Los polí­ticos como elementos desechables. Por eso, el maestro en Ciencias Polí­ticas, Ramón Bení­tez, enlista algunos casos.
1) El fuego amigo en contra del diputado Amado Cruz Malpica, el polí­tico de izquierda, junto con Manuel Huerta Ladrón de Guevara, más completo del Golfo de México. Cruz Malpica, por ejemplo, con todo y experiencia fue arrinconado por la Cuitlamaní­a. Nombró tres directores en la LXV Legislatura y al dí­a siguiente se los tumbaron. Insólito: Gómez Cazarí­n, antiguo vendedor de automóviles en el sur de Veracruz, ungido titular de la JUCOPO. El cuatismo que con frecuencia significa vasallaje y servidumbre humana.
2) Fuego amigo… contra el diputado Gonzalo Guí­zar Valladares. Dirigente del PES, el Ayuntamiento de Coatzacoalcos, Ví­ctor Carranza alcalde, le cerró las puertas y ventanas a los suyos. Nada tampoco le dieron en el Congreso local. Ahora, es fans del Fiscal.
3) Fuego amigo… del diputado José Manuel Pozos Castro en contra de Gómez Cazarí­n para tumbarlo de la JUCOPO, donde manejan el billete oficial. Por eso, incluso, el cenecista nylon, Juan Carlos Molina Palacios, renunció a la bancada priista para volverse independiente y tener acceso a la JUCOPO.
4) Ranulfo Márquez. Priista, ex de todo, menos de gobernador, operó en la elección electoral a gobernador del año anterior a favor de la Cuitlamaní­a, MORENA y AMLO, y ahora, ni Cuitláhuac Garcí­a Jiménez ni tampoco el secretario General de Gobierno le contestan el teléfono. “Si el teléfono suena, señal de que estás vivo. Si el teléfono deja de sonar, señal de que estás muerto” dice don Julio Scherer Garcí­a en el libro “Los periodistas” de Vicente Leñero.

MíS “TOMADURAS DE PELO”

5) Fernando Arteaga Aponte. Priista renegado se fue a MORENA cuando las puertas estaban abiertas. Lo ungieron candidato a diputado local y perdió. Se soñó en la secretarí­a de Educación en el mismo cargo desempeñado cuando el duartazgo. Ahora, ni el saludo le dan, con todo y su operación electoral a favor de Cuitláhuac. Está refugiado en una fundación social.
6) Ricardo Ahued Bardahuil. Otro priista renegado luego de que lo encumbraran como alcalde de Xalapa y diputado local y federal. Quiso la senadurí­a y se la negaron y renunció y salió corriendo a MORENA. Ganó la curul. Entonces, se creyó que podrí­a volverse candidato a gobernador en el año 2024. Incluso, trascendió que si Cuitláhuac era llamado al gabinete de AMLO se miraba. De pronto, ¡zas!, un manotazo por ahí­ y lo obligaron a desmentirse en las redes sociales.
7) Pablo Robles Barajas. Biólogo, entregó su activismo periodí­stico a la Cuitlamaní­a. Se miró secretario del Medio Ambiente. Lo congelaron.
8) Citlalli Navarro. Fallida candidata a diputada por el distrito de Boca del Rí­o fue derrotada en las urnas. Se creyó con derecho a un cargo en el gabinete estatal. La dejaron fuera. Terminó de asesora del PT en la Cámara de Senadores.
9) Éricka Ayala, diputada, dirigente sindical del COBAEV y de la CNOP. Un dí­a, dijo a su homóloga Marijose Gamboa: “Tú no me das nada. MORENA me da todo”. Algo pasó. Ahora, declarada fans del Fiscal Jorge Wí­nckler Ortiz y en su cancha.

POLíTICOS DESECHABLES

10) Mónica Robles Barajas. Diputada local, según trascendido, le ofrecieron la presidencia de la Mesa Directiva. Y la dejaron fuera. La estafaron. Ahora, en Acayucan, en su segunda gira en Veracruz, AMLO, el presidente, saludó delante de las elites polí­ticas y populares, a sus padres, y al dí­a siguiente, la familia Robles Barajas desayunó con Andrés Manuel López Obrador.
11) Mí­riam Ferráez. Diputada local, le ofrecieron la dirección del DIF estatal. Pero de la victoria en las urnas el primero de julio del año anterior a la toma de posesión, los vientos le fueron huracanados. Quedó fuera.
12) íngel ílvaro Peña. Fue operador mediático ante la prensa de la Ciudad de México de la Cuitlamaní­a. Semanas después de la toma de posesión, lo nombraron representante en la Ciudad de México para los medios. Entonces, se distanció de los reporteros crí­ticos que laboraban, sin sueldo, en su revista, para evitar que el gobernador le llamara la atención. En el trascendido se asegura que ya renunció o lo congelaron. El periódico “El Heraldo” de México le publicó un desplegado reclamando un pago de un servicio informativo para Cuitláhuac.
13) Enrique Romero Aquino. Ex diputado local polémico y controvertido, ex dirigente estatal del PRD, ex presidente municipal de Ciudad Mendoza, desertor del PRD con su hermano putativo, Elí­as Miguel Moreno Brizuela, Romero Aquino operó para Cuitlalandia. Pero de pronto algo sucedió, pues luego de utilizar su gran operación polí­tica, puentes y vasos comunicantes, lo desecharon. Ahora, la relación, “entre más lejos, mejor”.
14) Estefaní­a Yépez. Cercana a Fidel Herrera y más a Javier Duarte, jefa de prensa de la bancada de MORENA en la LXIV Legislatura, se miraba directora de Comunicación Social de acuerdo con el ventaneo mediático de sus amigos. Luego, la candidatearon para directora de TV Más. Quedó, según parece, en la oficina de la vocerí­a, pero sin el juego polí­tico y periodí­stico que soñaba. Premio, digamos, de consolación. En la vida ha de subirse aunque sea al último vagón del tren.
15) Érik Iván Aguilar López. Diputado del PT, se declaró fans del Fiscal en la pelea a muerte con la bancada de MORENA para su destitución. El fuego amigo le ha llovido. Traidor es lo menos que le llaman. Todo, porque el PT como el PES se unieron a MORENA el año anterior para las elecciones.
16) Y, bueno, si el fuego amigo es avasallante, el fuego enemigo es peor. Caso, entre otros, el volcán eruptivo en contra de la diputada panista, Marijose Gamboa Torales.
En varios casos hay una realidad avasallante: el gobernador está agarrando fama de que es un polí­tico que utiliza a los demás como productos desechables que así­ describe la naturaleza humana el politólogo Carlos Ronzón Verónica.
Y cuando dejan de servir, los tiran en el camino.
La ingratitud, la deslealtad y la traición, decí­a Napoleón Bonaparte, es consustancial a la polí­tica. Forma parte de. Su esencia.
¡Ay de los hombres y mujeres que suelen creer en los polí­ticos!