David Reyes Carrillo, de 32 años, fue sepultado ayer en la zona rural del sur de Veracruz, en el municipio de Las Choapas. Horas antes, su familia lo encontró muerto después de nueve dí­as de haber sido privado de la libertad.
El joven ganadero y trabajador del campo fue privado de la libertad el pasado ocho de marzo en el ejido Francisco Villa, de Las Choapas, ubicado a unos kilómetros de la súper carretera Ocozocoautla-Las Choapas-Raudales.
Su familia rechazó el apoyo de la Unidad Especializada en Combate al Secuestro (UECS) y prefirieron negociar directamente.
Trascendió que hubo una petición económica por 3 millones de pesos, sin pruebas de vida, lo más que pudieron bajarlo fue a un millón de pesos.
Su caso ha sido todo un drama entre los pobladores de la zona rural de Veracruz desde Las Choapas, Minatitlán y Valle de Uxpanapa, dónde la vigilancia y la prevension del delito son nulas.
El caso ocurre en medio de la polémica por la violencia que se ha disparado en Veracruz, y el incremento por más del 50 por ciento en casos de secuestro, tema que incluso ha Sido reconocido por el gobernador Cuitláhuac Garcí­a Jiménez.
En uno de sus últimos informes, Alto al Secuestro volvió a poner a Veracruz en el número uno de la lista con más denuncias por este delito.
Aunque en el caso del ganadero hubo negociaciones, el joven resultó asesinado dentro de las primeras horas del plagio, esto lo constata el avanzado estado de putrefacción en el cual resultó localizado su cadáver, flotando en un canal unos cuantos kilómetros del sitio donde habí­a sido emboscado el pasado ocho de marzo como a las ocho de la noche.
Una nota del reportero Armando Serrano, de las Choapas, consigna que el dí­a que fue encontrado, los campesinos y ganaderos estrellaban sus machetes contra la carretera en señal de rechazo y molestia a lo que estaba pasando.

Cuando la policí­a estatal llegó al sitio para tomar conocimiento fueron echados -dice la nota de Armando Serrano- pues la familia les recriminó no haber hecho lo suficiente para encontrarlo con vida.
Pero la misma SSP documentó el uso de una aeronave para buscar a la ví­ctima.
Con esos sobrevuelos la SSP buscaba colaborar con las brigadas de ganaderos y habitantes del ejido Francisco Villa que salieron durante esos dí­as a peinar la zona en busca de la ví­ctima.
En caravanas de varias camionetas los hombres del campo anduvieron varios dí­as por cerros, pantanos, selvas y corrales para el ganado buscando al secuestrado y no dio resultados.
Irónicamente el cadáver apareció muy cerca del sitio donde le privaron de la libertad. También fue localizado por caporales que realizaban tareas del campo y que dieron parte a la familia.
Durante el sepelio se mencionaron hermosas palabras para recordar la memoria de David Reyes, quien pertenecí­a a una iglesia adventista.
Sus hermanos de religión pidieron que brindarán todo el apoyo a la familia para que supere la tragedia y aprendan a perdonar el gran daño causado por los secuestradores.
Eugenio Reyes, padre del finado, al que ahora le tocará criar los dos nietos, dijo en el funeral que necesita mucha ayuda para encontrar justicia y que no escapen los asesinos.
El último adiós al ganadero fue entre oraciones y palabras reflexivas de los asistentes, la mayorí­a pobladores de la zona rural del sur de Veracruz, una franja de tierra entre Las Choapas, Uxpanapa y Minatitlán que por años ha estado abandonada y dónde proliferan los grupos que toman la justicia en mano propia, como el ajusticiamiento, el domingo pasado, a un joven que disparó a su esposa y la mandó a terapia intensiva.