Pero más aún:
Sus chistes le caen de maravilla a uno de sus grandes amigos, quizá el amigo más cercano en Veracruz, o en el Golfo de México, como es AMLO, Andrés Manuel López Obrador, el presidente electo.
Igual que AMLO, Amado es militante de izquierda. De la izquierda delirante y que otra cosita, por ejemplo, es ser o andar de izquierdoso fifí­.
Por eso, cuando AMLO camina en Veracruz, las huestes, las tribus y los grupos de izquierda y/o aglutinados alrededor del tabasqueño como torre de Babel, saben, están conscientes, de una realidad.
AMLO siempre procura sentarse a la mesa de comer, pero acompañado de Amado Cruz.
Incluso, se han dado ocasiones en que, modesto y sencillo, humilde, con bajo perfil, Cruz Malpica se aleja de la mesa de AMLO para, digamos, dejar que otros estén cerca.
Entonces, dicen quienes lo han visto, AMLO mismo se levanta de la mesa y suele buscar a Cruz Malpica.
Y lo más importante, lo sienta a su lado, quizá, acaso, para que le cuente chistes.
Hay quienes aseguran que, en corto, AMLO y Amado se hablan de tú. De tú a tú.
Como, por ejemplo, en aquellos tiempos cuando Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano efectuaba marchas en Coatzacoalcos con motivo de la expropiación petrolera y Amado Cruz era el único, el único, el único de la izquierda en Veracruz, a su lado.

HABLA MUCHO Y PIENSA MíS

Diputado federal en 1994, fallido candidato a senador en 1997, director Comercial en la Central de Abastos de la Ciudad de México, AMLO jefe de Gobierno, profe en la facultad de Leyes de la UV en el Sistema Abierto, Amado Cruz es un hombre sencillo y, dice el cronista, habla mucho.
Pero es ameno.
Digamos, como cuando Octavio Paz, Premio Nobel de Literatura, se adueñaba del micrófono y a nadie dejaba hablar.
Pero como Paz embrujaba con su plática, entonces, todos dejaban que siguiera hablando.
De baja estatura, habla mucho, cierto, pero antes de hablar, piensa más, pues como los tigres y las panteras y los topos es muy cauteloso.
Y transparente.
Por ejemplo, siempre causa la percepción de hablar con la verdad, sin mentir ni engañar a nadie.
Con él, la vida es oscura o diáfana. Sí­ o no, desde un principio. Sin rodeos ni medias tintas. Sin estafas.
El biógrafo dice que polí­tico de una sola pieza, los enemigos y adversarios de MORENA, por ejemplo, entre ellos, Miguel íngel Yunes Linares, lo respetan, aun cuando Maquiavelo decí­a que un polí­tico ha de ser temido más que respetado.
Siempre se mueve en un cochecito modesto, March, de la Nissan, de 4 puertas, de igual manera como en su tiempo, AMLO con su Tsuru.

LITIGANTE CON GRAN SENTIDO SOCIAL

En la LXIV Legislatura, Cruz Malpica fue diputado local y el coordinador de la bancada de MORENA en el Congreso local.
Entonces, en el segundo año fue lanzado como candidato uni a la curul local otra vez y en previo acuerdo decidió prestar la coordinación al profe Zenyazen Escobar, uno de los tres amigos del góber electo.
Y cuando terminó la campaña y Amado Cruz ganó en las urnas regresó al Congreso para asumir otra vez la coordinación, pero Zenyazen se opuso y nunca soltó el látigo.
A la malagueña se adueñó de…
Por eso, ahora cuando llegó el momento de elegir al coordinador de la bancada de MORENA en la LXV Legislatura y al presidente de la Junta de Coordinación Polí­tica, las tribus de la izquierda delirante se le fueron encima.
Quisieron, intentan, buscar imponer a los diputados Juan Javier Gómez Cazarí­n, hermano del ex alcalde de Hueyapan de Ocampo, ligado al asesinato del reportero Cándido Rí­os Vázquez el 22 de agosto del año 2017, y al tuxpeño José Manuel Pozos, ligado a Fidel Herrera Beltrán, Javier Duarte y Jorge Alejandro Carvallo Delfí­n.
Y, bueno, todo indica que hoy jueves 8 saldrí­a el humo blanco de MORENA para elegir a uno y a otro y/o, en todo caso, a un solo diputado que desempeñarí­a las dos funciones.
Pero si el mal fario se atravesara en contra de Amado Cruz, y desde alguna zona oscura y visible del poder lo relegaran, Cruz Malpica es un polí­tico maduro y sereno y mesurado y prudente, y como buen soldado de la izquierda, se quedarí­a en su curul a trabajar por su distrito, Coatzacoalcos.
Y más, sirviendo a los desprotegidos, como el caso de los cuatro becarios en Notisur, propiedad (¿todaví­a?) de los priistas Marcelo Montiel Montiel y Marcos Theurel Cotero, a quienes pagaban 700 pesos a la quincena y cuando exigieron una reconsideración salarial el gerente los despidió.
Entonces, tendieron un puente con Amado Cruz, los defendió y les ganó en el tribunal y liquidaron a los becarios, y Cruz Malpica prestó sus servicios de gratis.
Es un polí­tico de experiencia y con experiencia y sabe que todo poder polí­tico, primero, es efí­mero, y segundo, marea, seduce, enloquece, pierde a las neuronas más privilegiadas y las descarrila.
De cualquier manera, se sabe tantos chistes y los cuenta con tanta gracia que AMLO lo seguirá buscando, en ningún momento porque todo polí­tico necesita bufones, sino porque con el tabasqueño hay una amistad más vieja y antigua que el tiempo del góber electo en polí­tica.