En junio pasado una mujer de Coatzacoalcos acusó que personal de Jaime Téllez Marié habí­a detenido a su esposo, y lejos de consignarlo, jamás llegó a los separos, ante un juez o a su casa.
Desde el cuatro de junio, no se sabe nada del paradero de Cristian Román Andrés Barriga, chofer de 37 años, al que se vio por última vez abordo de una patrulla de la SSP. Por este caso, la Fiscalí­a informó hoy sobre la detención de dos oficiales en activo de la SSP que habrí­an participado en la desaparición forzada del detenido.
Cristian Román Andrés Barriga resultó detenido a mediados del 2018 por una unidad de la SSP que no lo consignó y desde entonces no se sabe nada de él.
La ví­ctima fue detenida en calles del fraccionamiento Gaviotas, presuntamente, cuando querí­a abrir un taxi frente a un domicilio donde estaba estacionado, y que era propiedad de una persona con la que habí­a trabajado como chofer en otro tiempo.
El hecho se dio en la casa 132 de la calle Panteras, durante la madrugada, de lo que se percató el dueño del coche y llamó a la patrulla.
Cuando los oficiales arribaron, encontraron a Román Barriga discutiendo con el dueño de la unidad y de la casa, por lo que fue trepado a la patrulla por escandalizar y por tratar de abrir el coche de alquiler.
Sin embargo, el hombre, padre de dos hijos, nunca fue llevado a la cárcel o ante un juez para una acusación formal.
Ese caso fue denunciado por su esposa, Marí­a del Carmen Mateo González, quien el pasado cinco de junio se le plantó en Coatzacoalcos al gobernador Miguel íngel Yunes Linares para pedirle apoyo.
El mandatario de inmediato la canalizó con la Fiscalí­a General del estado, y las investigaciones dieron por resultado la consignación del expediente y órdenes de aprensión contra personal de la SSP que participó en esa delito.
En un comunicado, la Fiscalí­a dijo que el juez de Control de los juzgados de Coatzacoalcos dio por buena la legalización de la detención de Guadalupe "N" y de Orlando “N”, elementos en servicio de la SSP que participaron esa noche en la detención y desaparición de dicha persona.
Posteriormente a su encuentro con el mandatario, durante una gira en el sur, las autoridades no le daban razones sobre el caso.
"Mi esposo siempre se echa sus tragos, pero nunca falta a dormir a la saca", contó al reportero en esa ocasión, excusando que su cónyuge se habí­a confundido y por lo alcoholizado que se encontraba, y por ello intentaba abrir el coche que no le pertenecí­a.
También dijo que se la habí­a pasado visitando el forense, hospitales y otros lugares en donde pudiera estar.
"He ido a la morgue, pero no me dejan ver los cuerpos que tienen ahí­, me dicen que no es", contó.
Incluso, al menos en dos ocasiones, se paró en la escena del delito donde aparecen cadáveres en Coatzacoalcos con la esperanza de localizar a su pareja.
Con 18 años de casados, nunca habí­a pasado por un trance tan desgastante. Sus hijos a diario le preguntan qué pasará con su padre, y no duermen bien esperando a que de un momento a otro cruce la puerta para abrasarlos.
Aunque ella es más pesimista y afirma que "ya ha pasado mucho tiempo, no sé si él esté con vida".
El último dí­a que le vio, habí­an estado en una convivencia y él salió cerca de las cinco de la tarde a comprar más cervezas. Al ver que pasaba el tiempo, y no regresaba, le llamó, y éste le dijo que ya no tardaba.
Sin embargo, otras versiones en torno al caso de Cristian Román Andrés Barriga, apuntan a que la noche en que desapareció, el dueño del taxi, lo acusó de intentar robarse la unidad, por lo que la policí­a le dio trato de presunto delincuente.
Los oficiales pese a que negaron haber participado en ese hecho, para evitar la cárcel, quedan atorado porque hay al menos tres cámaras de vigilancia en donde se les mira llevar al hoy desaparecido.
Este caso se suma a una lista de eventos bien marcados y que se han ventilado en los últimos meses, como el de Juan Arturo Méndez Alcántara, desaparecido a manos de la Policí­a en la zona centro del estado en febrero pasado, cuyo cadáver apareció flotando en aguas del Rí­o Blanco.
La madre del joven siempre señaló a los oficiales de la SSP como los autores de la detención ilegal y la muerte a golpes de su hijo, y por ello la Fiscalí­a abrió investigación que derivó en la detención de seis elementos policiacos que actualmente están bajo proceso por desaparición forzada.
También está el caso de Julieta Gómez Gí¼emes, de la Ciudad de México, Maricela Sarmiento Villalobos; su esposo, Julián Antonio León Guzmán; y el nutriólogo Julio César Hermido Viñas, desaparecidos en el puerto de Veracruz en febrero pasado, en donde igual estarí­a implicada la policí­a.
Estas personas habí­an ido al puerto de Veracruz para participar en una fiesta dentro de un motel, pero al salir del mismo habrí­an sido interceptado por oficiales; aunque la versión del gobierno es que cayeron en manos de una célula de la delincuencia organizada.