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Miércoles 09 enero, 2019

Fracasos de la Cuitlamaní­a

La Cuitlamaní­a parece estar fracasando. Lleva, por lo pronto, varias derrotas. El gobernador, el jefe máximo que todo lo puede, el polí­tico más importante de un Veracruz habitado por 8 millones de personas, sin sortear los vientos huracanados.
1) El Fiscal Jorge Wí­nckler Ortiz, atrincherado en su palacio. Por más que fue sitiado y por más solicitudes de juicio polí­tico. Y por más reclamos para su renuncia, elegido para 9 años por la LXIV Legislatura.

Luis Velázquez

Incluso, el secretario General de Gobierno, muy echado para adelante, dejó que el hí­gado dominara sus neuronas, y profetizó, primero, que Wí­nckler caerí­a el 24 de diciembre como regalo navideño, ajá, para la población, y luego enseguida, que el Dí­a de Reyes, para que los niños de Veracruz fueran felices con sus padres. Simple y llanamente, les falló.
2) El caso Actopan. El descrédito total de los cuerpos policiacos, y de elite, caso la Fuerza Civil. Incluso, hasta la Embajada de Estados Unidos intervino, pues los 7 paisanos originarios de Actopan están nacionalizados norteamericanos.
3) La marcha atrás al Premio (bianual) Regina Martí­nez, para, digamos, estimular a reporteros, fotógrafos, camarógrafos y editores, los soldados rasos y civiles del periodismo. Y lo peor, una protestita fue suficiente.
4) El revire, primero, con las guardias comunitarias en el puerto de Veracruz, y luego, que sí­, pero en otras latitudes geográficas.
5) Las cuatro dispensas en la LXV Legislatura para igual número de funcionarios originarios de otras entidades federativas. El resbalón mayor con la secretaria de Protección Civil, Guadalupe Osorno Maldonado, originaria de Tlaxcala, a quien ya nombrada, muchos dí­as después descubrieron que su designación era anticonstitucional.
6) El cacareo de que AMLO, el presidente, rescatarí­a a Veracruz con 30 mil millones de pesos extras. Luego, el revire: que habrí­a dinerito federal para la emergencia decembrina, pero con cargo a las participaciones federales, el mismito camino que la secretarí­a de Hacienda y Crédito Público dispensara al ex gobernador Miguel íngel Yunes Linares en diciembre del año 2016 para los mismitos pagos.
7) En el gabinete legal de la Cuitlamaní­a hay quince secretarí­as, y de las cuales, solo 4 titulares (General de Gobierno, Educación, Salud y Seguridad Pública), en la cancha polí­tica, social y mediática. El resto, igual que en la yunicidad, en el limbo y el ostracismo, arrinconados por ahí­. 5 semanas de silencio atroz. Como si habrí­an volado al cielo, igual que Remedios la bella en la novelí­stica de Gabriel Garcí­a Márquez, y envueltos en una sábana blanca colgada en el patio de la casa.
8) Al momento, dice el politólogo Carlos Ronzón Verónica, ni el plan de gobierno se conoce ni tampoco ha sido anunciada una sola obra pública. Solo, claro, repetir como loritos los programas de papá AMLO, los mismitos que el presidente de la república repite y repite en cada estado del paí­s.
9) La bravuconada de alardear la repavimentación de una parte de la calle Mérida de la colonia Progreso Macuiltépetl de Xalapa, donde vive el gobernador, con casi todo el gabinete estatal y diputados locales y federales y senadores de Morena, y el gabinete municipal.
10) Las pifias del secretario General de Gobierno, con luz verde superior, para estar en todas y con todas, supervisando, digamos, obra, entregando ayuditas, tarea y facultades de otros secretarios del gabinete, como por ejemplo, de Infraestructura y Obra Pública, Salud, Turismo y Cultura. El titular de la SEGOB tiene prisa y vive de prisa. Además, con un despliegue periodí­stico más intenso y cerebral que el gobernador.
11) La orgí­a de sangre resulta inverosí­mil. Los carteles, dueños de la agenda pública y de la vida cotidiana, reafirmando el Estado Delincuencial, y en algunos pueblos, un Estado de Sitio. Dí­a 19 de la Cuitlamaní­a, 88 muertos. Dí­a 20, 90 muertos. Dí­a 21, 93 muertos. Dí­a 22, 99 muertos. Dí­a 23, cien muertos. Dí­a 24, 105 muertos. Dí­a 25, 109 muertos. Dí­a 26, 114 muertos. Dí­a 27, 117 muertos. Dí­a 28, 120. Dí­a 29, 122 muertos. Dí­a 30, 131 muertos. Dí­a 31, 134 muertos. Dí­a 34, 144 muertos. Dí­a 35, 149 muertos. Dí­a 36. 151 muertos. Dí­a 37, 155 muertos. Entre ellos, veintidós feminicidios. Más 38 secuestros. La estadí­stica de la muerte que lleva el reportero Antonio Osorio Ojeda es avasallante. Así­ los diputados locales de Morena y la Cuitlamaní­a digan que los medios presionan al gobernador y que es muy pronto para dar resultados. Los camposantos siguen llenándose de cruces. Cada vida humana es invaluable. Pero más, mucho más graves los feminicidios y que ni siquiera con Miguel íngel Yunes Linares y Javier Duarte alcanzaron la ruindad actual.
12) El Solecito declarando que con la Cuitlamaní­a siguen los desaparecidos. Se ignora si también las fosas clandestinas. Mientras, han transcurrido 40 dí­as del primer sexenio de la izquierda en Veracruz, y los Colectivos siguen esperando el apoyo oficial para continuar la búsqueda de los suyos. Pronto, claro, llegará el carnaval jarocho y el Solecito pondrá, otra vez, su changarro de comida rápida para avenirse de recursos. Napoleón Bonaparte lo decí­a con claridad: el negocio de un polí­tico es vender esperanzas y ¡ay de los mortales que les crean!
13) En 5 semanas de la Cuitlamaní­a, la fama pública gira alrededor de hechos y actitudes frí­volas. El sabadaba. El góber fifí­. El góber salsero. La investidura gubernamental, en el tobogán y la ruleta rusa. “Perdón, investidura” exclamaba don Adolfo Ruiz Cortines. “Nunca, decí­a Juan Maldonado Pereda, 4 veces diputado federal, el cargo hace al hombre, sino el hombre al cargo”…, por más frí­volo y chistocito que el polí­tico pretenda aparecer, o de plano, sea. “La mujer del César ha de serlo y parecerlo” se decí­a en Roma.
14) Una pifia terrible: en tanto Miguel íngel Yunes Linares como gobernador encarceló a varios duartistas, entre ellos, a 68 policí­as acusados de desaparición forzada, la Cuitlamaní­a liberó a una parte. Mauricio Audirac Murillo, Francisco Valencia y Arturo Bermúdez Zurita. El Solecito, entre otros Colectivos, enfureció. Pero, dice el litigante, el hecho de llevar el proceso penal bajo libertad condicionada, en ningún momento significa que sean inocentes. Falta el dictamen final. Y por tanto, bajo más sospecha quedó la Cuitlamaní­a.
15) Con la yunicidad, algunos duartistas, agazapados por completo, temerosos de una orden de aprehensión. Ahora, soberbios, frí­volos y petulantes, están reapareciendo, como los exdiputados federales y locales, Érick Lagos Hernández, y el ex presidente del CDE del PRI, ex secretario de Desarrollo Social, Jorge Alejandro Carvallo Delfí­n, “el hijo más ruin que he tenido” según lo definiera su propio padre. Al ratito, otros duartistas (Adolfo Mota, Alberto Silva, Vicente Bení­tez, Juan Manuel del Castillo y hasta Tarek Abdalá, los polí­ticos más cercanos a Javier Duarte y Karime Mací­as) también aparecerán. Una cosita fue la justicia con Yunes y otra con Cuitláhuac.
16) Ni la secretarí­a de Seguridad Pública, máxima responsable de garantizar la seguridad en la vida y los bienes como lo establece el Estado de Derecho, ha cumplido su tarea, ni tampoco hay una polí­tica de Comunicación Social para suplir los vací­os de poder con una buena orientación en los medios, como fue la tarea gigantesca, por ejemplo, de Joseph Goebbels, y más porque fue en tiempos huracanados de la historia y que de lección servirí­a su estrategia. Claro, la estrategia comunicativa de AMLO serí­a la brújula. Mientras, una parte de la población exclama ya frase célebre. “¡Te extrañamos, Yunes, te extrañamos!”. Al ratito, caray, también dirán “¡Te extrañamos, Duarte, te extrañamos!”.
17) Lo más indicativo y significativo es que 40 dí­as después, parte de la población está perdiendo la confianza en Cuitláhuac Garcí­a y su gabinete. Se ignora si la Cuitlamaní­a esté midiendo la percepción ciudadana, de igual manera como el topo de Carlos Marx emergí­a a la superficie para olfatear la temperatura social y polí­tica. Pero la versión está en el tobogán. Lo más grave es que en 40 dí­as, el gabinete de seguridad ha sido incapaz de drenar el pantano. En los primeros 40 dí­as, ha de recordarse, Fernando Gutiérrez Barrios pacificó Veracruz con la herencia siniestra y sórdida de “La Sonora Matancera” de Agustí­n Acosta Lagunes. Claro, ni Cuitláhuac es Gutiérrez Barrios (disculpa por la analogí­a) ni su secretario de Seguridad Pública está a la altura del equipo de seguridad de don Fernando, su titular en la SSP, Luis de la Barreda Moreno, 7 años, además, director de la Federal de Seguridad, tiempo del 2 de octubre del 68, la Guerra Sucia y la Liga comunista 23 de septiembre, Miguel Nazar Haro su segundo. Pero con todo, efectivos para pacificar la tierra jarocha ante aquellos caciques, sicarios y pistoleros que flagelaron Veracruz durante un sexenio completito, y en donde asesinar a un hombre por encargo costaba 50 mil pesos de aquellos.
18) Un sexenio, que apenas empieza, frí­volo. El diputado Juan Javier Gómez Cazarí­n, sacando su lengua en la oficina principal del palacio de gobierno, como si fuera una gracia o la tuviera tan grande como Rasputí­n. Zenyazen Escobar, quitándose los zapatos en acto público y mirándolos como niño a un héroe con su hazaña, como buen strippero que fue. Éric Patrocinio Cisneros, cocinando en paila chicharronera. Hugo Gutiérrez Maldonado, pistola al cincho. El gobernador, soy fifí­, soy sabadaba. El legislador José Manuel Pozos Castro, ex del PRI y del PAN y del PRD, orgulloso de su nepotismo. La diputada federal, Dorheny Garcí­a Cayetano, encumbrada por ultra contra súper dedazo. Roberto Ramos Alor, el besucón.
19) De seguir así­ la Cuitlamaní­a, “antes de que el gallo cante tres veces”, camino al despeñadero.


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