Después de cuatro dí­as de búsqueda en los terrenos de APIVER, en el 13, y Medio, el Colectivo Solecito de Veracruz no encontró indicios de fosas clandestinas.
Sin embargo apenas se abarcaron una cinco hectáreas, de unas 300 que están en la mira de esta fundación que busca a desaparecidos, dijo la vocera de esa brigada, Rosalí­a Castro Toss.
La doctora Castro comentó que del 5 al 9 de noviembre, con el apoyo de la PGR y de la APIVER, se dio una brigada de búsqueda de indicios en los predios aledaños al distribuidor vial que va de la zona portuaria a la autopista Veracruz-Xalapa.
Los terrenos que se analizaron formal parte del fundo legal del puerto, y están dentro de su área delimitada para las obras de desarrollo y reserva.
Castro Toss expuso que voluntarios de Solecito y personal de la PGR recorrió, con el apoyo de perros entrenados, drenes y especialistas, los predios en cuestión, que están dentro de un informe anónimo que les hizo llegar la delincuencia.
La entrevistada expuso que fue un área mí­nima en la que se revisó usando varillas, desmontando y usando otras técnicas para buscar personas enterradas ilegalmente.
Lamentó que fuera poco el tiempo y el espacio para recorrer, pues es necesario que se tramiten más permisos para las casi 300 hectáreas que tienen ubicadas como una gran zona de entierros.
Es predios, habí­a dicho, eran más antiguos que los de Colinas de Santa Fe, en los que han rescatado hasta el momento 296 cráneos.
Incluso, es altamente probable que estos entierros hayan sido efectuados por el Cártel de Los Zetas en los tiempo de Fidel Herrera Beltrán (2004-2010).
La doctora Castro informó que están en trámite unos 15 permisos, con distintos dueños, para acceder a esos predios con la brigada, pero se cree que ya no será este año, sino en 2019, con el nuevo gobierno, cuando se den los trabajos.
Reconoció que no ha habido la apertura necesaria en la Fiscalí­a General del estado, es por eso que tienen amplias expectativas de que con Cuitláhuac Jiménez, haya más apertura.
Las áreas que están pendientes por recorrer, especialmente, colindan con el fraccionamiento Casas Fantasmas, donde se tienen identificado que en su tiempo, operó un lugar en donde daban muerte a las personas y deshací­an sus cadáveres en tambos metálicos de 200 litros empleando sustancias quí­mica y fuego directo.
Debe indicarse que entre los propietarios de esos predios, se encuentra la familia Ruiz Ortiz, que son dueños de varias hectáreas de tierra en la zona norte, que han empleado para el desarrollo de infraestructura y que actualmente tienen bajo vigilancia privada.
Otros dueños son ganaderos y particulares de los ejidos de Villarí­n y San Julián.