Nuevo tipo de fosa clandestina: lanzar los cadáveres en hoyos de un cerro y colocar encima una gruesa plancha de piedras
Por IGNACIO CARVAJAL
En las faldas de un cerro de Río Blanco fue localizado un nuevo panteón privado de la delincuencia. Se trata de un área de sinuoso acceso en donde han exhumado hasta ahora seis cadáveres, pero el número podría incrementar.
La Fiscalía General del Estado y el Colectivo Familias de Desaparecidos en Orizaba-Córdoba confirmaron el rescate de los cadáveres que se dio la semana pasada y el hallazgo de nuevos puntos con fosas en ese predio ubicado en la zona centro del estado.
Araceli Salcedo, presidenta del colectivo mencionado arriba, confirmó que las víctimas llegaron hasta este lugar por su propio pie, que eran obligadas a subir una pendiente de unos 350 metros de altura, entre el monte, piedras y árboles, para obligarlos a cavar sus tumbas antes de matarlos.
Esto lo sabe gracias varios testimonios que le llegaron de manera anónima y sirvieron para programar la visita al predio localizado en un rancho que antaño resultó próspero, en una zona llena de acantilados, cerros y áreas escarpadas, donde binomios caninos confirmaron las sospechas alentadas por esas denuncias anónimas.
Gracias a esos testimonios los padres los integrantes del colectivo Familias de Desaparecidos en Orizaba-Córdoba supieron el infierno que vivieron las personas que ahí fueron sometidas a trabajos forzados y que posteriormente eran asesinadas.
Esos relatos -dice- Aracely Salcedo- afirmaron que las víctimas fueron obligadas a caminar el estrecho camino de la pendiente, lleno de maleza, obstáculos y poco accesible, subir hasta las falsas el imponente cerro para trabajar en sus tumbas.
Allá arriba, obligados por la delincuencia, tenían que hacer la fosa, labor que posiblemente les llevaba horas porque el suelo es duro y con muchas rocas.
Luego de tan dura labor, eran asesinados y lanzados en los agujeros, dijo Salcedo, quien tuvo acceso de primera mano a los testimonios que la trajeron al punto donde pudo rescatar esos cadáveres.
El viernes pasado se dio la visita en el área de la encargada de la Comisión Nacional de Búsqueda, Karla Quintana, y de personal de la Fiscalía Especializada en Desaparecidos, quien conoció la labor de las familias de la zona centro del estado que se organizaron para localizar rescatar esos cadáveres.
Otras fuentes cercanas al caso, han descrito que el terreno es mucho peor que la Barranca de La Urora, ubicada en Emiliano Zapata, depósito de docenas de personas que desaparecieron.
Tan sólo para sacar un cadáver se pueden llevar hasta día y medio por lo duro que es el suelo y la presencia de rocas.
Una fuente, bajo anonimato, dijo al reportero que los delincuentes en este lugar pusieron en marcha una inusual forma de sepultura, que era lanzar los cuerpos dentro de los agujeros, después, aplicar una gruesa plancha de piedras sobre el cadáver de todos tamaños para meter el cadáver una especie de trinchera.
Después de esa capa de rocas, se echaba otra capa de tierra más suave y se compactaba. Todo con tal de que los cadáveres no fueran localizados por el aroma y si los encontraban, que se abocarán a exigir a sus autoridades.