La menor ultrajada y fallecida en Zozocolco.
La migrante de América Central asesinada, al parecer por elementos policiacos o polleros según la versión oficializada, en Isla, con un niño herido.
La señora Graciela Pérez Bernabé, de 23 años, apuñalada por su esposo, prófugo de la justicia, en Papantla, en la comunidad San Pablo, a la hora de servirle el desayuno, luego de una discusión conyugal.
La señora de 29 años de edad, Coral, asesinada por su pareja, un octogenario, en Tierra Blanca.
Samantha Aparicio Alvarado, de 25 años de edad, de Córdoba, secuestrada, desaparecida, asesinada y embolsada y arrojado el cadáver en Yanga.
Y el cadáver de una mujer tirado en un sembradí­o de naranjas en ílamo.
Seis feminicidios en un Veracruz con dos Estados de Alerta.
La tierra jarocha, el peor de los mundos para las mujeres, de igual manera que en la yunicidad (primer lugar nacional en feminicidios) y que en el duartazgo (trece edecanes de Xalapa desaparecidas en un rancho de Actopan, según, en una fiesta de polí­ticos y narcos).

PASAMANOS: En contraparte, el peor de los mundos para MORENA, con el asesinato del fundador del Movimiento de Regeneración Nacional en San Juan Evangelista, Agustí­n Pegueros Alcántara, asesinado en Villa Juanita, en San Juan Evangelista.
Fue la noche del viernes 7. El lí­der de MORENA estaba en una tienda de abarrotes con un amigo. Se cruzaron de palabras. El amigo desefundó su pistola y le disparó. Dos tiros. Uno, claro, como la canción de Rosita Alví­rez, era mortal.
Agustí­n Pegueros tení­a 69 años de edad. Quedó tendido en el interior de la tienda.
Y aun cuando antes, mucho antes de que san Pedro negara a Jesús ante el soldado romano, la autoridad policiaca trascendió que el móvil del asesinato fue pasional, el mismo pretexto que en otro tiempo, en el bienio anterior y en el sexenio anterior, convocaban en algunos crí­menes.
Pero en el caso, caray, si así­ se estila y estilará con MORENA, estamos perdidos, pues el futuro que es y viene y vendrá se antoja siniestro y sórdido.
Peor tantito:
A estas alturas, la secretarí­a de Seguridad Pública se estará “lavando las manos” con los seis feminicidios, pues su titular en el limbo, sin dar la cara, sin expresarse a través, digamos, de un boletí­n o los subalternos.

CORREDORES: Por lo pronto, y ante el tsunami de violencia, arrecian los vientos turbulentos.
Luego de la libertad al ex secretario de Seguridad Pública, Arturo Bermúdez Zurita, acusado de desaparición forzada, el Solecito sigue buscando fosas clandestinas en los terrenos del llamado Km. 13.5, en el puerto jarocho, propiedad de APIVER, Administración Portuaria Integral.
Su gerente de Ingenierí­a, Francisco Liaño Carrera, hijo del gran conductor radiofónico Toño Liano, con su “Teléfono Romántico”, dijo que ellos están dando todas las facilidades al Solecito, integrado con madres con hijos desaparecidos, y quienes marcaran la pauta, más que en Veracruz, más que en el paí­s, en América Latina al descubrir la fosa clandestina más grande del continente con “Colinas de Santa Fe”.
Por eso, quizá, las iglesias evangélicas han levantado la mano (Alfredo Luna Murillo) y enviaron una cartita, digamos, prenavideña, al gobernador, solicitando, rogando, mendigando, que porfis, por favorcito, actúe y de algún modo frene (su Dios lo escuche) el tsunami de violencia.
Incluso, hasta le reprocharon que se esté peleando con el Fiscal Jorge Wí­nckler y se ocupe del Estado de Derecho, cuya obligación estelar significa garantizar la seguridad en la vida y en los bienes, más, mucho más, en la vida, pues los bienes van y vienen…, si regresan, claro.

BALAUSTRES: Duros y caudalosos los dí­as y noches se mueven, con la adversidad por delante.
Por ejemplo:
El jueves 6 de diciembre, catorce Colectivos de Veracruz, madres con hijos desaparecidos, publicaron desplegado, suscribiendo su verdad ante la libertad de Arturo Bermúdez Zurita:
“Nos consta que incurrió en el delito de desaparición forzada, de muchos casos en lo que hay suficiente videncia, testimonios, declaraciones que fundamentan nuestra seguridad en que el señor Bermúdez Zurita es culpable y debe de ir a la cárcel.
La jueza Alma Aleida Sosa, de manera sospecha permitió y aceptó el expediente y los trabajos procesales, tal y como provení­an de la Fiscalí­a (de Jorge Wí­nckler) con deficiencias, errores, deformaciones y en general desapegados a la profesionalidad y honestidad en el ámbito jurí­dico.
Y a sabiendas de que estaba integrado de manera deficiente dictó el cambio de medidas cautelares para que el ex secretario de Seguridad Pública lleve el proceso en libertad.
Las ví­ctimas nos vemos ahora revictimizadas ante esta monumental muestra de impunidad, que es la liberación de Bermúdez Zurita”.
Así­, y hayan sido “peras o manzanas”, Bermúdez quedó libre en la era de Cuitláhuac Garcí­a, quien bien pudo asestar un manotazo para revisar el caso, y nada de nada.
A primera vista, el mundo de la impunidad sigue creciendo fuera de control, desbordado.
Y por más y más feminicidios que sigan cometiéndose en Veracruz, y más crí­menes, y más secuestros, hasta de niños, como el lunes diez de diciembre en un poblado de Minatitlán, la liberación de los duartistas sembró la duda y la sospecha, quizá hasta la certidumbre, de que Veracruz es el reino de la más feroz impunidad.
Treinta y seis asesinatos en nueves dí­as de Cuitláhuac Garcí­a.