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A Mil por Hora
Lunes 11 marzo, 2019

Otro linchado más en Veracruz. La población se hace justicia por mano propia

Autodefensas aplican la ley en un pueblo rural de Minatitlán por violencia intrafamiliar
•Cazaron y mataron a un hombre que disparó por la espalda a su esposa
•Su madre le decí­a: "Benjamí­n, deja de ser tan violento con tu mujer... y si no la quieres mejor déjala"
•Pueblo se amotinó para evitar que se llevaran el cadáver y aplicaran la autopsia ahí­ mismo


Por IGNACIO CARVAJAL

Anastasia Gutiérrez (54 años) llora afuera de la casita donde le practican la autopsia al cadáver de su hijo Benjamí­n, encontrado muerto la mañana del domingo en la zona rural de Minatitlán.

  • El Chiflido, poblado donde fue hallado asesinado Benjamín

  • El Chiflido, poblado donde fue hallado asesinado Benjamín

  • El Chiflido, poblado donde fue hallado asesinado Benjamín

  • Ana Balcázar, con blusa blanca

  • Ana con los hijos de su hermana asesinada Hortencia

  • Benjamín disparó a su esposa y más tarde fue hallado muerto

Benjamí­n Luis Gutiérrez, de 28 años, fue capturado por un grupo de autodefensas que lo cazó y le dio muerte horas después de que éste disparó, por la espalda, a Ana Balcázar Reyes, su esposa, a quien agredió en la ví­a pública en el poblado de San Cristóbal.
A Ana Balcázar la trasladaron muy grave al puerto de Veracruz. Por los balazos perdió un riñón y presenta perforaciones en hí­gado e intestinos.
Benjamí­n planeaba irse a Estados Unidos después de haber disparado contra su pareja, sin embargo los guardias comunitarios lo encontraron y lo lincharon. Eso comentan los habitantes desde San Cristóbal hasta el Chiflido.
En esos poblados todos soben qué pasó la mañana del domingo con el arribo de gente armada pero nadie dirá algo de manera oficial.
Hasta el padre del difunto, Ignacio Luis Cabrera, al reclamar el cadáver declaró a las autoridades que no sabí­a nada sobre la muerte de su hijo, menos sospechaba de alguien.
Pero Anastasia, la madre, se desahoga en dolor platicando con familiares y algunos amigos del finado. Entre sollozos lanza algunos reproches.
"Yo le di muchos consejos, pero nunca me hizo caso. Que dejara de ser tan violento con esa mujer… que si no la querí­a que mejor la dejara pues ni hijos tení­an".
Una de las hermanas de Benjamí­n la secunda:
"Ellos estaban casados, tení­a como una semana que ella se habí­a separado de él. Era poco tiempo y él la querí­a, pero era muy celoso. Eso de que llevaban tres meses separados es mentira.
Y si -sigue- le dimos muchos consejos. Nosotras como mujeres le decí­amos que no fuera enojón, que le tuviera confianza o que mejor se fuera de su lado para que no se comprometiera.
El personal de la Fiscalí­a General del estado no pudo llevarse el cadáver de Benjamí­n Luis Gutiérrez para hacerle la autopsia pues unos 40 pobladores se amotinaron en el lugar donde le encontraron y pidieron que fuera aquí­, en su pueblo natal, El Chiflido, donde se le hiciera la autopsia para que ya lo entregaran a la familia, que no se hicieran más gastos de traslado y dar paso al funeral.
Al personal de la fiscalí­a no le quedó de otra más que acceder para evitar un nuevo brote de violencia.
Unas 50 personas cuidan la casa donde se da la diligencia. Una patrulla de la SSP a la distancia va marcando la retirada y dejan solo a una de la Municipal de Mina que diez minutos después del arribo de la prensa, igual se marchan.
Hasta antes de estos hechos, dicen los municipales, nunca habí­an venido a estos rumbos. Para llegar hay que salir de la cabecera de Mina y cruzar los caudalosos rí­os, marismas, los pantanos de Hidalgotitlán y docenas de poblados y ranchos donde la gente vive del campo; cruzar brechas y veredas donde las motos de los pobladores son los mejores vehí­culos que parecen deslizarse suavemente sobre la terracerí­a, dejando amplias nubes de polvo.
Y aunque hoy los pobladores y familiares del finado están molestos e indignados por su destino, durante la madrugada del domingo padecieron horas de terror con la presencia de los supuestos hombres armados que se apoderaron de la paz y la tranquilidad, cuentan algunas autoridades de manera extraoficial.
Lo que no pudo hacer la policí­a municipal ni la SSP ni la fiscalí­a tras la agresión a Ana Balcázar, lo consiguieron esos hombres que, armados de escopetas, escuadras, rifles y machetes, lanzaron su operativo en El Chiflido, al parecer, alertados sobre el sitio en donde se escondí­a el agresor. Lo encontraron y en vilo se lo llevaron al monte.
Antes de llegar a este punto, Ana Balcázar padeció una desgracia por el feminicidio de su hermana, Hortensia Balcázar Reyes, quien murió de un disparo en el corazón lanzado por el padre de sus cuatro hijos, Gabriel Hernández Nava, en julio del 2018.
Un mes antes de ser asesinada, Hortensia habí­a ido al DIF de Minatitlán para solicitar apoyo pues pensaba que su esposo la dañarí­a por tantas golpizas que le daba y lo querí­a sacar de su vida pues él contaba con otra pareja, además, cuando iba a casa de Hortensia sólo era para pelear y golpearla.
Hortensia no fue escuchada por las autoridades y después de su feminicidio, Ana comenzó a ayudar a su madre con el cuidado de los cuatro huérfanos. Todo sin ningún apoyo del gobierno municipal de Nicolás Reyes ílvarez, alcalde de Minatitlán.
La ausencia del gobierno volvió a ser presente anoche desde San Cristóbal hasta El Chiflido. Primero con la agresión a Ana Balcázar y luego con los civiles tomando la justicia en sus manos:
"Le llamamos a la policí­a y nunca llegaron. Pedimos el apoyo y jamás se presentaron ahora para qué los queremos acá si a mi hijo ya me lo mataron", relata Anastasia desde el lugar donde practican la necro a Benjamí­n, uno de sus seis hijos.
Benjamí­n se dedicaba a la compra y venta de ganado en la región. También trabajaba en el campo. En la parcela de sus padres contaba con una báscula para pesar vacas y un corral de pastoreo.
En el pueblo cuentan que era aficionado a las armas de fuego pero lo describen como un tipo trabajador y poco problemático, que habí­a pasado una temporada en los Estados Unidos trabajando y cuando regresó, un año atrás aproximadamente, formalizó su relación con Ana Balcázar, originaria de El Valedor, poblado colindante con El Chiflido.
Pero las cosas no marchaban bien por los celos de Benjamí­n y porque ella no se querí­a ir al norte del paí­s con él, ahora todos hacen el esfuerzo para que Ana no se sume a la lista de 45 mujeres asesinadas en Veracruz de diciembre a las fecha.
Algunos familiares de la mujer que prefieren el anonimato dicen que el gran enojo de Benjamí­n fue que ella no se quiso ir siguiéndolo, pues Ana no esperaba separarse de su hija (de su primer matrimonio) y por no dejar sola a su madre con el cuidado de los huérfanos de Hortensia.
Benjamí­n Luis tomó un arma corta y disparó dos veces por la espalda cuando ella se encontraba en el parque del poblado de San Cristóbal, donde hasta hace unos dí­as viví­an en pareja en una casa rentada.
La noticia de la agresión corrió rápidamente por redes sociales en la zona rural y brincó a las frecuencias de radio empleadas por grupos de autodefensas que se resguardan en lo más profundo de la selva del Valle de Uxpanapa y los Chimalapas.
Si fueron los mismos grupos que llevan varios meses operando de manera clandestina en la zona, tuvieron que haber viajado toda la noche por caminos rurales para llegar a El Chiflido y cazar a Benjamí­n, cuyo cadáver apareció en un camino entre la localidad de Zaragoza y Ojo de Agua. La última vez que se supo de ellos fue en noviembre del 2017, cuando dieron muerte al alcalde electo de Hidalgotitlán, Santana Cruz Bahena, supuestamente por huachicolero, y en 2016 un grupo similar persiguió desde Uxapanapa hasta Minatitlán a un grupo de secuestradores a los que dieron muerte y lograron rescatar a dos ví­ctimas.
"Me lo torturaron mucho y lo destrozaron" contó la madre de Bejamí­n. Pero nadie sabe decir de dónde lo sustrajeron para llevarlo al monte a matarlo. Nadie vio una cara conocida o reconoció la voz de alguien. Con permiso, la muerte flotó libremente en esta región.
Bajo anonimato, los pobladores relatan que cuando lo localizaron presentaba lesiones en todo el cuerpo y la tapa de los sesos se la volaron a disparos, además estaba sucio y con el pecho descubierto. Al parecer habrí­a sido arrastrado y lapidado.
El ambiente es tenso en toda la región. La casa de los padres de Ana Balcázar, en Chiflido, está cerrada. Algunos se fueron al puerto de Veracruz, a donde fue trasladada la ví­ctima para una mejor atención médica, y los otros, de plano, se marcharon ante el temor de una eventual venganza por parte de simpatizantes de Benjamí­n.
En la casa donde viví­a Ana Balcázar y Benjamí­n Luis se mira una cachucha del ahora finado bien amarrada del portón de la entrada y un listón rojo en un pequeño pórtico, señal inequí­voca de que alguien invocó a las fuerzas que concurren en La Tierra el primer viernes de marzo para evitar que el agresor escapara. Al parecer fueron escuchados.


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