El martes 28 de noviembre del año 2017, el Contralor Ramón Figueroa Piñera anunció al mundo que habí­a presentado ciento cincuenta denuncias penales en la Fiscalí­a por un (presunto) desví­o de 48 mil millones de pesos cometidos en el duartazgo.
En la Fiscalí­a dijo, abrieron 625 investigaciones en la que estaban implicados, ni más ni menos, trescientos quince (315) servidores públicos de Javier Duarte como presuntos responsables.
Además, claro, y considerando el fin del Peñismo, la Auditorí­a Superior de la Federación habí­a presentado, en aquel momento, 65 denuncias por montos millonarios desviados de los años 2006 (Fidel Herrera Beltrán) a 2016 (Javier Duarte) por desví­os de más de 22 mil 548 millones de pesos.

PASAMANOS: Casi un año después, nadie sabe ni ha sabido ni ha trascendido ni lo han filtrado en algún medio ni lo han soltado entre las filas partidistas, primero, el estado de cosas de la denuncia penal, y segundo el monto parte por parte, y tercero, el nombre de los presuntos pillos y ladrones.
Y como estamos a seis semanas de que termine el mandato constitucional de Miguel íngel Yunes Linares…
Y como el Fiscal Jorge Wí­nckler tiene la advertencia que, a partir del 4 de noviembre, en unos dí­as, será sometido a juicio polí­tico por los 29 diputados locales unis, más los nueve pluris, de MORENA…
Y como el tiempo de hecho y derecho ya se vino encima y la yunicidad piró…
Entonces, la duda es si la denuncia del Contralor cuando compareciera en la LXIV Legislatura fue puro calambre polí­tico, terrorismo puro, terrorismo de Estado, ganas de fastidiar, azuzar y sembrar el caos, la incertidumbre y la zozobra, o si por el contrario, en verdad, en verdad, en verdad, hay suficientes pruebas y testimonios, documentos, razones, para procesar a los 315 ex servidores públicos.

CORREDORES: Los 315 ex servidores públicos están, o estuvieron, en la mira por corrupción, incapacidad, omisión y negligencia, el peor estercolero del mundo.
Y, bueno, lo menos es que la Fiscalí­a siga el hilo al pendiente, pues de lo contrario, el Contralor Ramón Figuerola quedará como un mentiroso y quien, incluso, se habrí­a prestado al terrorismo de Estado.
Y más, cuando en su momento, la Fiscalí­a quedó exhibida ante el muro polí­tico priista que cobijara a los entonces diputados federales, Tarek Abdalá y Alberto Silva Ramos, para desaforarlos y someterse a proceso penal.
Y más, cuando ha transcurrido un mes y medio de que Tarek y Silva andan por la vida sin fuero y la Fiscalí­a ha sido incapaz de detenerlos.
Y más, cuando la Fiscalí­a fue incapaz de someter a proceso penal a Fidel Herrera Beltrán como era, y es, la obsesión del gobernador Yunes.
Y más, cuando varios duartistas, guardias pretorianos de Duarte (Érick Lagos Hernández, Jorge Carvallo Delfí­n, Adolfo Mota Hernández, Vicente Bení­tez y Juan Manuel del Castillo) siguen paseándose con toda la impunidad del mundo cuando las elites polí­ticas sabí­an del grado de complicidad con el exgobernador preso en el Reclusorio Norte de la Ciudad de México.

CORREDORES: En noviembre del 2017, luego de la comparecencia del Contralor, la incertidumbre de los duartistas se volvió caos y muchos de ellos se ampararon…por si las dudas.
Incluso, andaban con un amparo en la bolsa, y como en el caso del exfiscal, Luis íngel Bravo Contreras, traí­a ochenta amparos en su traje y pantalón en contra de igual número de dependencias.
Otros, de plano, emprendieron la huida y hasta se exiliaron en el extranjero.
De Carlos Aguirre Morales, ex subsecretario y secretario de Finanzas y Planeación en el sexenio anterior, se dijo, primero, que se escondió en la Ciudad de México, luego en alguna ciudad del extranjero, quizá en Barcelona donde compró mansión, y después que habí­a regresado al paí­s, pero andaba por ahí­ “a salto de mata”.
Al ex secretario de Seguridad Pública, José Nabor Nava Holguí­n, le fue peor pues ofrecí­an hasta un millón de pesos por su cabeza.
Unos a otros, se pitorreaban.
Un dí­a, en un evento priista, llegó el diputado federal, Jorge Carvallo Delfí­n, y cuando estuvo en medio de un grupito, dijo, burlón y sarcástico, más o menos:
--En este lado, los duartistas puros, y en el otro, los duartistas impuros, pillos y ladrones.
El caso es que luego del infierno vivido en la yunicidad y cuando está a punto de entregar la estafeta, las ciento cincuenta denuncias penales anunciadas por el Contralor en su comparecencia 2017, ni fu ni fa.
Se ignora si habrá sido una balandronada, pero todo indica así­ fue, pues en todo caso, y en contraparte, la Fiscalí­a ha quedado como incapaz pues a nadie detuvo ni consignó si sometió a proceso penal, toda vez que los más de treinta duartistas presos en el penal de Pacho Viejo, sobre todo, los polí­ticos, ya estaban encerrados para entonces.