Cuando cruzó la reja del penal, una docena de personas ”“familiares y amigos- rompieron en aplausos y lanzaron vivas: ¡Sí­ se pudo, si se pudo!. Tres mujeres se le fundieron en un abrazo.
La escena contrasta con aquel febrero del 2017, cuando fue detenido por señalamientos de enriquecimiento ilí­cito, aunque más tarde se le imputó el delito de desaparición forzada de personas.
En aquel tiempo, una docena de madres de personas desaparecidas llegaron hasta la sala de juicios orales, donde se desarrollaba su audiencia de vinculación a proceso y lanzaron consignas en su contra: ¡Justicia, justicia!, pedí­an.
Pero ahora no hay lugar a gritos ni reproches, sino porras y aplausos.
En la audiencia celebrada la mañana del miércoles, la juez Alma Aleida Sosa Jiménez le cambió la prisión de Bermúdez Zurita por una garantí­a de un millón de pesos, la entrega de su pasaporte y acudir a firmar cada viernes al penal.
“Debo retomar mi vida, soy un hombre de convicciones y tengo que ver por mi familia y por mi. Soy inocente, se hizo justicia” dijo un Bermúdez Zurita a la salida del Penal.
En la mañana habí­a hablado a un noticiero de radio, donde dijo ser ví­ctima de malos tratos y tortura por parte del fiscal Jorge Wí­nckler y al extitular de Seguridad Pública, Jaime Téllez Marie.
Pero a la salida del penal prefirió no hacer más comentarios: “Soy un hombre libre y es diferente ser un hombre interno que ser un hombre libre. Voy a rehacer mi vida, esa es la intención y a estar con mi familia”.
Bermúdez Zurita se deslindó de algún pacto con el gobierno de Cuitláhuac Garcí­a: “Yo no hice ningún trato, la denuncia de mi abogado dice perfectamente lo que pasó”.
“Mi actuar siempre fue apegado a derecho, siempre vi por los veracruzanos, no es fácil ser secretario de seguridad publica, no hoy ni ayer ni mañana. Y hay que tener mucho valor y enfrentar el gran problema de inseguridad que vive el paí­s” siguió en su defensa.
Antes se subir a una camioneta de lujo y marcharse del lugar mandó un mensaje a las familias de desaparecidos: “Que creo en la justicia y hoy se está haciendo justicia”.
Fue entonces cuando uno de los más efusivos porristas, Edmundo Martí­nez Zaleta, exdirector de Tránsito con Bermúdez, lanzó un “¡Viva Bermúdez!.
La liberación de Bermúdez Zurita puso en entredicho el trabajo jurí­dico de Fiscal General Jorge Wí­nckler Ortiz y el Fiscal de desaparecidos, Luis Eduardo Coronel.
Los Colectivos de familiares de personas desaparecidas encontraron que “fallaron en su encomienda de aportar los elementos necesarios para responsabilizar a Bermúdez Zurita”.
“Evidentemente no hubo un trabajo jurídico eficiente, profesional, honesto, ético, responsable de acuerdo a la imputación tan grave que se le hacía” señalaron a través de un comunicado.
Ante el yerro, las familias de desaparecidos pidieron a Cuitláhuac Garcí­a “poner un Fiscalía que sirva y que Bermúdez Zurita sea juzgado por delitos de desaparición forzada”.
Pero la libertad de Bermúdez Zurita también alcanzó al gobernador de MORENA, que durante los primeros cinco dí­as de su mandatario ha visto salir libre a tres exduartistas.
Las versiones de algún pacto de impunidad con exfuncionarios de Javier Duarte obligaron al mandatario a citar a una rueda de prensa para atajar los señalamientos.
“Resultó un fiasco y un show de Miguel íngel Yunes Linares y de su fiscal el hacer esto para obtener votos y no llevarlos de manera seria ante la justicia. Los que se las perdonan es el fiscal y yunes, porque claro que son culpables” se deslindó Garcí­a Jiménez.
Desde Palacio de Gobierno, Garcí­a Jiménez dijo que la libertad de los exfuncionarios sólo es responsabilidad del fiscal “por hacer de esto un show para obtener votos y no para llevarlos de manera seria ante la justicia”.
Mientras se investiga la actuación del fiscal, en un sí­mil de las consultas ciudadanas que hace el presidente Andrés Manuel López Obrador, llamó a la sociedad veracruzana a manifestar si está de acuerdo con que este personaje siga en la fiscalí­a.
Cuitláhuac Garcí­a también anunció su determinación de no asistir al desayuno al que lo habí­a invitado el magistrado presidente Edel ílvarez Peña.
Dicho esto, Cuitláhuac Garcí­a rompió la rueda de prensa sin permitir preguntas de los periodistas y abandonó la sala de prensa, emulando el comportamiento de Wí­nckler Ortiz en sus mejores épocas.