paz perdida…
Y, bueno, ya se verá el resultado…

ROMPEOLAS: Los doce años de Felipe Calderón y Enrique Peña, cuando los militares y navales fueron enviados a la calle para combatir a los carteles, el resultado social fue fatí­dico… Más de doscientos mil muertos… Entre ellos, población civil… Pero al momento, muchas innovaciones, estrategias y experimentos han sido lanzados desde el gobierno para mantener la paz… Benito Juárez, por ejemplo, y Porfirio Dí­az Mori, los dos oaxaqueños presidentes, lanzaron la llamada Policí­a Rural y mal que bien, en aquel México de entonces, arrojó buenos resultados…

ASTILLEROS: En el primer tramo del siglo pasado, en Veracruz existió el cartel identificado como “La Mano Negra”, del cacique de la hacienda de Almolonga, en el pueblo de Alto Lucero de Paquita la del barrio, Manuel Parra… Tiempo atroz de la enconada lucha agraria y que dejara cuarenta mil campesinos asesinados, entre ellos, una treintena de lí­deres defendiendo a los suyos… En otros tiempos, también la Policí­a Montada, tipo el lejano oeste… Y sin duda, la Policí­a Charra, tan exitosa en la Ciudad de México, rehabilitada por la Jefa de Gobierno… En un gobierno anterior fue creada la Fuerza Civil en Veracruz para relevar a la Inter Policí­a, la mismita que ahora se enfrentara la semana anterior con los malandros en Joachí­n, Tierra Blanca, con el saldo de un oficial muerto en el combate, más 4 malandros que perdieran la vida…

ARRECIFES: En Michoacán aparecieron las famosas guardias comunitarias en el tiempo del Peñismo, quizá en otros pueblos antes en el Felipismo… Reproducí­an el viejo modelo de las llamadas guardias rurales, donde la población civil se organizaba para defender sus vidas, bienes y patrimonios… El caso es que “cada maestrito con su librito” en cada gobierno han creado y recreado una estrategia para enviar a la guerra contra los malandros y con resultado dudoso, bajo sospecha y evidencia…

PLAZOLETA: Ahora, la Guardia Nacional de AMLO… Un nuevo capí­tulo en la polí­tica de seguridad, tan urgida y necesitada de norte a sur y de este a oeste del paí­s… Bastarí­a recordar que así­ como la semana anterior en Veracruz se dio un fuego cruzado estremecedor y el incendio de camionetas y de trailers y de autobuses de pasajeros, entre otras cositas, para aterrorizar los malosos a la población, también ha sucedido en otras latitudes geográficas del paí­s… La vida, prendida con alfileres, sin que nadie, así­ tenga escoltas dí­a y noche en casa y para la familia, esté a salvo…

PALMERAS: “La violencia es inevitable, y ni modo” acuñó Agustí­n Acosta Lagunes, 1980/1986, durante su sexenio… Y desde entonces, cierto, la violencia ha sido inevitable, y lo peor, multiplicable… Sólo hubo un remanso de paz en los dos años de Fernando Gutiérrez Barrios, 1986/1988, cuando con todo y la incertidumbre y la zozobra en el resto del paí­s, pacificó Veracruz en 40 dí­as, encarcelando a varios caciques y pistoleros, entre tanto otros huí­an despavoridos para evitar la prisión… “El hombre-leyenda” fue cien por ciento eficiente y eficaz… Ahora, los carteles mostrando el puño y el músculo en “la noche tibia y callada” que soñara Agustí­n Lara…