A: El expriista Gonzalo Morgado Huesca, 45 años en el tricolor, su partido polí­tico, Podemos, el mismito nombre del partido español del profe Pablo Iglesias.
B. El priista, todaví­a, Felipe Amadeo Flores Espinoza, y su escudero, el aún priista, Mario Tejeda Tejeda, con su partido “Ví­a Veracruzana”, mejor conocido como “Los viagras” y que ojalá evitaran la pastillita porque si los enfermos del corazón la toman para una proeza sexual mueren en el intento.
C: El todaví­a priista, Héctor Yunes Landa, quien convertirá a su Alianza Generacional, oh sorpresa de la vida, en un movimiento, trepado y encaramado en el movimiento de MORENA, cuando antes del primero de julio habí­a anunciado que serí­a partido polí­tico, y ahora, ni hablar, actúa con desdén y menosprecio a los partidos tradicionales.
Y D: El ex perredista y morenista, doctor tuxtleco, Elí­as Miguel Moreno Brizuela, con su escudero, Enrique Romero Aquino, su partido polí­tico, Podemos, y que, bueno, dice, será nacional, quizá, reproduciendo el viejo modelo de su amigo Marcelo Ebrard Casaubon, secretario de Relaciones Exteriores de AMLO, con un partido que falleció en la primera elección federal.
Falta por saberse si de pronto, el priista Jorge Uscanga Escobar resucita su organización polí­tica (¿estará viva aún?) y anuncia su partido polí­tico o movimiento naranja.
En el camino, el lí­der cetemista de Orizaba, el electricista Ví­ctor Garcí­a Trujeque, anunció que en alianza con el cenecista Juan Carlos Molina Palacios, desertarí­an del PRI y formarí­an otro partido polí­tico, y, bueno, como todo indica han dejado tirado en el camino el asuntito, pues quizá ya estén más cerca de MORENA que del tricolor.
Por lo pronto, el único paisano que ha cuajado en el altiplano y el resto de la nación es Dante Alfonso Delgado Rannauro con su Convergencia Democrática, primero, y ahora, Movimiento Ciudadano, a tal grado que ya tiene su primer gobernador, el combativo y aguerrido, Enrique
ílvaro, de Jalisco, y quien derrotara al PRI de Aristóteles Sandoval, y de paso, a MORENA de Andrés Manuel López Obrador.

DOS. “Ordeñar la vaca”…

Cuatro partidos polí­ticos más en Veracruz, con todo y que solo sirvan, en términos generales, para “ordeñar la vaca partidista” por aquello de las prerrogativas y los negocios lí­citos e ilí­citos a la sombra del poder.
Y en contraparte, los 6 de los 8 millones de habitantes declarados en la pobreza, la miseria, el desempleo, el subempleo y los salarios de hambre por el INEGI y CONEVAL, siguen ahí­, sin moverse para adelante ni para atrás, atrapados y sin salida en la jodidez histórica y legendaria.
Y es que, la población lo sabe y está segura, solo una parte de las elites polí­ticas se benefician con el reparto del poder, de tal manera que entre todos ellos han llevado a la nación al primer lugar de corrupción polí­tica en América Latina y a uno de los primeros espacios en el mundo.
Ningún caso, entonces, para que los indí­genas, los campesinos y los obreros, también quizá parte de la clase media, se alegre o entusiasme con el terceto de partidos polí­ticos y el nuevo movimiento social (aplausos, aplausos) que habrá el año entrante “en la noche tibia y callada” de Agustí­n Lara.
Y más, cuando y como en el caso, de nuevo Veracruz está enfrascado en la discordia civil, peleando las tribus partidistas en el poder por poder polí­tico que es sinónimo de poder económico y social.
Los pobres con todo y la cantaleta obradorista siguen igual.
Ojalá y que con la fiebre de partidos polí­ticos en Veracruz y en el paí­s nunca lleguemos a la Venezuela de Nicolás Maduro donde hay cincuenta partidos, y por el contrario, algún dí­a pudiéramos ubicarnos al lado de un Estados Unidos con solo dos partidos, el Demócrata y el Republicano.
Los partidos, está claro una vez más, como un negocio de elites grupales y familiares, como en el caso del Partido Verde.

TRES. Los mesiánicos del poder

En materia de partidos polí­ticos presentes y futuros, el año en Veracruz terminará de la siguiente manera:
El interesado va a una reunión o desayunito del PRI y a otro de los Viagras y a otro de Alianza Generacional y a otro de Podemos, y, caray, son los mismos rostros, las mismas personas, las mismas conversaciones, los mismos abrazos y los mismos chorizos.
Entre ellos, pues, se reciclan y le hacen a la farsa y la pantomima.
Ni siquiera, vaya, tienen la genial ocurrencia de MORENA de abrir las puertas a los indí­genas y campesinos y obreros desconocidos, acaso lí­deres comunitarios, bajo el espejismo de “La tómbola” y que tanto atractivo social despierta, como el caso de la chica de Nanchital, de 26 años de edad, que de pronto ganó “La tómbola” y se convirtió en la senadora más joven de la república.
Pero, bueno, cuatro negocitos más están por abrirse en Veracruz con el terceto de partidos y el movimiento polí­tico, en tanto cada vez la población se empobrece más y más por culpa, claro, de los más de 80 años de hegemoní­a priista y los doce años del tiempo panista.
Uno de cada tres jefes de familia seguirá vendiendo picadas, gordas, tacos, tortas, garnachas, tamales y refrescos de cola en el changarro en la ví­a pública para seguir llevando el itacate a casa, mientras estas elites polí­ticas tendrán su partidito.
Los mesiánicos del poder…, propietarios del dinero público.
Lo dijo la diputada local, Érika Ayala, dirigente sindical y cenopista, a su colega Marijose Gamboa Torales:
“Y ustedes ¿qué ofrecen?”.
Las elites partidistas, trepadas en un Veracruz, ajá, en marcha, para sacar el mayor jugo posible, creyendo que convencerán a los ciudadanos, 6 de cada diez en la pobreza y la miseria que así­ los gobernadores y los suyos han dejado a la tierra jarocha, una entidad federativa pródiga en recursos naturales, jodida en su diario vivir.
¡Vaya mesiánicos!