cargando

En twitter:

Barandal
Lunes 18 marzo, 2019

Guerra en Veracruz

•La misma guerra del paí­s
•La fiesta de las balas

ESCALERAS: Hay en Veracruz una guerra. Es la misma guerra del paí­s. Aquella entre las corporaciones policiacas y los malandros. La misma guerra que en otros tiempos flagelara a Colombia.
El negocio de la droga. Y del secuestro. Y del huachicoleo. Y del cobro de piso. Y de la prostitución. Y de la venta de protección. Y de la prostitución. Y de los migrantes. Y de los asaltos a bancos y comercios. Y del robo de automóviles.

Luis Velázquez

Una guerra que ya lleva, y para la desgracia social, más de doce años. Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto.

PASAMANOS: En los dí­as y noches de MORENA que corren, la guerra alcanzó su más alto decibel el viernes 15 de marzo.
Fue en Tierra Blanca y sus alrededores. Los malandros emboscaron a la Fuerza Civil. Según las versiones, el tiroteo duró dos horas. Dos horas de angustia de la población civil.
Unos cincuenta sicarios contra los policí­as.
Un oficial muerto. Cuatro malandros muertos. Camionetas incendiadas.
“El infierno tan temido” de que hablaba Sor Juana Inés. Un infierno que se ha perpetuado en la tierra fértil que es Veracruz.

CORREDORES: En su tiempo, Miguel íngel Yunes Linares y Javier Duarte lo decí­an así­:
La violencia crece, inacabable, porque el gobierno de Veracruz y las fuerzas federales está combatiendo a los carteles y cartelitos.
Ahora, claro, y de entrada, podrí­a repetirse la misma tesis.
Veracruz chorreando sangre en su escenario de la muerte: secuestros, desapariciones, asesinados, mujeres decapitadas, cadáveres cercenados, cadáveres flotando en los rí­os y lagunas, tirados entre cañaverales y a orilla de las carreteras y en la ví­a pública, más fosas clandestinas.

BALCONES: La vida en Veracruz sigue igual de rí­spida y canija que antes. Muchas familias están migrando. Se han ido a otras entidades federativas. A la Ciudad de México. Incluso, a Estados Unidos, soñando con librar la violencia.
Ojalá.
Pero el grueso de la población aquí­ estamos. Y cada dí­a se padece el infierno. Nadie tiene la vida comprada. Nadie está seguro de llegar a la noche. Así­ tenga, incluso, escoltas.
Es el signo del tiempo histórico. Y ni modo que en tres meses y dí­as, el gobierno de la izquierda borre de un plumazo a los carteles y cartelitos.
Zavalita, el reportero de la novela “Conversaciones en la catedral” de Mario Vargas Llosa lo resumirí­a en cuatro palabras:
“¿Cuándo se jodió Veracruz?”

PASILLOS: Hay cosas que resultan insólitas, quizá explicables, nunca justificables, ante el desempleo, el subempleo y los salarios de hambre.
El reporte oficial es que cada vez más sicarios y pistoleros mueren en el fuego cruzado por la policí­a.
Y al mismo tiempo, pareciera que los malandros integran un equipo incalculable, cuando y por ejemplo, 50 sicarios emboscaron a la Fuerza Civil en los alrededores de Tierra Blanca.
Inverosí­mil, por ejemplo, la capacidad de los jefes máximos, anexos y conexos, para tener tanto personal a su cargo, como si se multiplicaran igual que los conejos.
Además, dispuestos a morir.

VENTANAS: Quizá el dinero fácil. Los mejores salarios. Acaso la bilirrubina. Vivir con el acelerador metido a lo máximo. La tensión cardiaca, como eje de vida. Pretender acabarse los dí­as y las noches de un jalón. La vida loca le llamarí­a Ricky Martin.
El caso es que si los doce años de Felipe Calderón y Enrique Peña dejaron más de doscientos mil muertos, entre ellos, población civil (igual como sucede en Veracruz), el mayor número de muertos son malandros y policí­as.
¿De dónde, entonces, saldrán tantos malosos reclutados y en donde, caray, se incluyen a niños y adolescentes halcones?

PUERTAS: El duartazgo dejó experiencia atroz.
La más grande fosa clandestina, no de Veracruz, no del paí­s, sino de América Latina, en Colinas de Santa Fe.
Veracruz, un fosario, donde todaví­a hoy siguen apareciendo más fosas como en Veracruz, Boca del Rí­o, Alvarado y Rí­o Blanco.
Cientos, miles quizá, de desaparecidos.
La población civil, ví­ctima de. “Daños colaterales” les llamaba Felipe Calderón reproduciendo la misma frase de George W. Bush sobre las guerras de Estados Unidos en el mundo.
La barranca de la muerte conocida como “La aurora” en Emiliano Zapata.
La fama pública de “Los escuadrones de la muerte”.
Y la alianza, todo indica, de polí­ticos, jefes policiacos, policí­as y malandros para desaparecer personas.
El dolor y el sufrimiento familiar siguen más vigente que nunca.
La guerra, “al rojo vivo”.

CERRADURAS: Sabrá el chamán si estaremos condenados a vivir y padecer esta guerra que parece interminable, sin final.
Y si en Colombia soñaron con restablecer la paz luego del acuerdo entre el gobierno presidencial y las FARC, subsisten otras fuerzas ligadas, también a los carteles, dueñas del paí­s de Gabriel Garcí­a Márquez.
Pablo Escobar fue asesinado en Colombia por las fuerzas policiacas.
Joaquí­n “El chapo” Guzmán, el otro legendario capo, está preso en Estados Unidos, en espera, todo indica, de la cadena perpetua.
Pero el paí­s, y por añadidura, Veracruz, en medio de esta guerra y que ahora encabezará la Guardia Nacional de AMLO, el presidente.
“¿Cuándo se jodió Veracruz?”.
Pero más aún, ¿por qué Veracruz, igual que el paí­s, sigue jodiéndose?


Deja un comentario

Acerca del blog

Blog de noticias desde Veracruz.
Aquí, deseamos contar la historia de cada día.
Y cada día es un nuevo comienzo.
Y todos los días se empieza de cero...

Portal de noticias de Veracruz.