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Viernes 11 enero, 2019

Empantanados juicios polí­ticos

•Talón de Aquiles en el Congreso
•El hí­gado manda a las neuronas

ESCALERAS: La LXV Legislatura está empantanada o está a punto de quedar atrapada y sin salida con tantos juicios polí­ticos, como nunca antes en la historia local.
Y más, porque con todo y que cada juicio polí­tico sea aprobado por la mayorí­a el siguiente paso, dice el politólogo Ramón Bení­tez, es enviarse al Tribunal Superior de Justicia para su dictamen.

Luis Velázquez

Y en caso de ventilarse como la ley lo establece, entonces, las partes pueden interponer una controversia constitucional en la Suprema Corte de Justicia de la Nación, donde el dictamen bien podrí­a llevarse un semestre, un año o un sexenio.
Y como en el caso del juicio polí­tico al Fiscal Jorge Wí­nckler para su destitución, con todo y que 136 presidentes municipales ya votaron en su contra, la burocracia o tantos pendientes sociales pueden atravesarse y complicar más la decisión.
Además, hay un antecedente en el Congreso de la Unión donde están pendientes de dictaminarse más de trescientos juicios polí­ticos a exgobernadores, exalcaldes y ex secretarios de Estado y que por ahora “duermen el famoso sueño de los justos”.
Lo peor del asunto es que con los juicios polí­ticos en la primera Legislatura de Veracruz donde predomina la izquierda, el berrinche, el hí­gado y la obsesiva obsesión de tumbar al Fiscal elegido para un ejercicio de nueve años por el Congreso anterior, ha evidenciado la fuerza polí­tica del gobernador.

PASAMANOS: Además de las seis solicitudes del juicio polí­tico al Fiscal (los diputados de la izquierda, Iván Gidi Blanchet, Jorge Reyes Peralta, Tomás Mundo, Francisco Zárate y Arturo Bermúdez Zurita), Wí­nckler sigue atrincherado en su Palacio de Justicia, al que una vez pintara de color pastel, color antro, con todo y luces esotéricas, se anotan las siguientes solicitudes:
Una. Si MORENA, anexos y conexos apretaron el botón nuclear en contra de Wí­nckler, su diputada local, la panista Marijose Gamboa Torales interpuso su solicitud de juicio polí­tico en contra del secretario General de Gobierno, Éric Patrocinio Cisneros Burgos, la mano peleadora de la Cuitlamaní­a.
Claro, Gamboa Torales se fue a la yugular de Patrocinio Cisneros porque la acusó de formar parte de un cartel polí­tico cuyo jefe de la banda es Jorge Wí­nckler, el Fiscal más odiado en el Golfo de México por la elite de MORENA en el poder sexenal.
Entonces, y en cascada vinieron más solicitudes de juicio polí­tico como si a todos les hubiera pegado una diarrea jurí­dica, legal o legaloide:
Juicio polí­tico contra Zenyazen Escobar, ex diputado local y secretario de Educación, famoso en la cancha cordobesa como el strippero más conocido de su tiempo en el siglo pasado cuando “era joven e indocumentado”, interpuesto por el diputado He Man Sergio Hernández.
Juicio polí­tico contra la secretaria del Medio Ambiente, Marí­a del Rocí­o Pérez, famoso en el redil legislativo por su apodo de “Lady Celular”, acusada de sustraer teléfonos celulares, también de parte de He Man Sergio Hernández.
Juicio polí­tico contra la secretaria de Protección Civil, Guadalupe Osorno, aquella que confundiera al municipio de Tehuacán, Puebla, como parte de la geografí­a jarocha, He Man Sergio Hernández de nuevo en acción, incendiado y encendido.
Y la solicitud de juicio polí­tico en contra del magistrado presidente del Tribunal Superior de Justicia, Edel ílvarez Peña, interpuesta por un tal Hilario Arenas, de la presunta Asociación Civil Observatorio y Contralorí­a Ciudadana, una persona ligada al clan de los Robles Barajas, y quienes tienen en ílvarez Peña a un adversario periodí­stico incómodo e indeseable.

CORREDORES: Desde luego, con tantos juicios polí­ticos, primero, a los interesados “se les cuecen las habas” (frase filosófica de Cuitláhuac Garcí­a Jiménez para definir el ansia irrefrenable de ejercer el poder y gobernar) para lograr su objetivo, en la mayor parte de los casos, politiquero, simple y sórdido y siniestro ajuste de cuentas, la barbarie y la saña.
Y segundo, como nunca antes en el Palacio Legislativo se han dado tales juicios polí­ticos…
Y como la mayorí­a de diputados locales está apenas, apenitas, apenititas, aprendiendo la tarea legislativa…
Y como el hí­gado caracteriza a tales pasiones, entonces, y ante el desconocimiento de la ley, el riesgo de empatanarse permea las neuronas.
Por lo pronto, ha de registrarse que los juicios polí­ticos han trastocado los pendientes sociales para legislar en la búsqueda del bienestar común de los 8 millones de habitantes de Veracruz.
La LXV Legislatura como un instrumento para ajustar cuentas entre las elites partidistas, sobre todo, entre MORENA, el nuevo poder en el Congreso, y el PAN, el poder que durara solo dos años.

BALAUSTRES: De acuerdo con la ley del Poder Legislativo, las solicitudes de juicio polí­tico pasarán por las siguientes Comisiones:
De Gobernación (Adriana Paola Linares Capitanachi y Raymundo Andrade Rivera, de MORENA, y Marí­a Josefina Gamboa Torales, PAN).
Y de Justicia y Puntos Constitucionales (Mónica Robles Barajas y Rosalinda Galindo Silva, MORENA, y Érika Ayala Rí­os, PRI).
Es decir, el dictamen de tales solicitudes en manos 5 diputadas y un solo hombre.
Cuatro diputados de MORENA, una del PAN y otra del PRI.
Es decir, la mayorí­a son diputados de MORENA y con lo que y en el caso del juicio polí­tico a Jorge Wí­nckler llevan mano para seguir incendiando en la hoguera pública al Fiscal, cuya renuncia fue profetizada de manera fallida por el secretario de Gobierno, primero, como regalo navideño, y segundo, como regalo para los niños, háganos favor, el dí­a de reyes.
Pero los caminos de la justicia están llenos de vericuetos y recovecos, entre ellos, el amparo federal que trae Wí­nckler en la bolsa del traje contra el decreto de la LXV Legislatura para su destitución, y segundo, la controversia constitucional en la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que ya tiene lista.
Y es que la discordia civil de las elites polí­ticas gira en su más alto decibel en contra de Wí­nckler, y por añadidura, se entiende que los otros juicios polí­ticos forman parte del reality-show y que ya se verá, por ejemplo, si la aguerrida y combativa diputada Marijose Gamboa Torales, la presa polí­tica de Javier Duarte, permite que su demanda contra el secretario de Gobierno se enrede y muera en los dí­as burocráticos del Congreso.
Y más, porque Éric Patrocinio Cisneros es “El dos de palacio”, el segundo del gobernador, incluso, su nombre en la cancha polí­tica para sustituir a Cuitláhuac Garcí­a en caso de que AMLO, el presidente de la república, se lo lleve al gabinete federal.
Con todo, en los dí­as sórdidos y siniestros que corren hay quienes profetizan que Patrocinio será relevado del cargo por tantos errores polí­ticos en tan poco tiempo (caso Wí­nckler) y su lugar serí­a ocupado por el diputado federal, Rafael Hernández Villalpando, ex subsecretario General de Gobierno, ex rector de la Universidad Veracruzana y el ex presidente municipal de Xalapa que enfrentara a un gobernador como lo fue Miguel Alemán Velasco, quien solo cuando lo acusara de bí­gamo logró arrodillarlo.


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