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Historias de desaparecidos
Miércoles 24 octubre, 2018

Policí­as acabaron con sus sueños

•Comerciante de tamalitos de Oteapan fue detenido por oficiales de la Secretarí­a de Seguridad Pública en 2014 y llevado a un centro de tortura operado en Coatzacoalcos
•De ahí­, con otras personas, habrí­a sido trasladado a lo largo de 400 kilómetros hasta un calabozo en la Academia de Policí­a El Lencero, en Xalapa, donde su destino fatal estuvo en manos de “Los Fieles” de Arturo Bermúdez
•Presuntos oficiales y exoficiales responsables de este delito que sembró terror en el sur ya están detenidos; primer caso de este tipo para el sur del estado

Ignacio Carvajal

Ví­ctor Manuel Antonio Morales era un comerciante de tamales que a diario madrugaba para preparar los tamalitos que comerciaba en pueblos del sur de Veracruz.
Tení­a su casa en la cabecera de Oteapan, donde viví­a del comercio de tamales y le daba para mantener a su familia.
Desde joven habí­a emprendido el negocio con sus hermanas, él compraba la materia prima, los elotes, la masa, las hojas de plátano y ellas los cocinaban para después salir juntos a venderlos por las tardes en los alrededores de Coatzacoalcos y Minatitlán.
Con esfuerzos, después de años, logró comprarse una camioneta de uso que habilitó para salir a vender su producto, el cual contaban con alta demanda por el sabor inigualable de la gente con raí­ces indí­genas de Oteapan.
Para mala suerte, a la Policí­a le llegó el reporte sobre una supuesta banda de secuestradores que operaba en el sur en una camioneta parecida a la de Ví­ctor Manuel Antonio, salieron a cazarla y la encontraron, y así­, desde julio del 2014, no se conoce su paradero después de haber sido detenido en la ví­a pública por oficiales de la SSP.
Ese 15 de julio Ví­ctor Manuel Antonio Morales habí­a salido a divertirse con unos amigos y se encontró con elementos de la SSP que lo aseguraron mediante el uso de la violencia, cerca del municipio de Chinameca.
El joven disfrutaba de un fin de semana de diversión con sus allegados cuando la policí­a lo detuvo sin razones y se lo llevaron a él y a otras personas que le acompañaban con rumbo a Coatzacoalcos.
Durante varios dí­as, Ví­ctor Manuel Antonio Morales estuvo detenido en un centro de tortura operado por la SSP en esos tiempos bajo el control del capitán Tormenta, Arturo Bermúdez, preso hoy en Pacho Viejo por delitos contra el erario y desaparición forzada.
En ese operativo, en el cual cayó el comerciante de tamales, también se llevaron a otros 20 o más ciudadanos de Oteapan y Chinameca. Al paso de los dí­as la mayorí­a regresaron a casa, menos el tamalero y otros cuatro ciudadanos.
Por estos hechos, la Fiscalí­a General del Estado obtuvo nueve órdenes de aprehensión por desaparición forzada contra dos exelementos de la SSP y siete oficiales en activo de la misma corporación por los hechos acontecidos en Oteapan y Chinameca entre el 15 y el 16 de julio del 2014.
Esos dos exoficiales y los gendarmes en activo resultaron detenidos -informó la Fiscalí­a General- entre el martes y lunes en Catemaco, Perote, Coatzacoalcos y Veracruz.
Esos oficiales ya están internados en el penal de Coatzacoalcos, a la espera de la judicialización en el viejo sistema.
Se sabe que son: Esteban Suárez López, Francisco Domí­nguez Cardeña, íngel Teoba canela, Epifanio Cruz Antonio, José Alfredo Flores Narciso Ulises Martí­nez Hernández, Eliseo Valencia Román, Jesús Alberto Hernández Domí­nguez y Julián Pérez Rodrí­guez.
De ellos, el de mayor rango es Jesús Alberto Hernández Domí­nguez, quien fue delegado de la SSP en Tuxpan y Coatzacoalcos, así­ como comisario general de la SSP, uno de los más allegados al “capitán Tormenta”.
Jesús Alberto Hernández Domí­nguez y sus hombres son señalados directamente de participar en esas acciones que afectó a los habitantes de Otepan y Chinameca, aunque hasta ahora el caso más sólido es el de Ví­ctor Manuel Antonio Morales. Su familia se ha congregado en el colectivo de Belén González, de Coatzacoalcos, para recibir acompañamiento.
Los otros afectados que no aparecen son Felipe Martí­nez Martí­nez, y su esposa, Guillermina Pérez, quienes eran comerciantes de ropa, así­ como a su empleado, Roberto Toto Bustamante, y el transportista Otoniel Morales Martí­nez.
A todos se los llevaron de sus hogares y de la ví­a pública en Oteapan, aunque las memorias de ese dí­a también ubican al comando de la SSP en Chinameca y goteras de Coatzacoalcos.
Ese dí­a, contaron familiares de los afectados, el operativo se centró en la colonia Adolfo López Mateos de Oteapan. Ahí­ fueron sustraí­dos de sus casas los dos comerciantes de ropa y su empleado.
Los que lo vivieron recuerdan a docenas de patrullas de la SSP cerrando entradas y salidas a la colonia; que también un helicóptero de la SSP sobrevolaba.
Otoniel, al igual que el comerciante de tamales, fueron sorprendidos en las proximidades con Chinameca.
En esos dos dí­as, cuentan las personas que lo vivieron, el terror se manifestó en forma de elementos de la SSP que iban fuertemente armados y encapuchados. El pueblo estuvo copado, si se buscan esos registros en la prensa no hay nada en referencia al mega operativo que asoló a ese pueblo de 12 mil habitantes; su mayorí­a indí­genas.
Las familias de los que fueron llevados esos dí­as, comentaron que buscaron a sus seres queridos en instalaciones de la SSP, en la Marina y Mando Único sin éxito.
Sólo algunos pudieron saber que el principal factor que afectó al comerciante de tamales fue su camioneta, presuntamente parecida a la empleada por los secuestradores. Eso lo supo la familia en instalaciones de la Policí­a Naval en Cosoleacaque, en donde les confirmaron que Ví­ctor Manuel sí­ habí­a sido detenido e intervenida su unidad automotriz, de la cual hasta la fecha no hay reporte de dónde quedó.
En los relatos a los que se pudo tener acceso, se sabe que ese grupo de personas sustraí­dos por la SSP habrí­an sido llevados a sus instalaciones cerca del penal Ostión Duport y a otras atrás del hotel Terranova de Coatzacoalcos, en las que ya se han realizado búsquedas de restos humanos por parte de la Fiscalí­a y Colectivos.
Durante varios dí­as, en esos sitios habrí­an sido torturados, humillados e interrogados sobre su presunta participación en delitos de alto impacto y que algunos de los que fueron levantados quedaron en libertad y se dieron a la fuga incluso del pueblo, dejando atrás todo lo relacionado con ese evento, menos el comerciante que hoy es motivo de la detención de esos nueve ex servidores públicos y los otros cuatro ciudadanos.
La familia del comerciante de tamalitos de Oteapan están seguros que éste no participaba de actividades ilegales. Lo recuerdan como un chico humilde, sin mayores ingresos que los obtenidos por medio de su trabajo y que lo poco que le quedaba era para su diversión los fines de semana, pues si le gustaba la fiesta y los amigos.
Sin embargo, antes de eso siempre, era su trabajo y la familia.
Ví­ctor Manuel Antonio Morales -relata su familia- contaba con muchos sueños, entre ellos hacer crecer el negocio de la venta de tamales, poseer más camionetas para comerciar y que sus seres amados contaran con buenos ingresos.
En el comunicado emitido por la Fiscalí­a General se expresa que las ví­ctimas habrí­an sido trasladadas desde Coatzacoalcos, a lo largo de 400 kilómetros, hasta la capital del estado, a los calabozos de la academia de Lencero, empleada como centro de detención ilegal y tortura en los años de Bermúdez.
En el Lencero, los hoy detenidos entregaron al comerciante -y probablemente a las otras cuatro ví­ctimas- a “miembros de la Fuerza Especial de la Secretarí­a de Seguridad Pública, conocidos como Los Fieles”, que eran encabezados por Roberto González Meza, quien está preso en Pacho Viejo por acusaciones similares.
Desde febrero pasado, con la detención de otros ex servidores públicos, salió a la luz que Los Fieles se deshací­an de sus ví­ctimas lanzándolos a la Barranca de la Aurora, en los lí­mites de Xalapa con Emiliano Zapata, junto a la colonia Antorchista.
En febrero pasado, la Fiscalí­a General sentó acusaciones contra ex elementos de la SSP y contra González Meza por el caso de la Aurora, quienes permanecen internos en el penal de Pacho Viejo.
Las acusaciones alcanzaron a ex servidores públicos de la Fiscalí­a, incluso, al ex titular en la época de Javier Duarte de Ochoa, Luis íngel Bravo Contreras, su ex director de Periciales, Gilberto Aguirre Garza; la ex directora de Investigaciones Ministeriales, Marí­a del Rosario Zamora González; y la ex fiscal regional de Xalapa, Carlota Zamudio, que han buscado medios para alcanzar la libertad, pero no les han funcionado.
Belén González, presidenta del Colectivo de familiares en búsqueda del mismo nombre, y que acompaña el caso del comerciante de tamales y de los otro cuatro pobladores de Oteapan, dice que hay elementos que ubican a la ví­ctima en el Lencero, mas no en la Barranca de la Aurora y ahora espera que el siguiente tramo de la investigación ayude a saber el paradero de esta persona y de los tantos más en el sur del estado.
Con estas detenciones, suman 63 los ex servidores públicos encarcelados por desaparición forzada durante el gobierno de Miguel íngel Yunes Linares, entre ellos un ex fiscal, un ex secretario de la SSP y hay acusaciones contra el ex gobernador veracruzano Duarte de Ochoa, y orden de aprehensión contra el ex secretario que reemplazó a Bermúdez, José Nabor Nava Olguí­n.


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