feminismo en Veracruz, la piel social se enchina por el siguiente dato:
De Miguel Alemán Velasco (1998/2004) a Fidel Herrera Beltrán (2004/2010) un total de 729 mujeres fueron asesinadas.
Un hecho, claro, es el asesinato, es decir, la inseguridad, y el otro, la procuración de justicia, es decir, la impunidad.
Nunca la autoridad se ha detenido a revisar con microscopio la aplicación de la ley ante tantos crí­menes de mujeres.

PUERTAS: Según la maestra Estela Casados, hay en Veracruz un desdén por la vida femenina.
El obispo de Veracruz, Carlos Briseño Arch, levantó la voz como ministro de Dios pidiendo un alto al feminicidio. “Se deben investigar los móviles de los asesinatos” (Diario de Xalapa, Danytza Flores).
Flores), dijo, en referencia a que unos son los homicidas fí­sicos y otros los intelectuales, aun cuando se dieran casos donde unos y otros sean los mismos.
Ante todo, refirió, el respeto a la vida y a la dignidad del ser humano, y lo que, claro, está en juego.
Habló, incluso, de prevenir el asesinato de mujeres, cuando, caray, todo Veracruz y el paí­s están chorreando sangre femenina y bastarí­a referir aquella pelí­cula de Jennifer López interpretando a una reportera y Antonio Balderas al director de un periódico que sigue la pista a los feminicidios en Ciudad Juárez.

CERRADURAS: El Sistema Nacional de Seguridad Pública trascendió su estadí­stica del feminicidio.
En el mes de enero, 304 mujeres asesinadas en el paí­s.
Jalisco, 33. El Estado de México, 28. Guanajuato, 24. Baja California, 21. Chihuahua, 15.
Pero de esa lista, y en los crí­menes calificados como feminicidios, la numeralia quedó de la siguiente manera:
Veracruz, en primer lugar, con once.
El Estado de México, en segundo lugar, con 9.
Puebla, 7. Chihuahua, 6. Nuevo León, 6.
Es decir, si en el gobierno de MORENA en Veracruz, en términos generales disminuyó el crimen de mujeres, visto como feminicidios, la tierra jarocha quedó en primerí­simo lugar, con todo y que para las activistas un homicidio doloso de mujer y un feminicidio “es una cuestión sin sentido”. Son lo mismo.