El recuento periodí­stico que llevan distintos medios de comunicación indica que el mes de diciembre de 2018 cerró con 136 muertes dolosas, de las cuales, 18 fueron de mujeres.
En noviembre, según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, hubo 84 homicidios dolosos y tres feminicidios, pero para el primer mes de MORENA como gobierno son 52 homicidios más y 18 mujeres asesinadas.
Estás cifras representan un incremento aproximado al 60 por ciento en las muertes en relación al último mes de Miguel íngel Yunes Linares.
Mujeres y hombres a los que dieron muerte en la ví­a pública o en sus casas, y que en promedio dan un aproximado de cuatro muertes al dí­a.
Es decí­a, la delincuencia, los cárteles y los cartelitos simplemente no le dieron tregua un solo dí­a a la nueva administración morenista.
Personas que fueron privados de la libertad y que horas después aparecí­an en algún despoblado, hechos pedazos o semidesnudo o con mensajes amenazantes a grupos rivales.
En este primer mes de la muerte de Cuitláhuac Garcí­a Jiménez, el mandatario apenas alcanzó a lanzar un operativo coordinado con las Fuerzas Federales en Coatzacoalcos, con mil policí­as que, dicen los empresarios de la zona, no se ven.
Pero de ahí­, nada, su secretario de Seguridad, Hugo Gutiérrez, y el de Gobernación, Éric Cisneros, traen agendas propias más enfocadas a otros menesteres que a la crisis de violencia desatada en el cierre del 2018.
Por ejemplo, Cisneros Burgos trae metido en la cabeza al Fiscal General, Jorge Wí­nckler Ortiz, al grado de que lo acusa de cada una de las muertes, pues, razona, si hay impunidad, la delincuencia toma valor y le pierde más el respeto a la vida y a los valores establecidos.
Incluso, Cisneros arremetió contra Wí­nckler en el chat de aplicación WhatsApp con las autoridades federales de la meza de Coordinación por la paz en donde palabras más, palabras menos, le habrí­a dicho que es un ·$%&· y que se debe poner a trabajar.
En tanto, el de SSP, piensa en despedir a docenas de oficiales que no pasaron las pruebas de confianzas, pues el cáncer estarí­a desde dentro de las corporaciones.
Una acción al mismo estilo de Javier Duarte de Ochoa que al comenzar su gobierno acabó con las policí­as intermunicipales de Veracruz, Boca del Rí­o, Xalapa, Poza Rica y Coatzacoalcos.
Cientos de oficiales capacitados, con conocimiento de manejo de armas, y conocedores de la logí­stica de las ciudades más importantes del estado, lanzados a la calle como mano de obra disponible y capacitada -con recursos del estado- para las filas de la delincuencia, como se vino viendo durante todo este tiempo con la detención de ex oficiales implicados en la mafia.
El último hecho violento de gran impacto para el estado, con el cual se dio fin al 2018 fue la aparición de tres cadáveres de jóvenes de entre 30 a 35 años en un paraje de Atzalan, en la zona colindante con la sierra de Puebla.
Los hombres fueron localizados por caporales de la región, quienes declararon a la autoridad que uno de ellos ya estaba siendo comido por los coyotes y zopilotes que abundan en el campo.
Mientras esto pasaba, el gobernador morenista le daba la bienvenido a Andrés Manuel López Obrador en su tierra, Tabasco, para asistir a la toma de protesta del nuevo mandatario que también será de Morena.
El mes que se fue y con el cual inicia el mandato de Morena se caracterizó igual por hechos brutales, como el ataque a una familia que presuntamente se dedicaba a la venda de combustible robado, en Soledad Atzacan, pero en donde igual mataron a tres mujeres, dos de ellas estudiantes, una de 12 años y otra de 19.
O en Pánuco, que salió a la prensa nacional cuando los pistoleros por la mañana balearon a un joven que por la noche era velado por sus deudos en la funeraria del pueblo, y ahí­ llegaron de nuevo los malosos para matar a uno de los amigos de la ví­ctima, al que acorralaron en el baño del negocio mientras lanzaban disparos desaforadamente. Incluso, antes de marcharse le dispararon de nuevo al féretro.
Y en este mes Veracruz tomó los titulares nacionales cuando una madre de Naranjos lamentó en redes sociales no haber podido juntar la suma millonaria demandada por unos secuestradores, que durante 37 dí­as privaron de la libertad a su hija de 17 años, a la que finalmente asesinaron.