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Jueves 11 octubre, 2018

Cuatro tristes tigres

•Diputados del PRI
•Demostrar el puño

ESCALERAS: En La LXV Legislatura de Veracruz, de cincuenta diputados apenas, apenitas, apenititas, cuatro serán del PRI.
Juan Carlos Molina Palacios, Érika Ayala, Jorge Moreno Puga y Andrea Yunes Yunes, quien nominado por el PVEM su ADN es priista.

Luis Velázquez

Los cuatro, además, por la ví­a pluri, pues los candidatos rojos fueron derrotados en las urnas por MORENA y el PAN.
Nunca antes, el partido tricolor en el peor tiempo de su vida.
Aquel tiempo histórico del partido único, el triunfalismo en su máxima dimensión, ha quedado atrás.
Incluso, y como ha vislumbrado Porfirio Muñoz Ledo, exlí­der nacional del PRI en el siglo pasado, ahora en la cancha de MORENA, con tendencia a la desaparición y que, claro, ya se verá, pues hasta los muertos resucitan.
Pero, bueno, el cuarteto de legisladores locales del PRI llegarán sin experiencia pues nunca antes se han sentado en una curul.
Y sin formación legislativa, aun cuando, digamos, tengan o pudieran tener sensibilidad social, digamos, como Sebastián Reyes, Eva Felí­citas Cadena y Judith González Sheridan, quienes entrando a la LXIV Legislatura por MORENA, lograron su reality show y terminaron, vaya, en la derecha con el PAN.

PASAMANOS: El cuarteto tampoco posee, digamos, un conocimiento profundo en la materia polí­tica, pues su incorporación en la vida pública data de apenas uno o dos sexenios, incluso, en el caso de Andrea Yunes, del bienio azul que está por terminar.
Jorge Moreno Puga, por ejemplo, ingresó a la polí­tica desde hace varios sexenios priistas, pero la mayor parte del tiempo ha pasado en la Renata, es decir, en la Reserva Nacional del Talento, y aun cuando habrí­a operado atrás de las candilejas para el diputado federal, Héctor Yunes Landa, nunca será igual.
Del cuarteto, Molina Palacios tiene representatividad partidista como presidente de la Liga de Comunidades Agrarias y aun cuando soñó con la candidatura al Senado y fue destapado para la presidencia del CDE del PRI por su “uña y carne” el lí­der de la CTM en Orizaba, quedó en la recta final.
En el Duartazgo fue muy activo y trascendió por los grandes mí­tines que hací­a con más de veinte mil, treinta mil y hasta cuarenta mil campesinos, pero, bueno, aquellos tiempos quedaron en la nostalgia.
En el Congreso local, otras son las cualidades y capacidades para ser y estar.
Y más, cuando como en el caso de los cincuenta diputados locales solo cuatro rojos, ni siquiera, vaya, para levantar el dedo.

CORREDORES: Por ahí­ se estarán yendo.
Por ejemplo, si MORENA tiene 29 diputados locales… más los cuatro del PRI, bien podrí­an tener la mayorí­a absoluta deseada para varias iniciativas legislativas e inquietudes.
Y, claro, bien podrán cotizarse en el carril legislativo, pero también de los negocios.
Y si así­ conviniera a sus intereses, entonces, los cuatro priistas bien podrí­an irse con el PAN para lograr el contrapeso, pues tampoco les darí­a a los azules para la mayorí­a.
El olfato social, el cálculo polí­tico, la capacidad frí­a y zorruna, el termómetro polí­tico en la mano, la sensibilidad, la información actualizada, entre otras cositas, les permitirí­an jugar bien con las circunstancias.
Pero en el otro lado de la cancha hay buenos jugadores, expertos, y, bueno, ya se verá por donde corre la iguana.

RODAPIÉ: Del cuarteto, el bonachón por excelencia es el presidente de la Liga de Comunidades Agrarias, además de que deja lejos, demasiado lejos, a los tres compañeros de curul priista dada su capacidad económica.
Estarí­a, entonces, llamado a coordinar, digamos, a la bancada tricolor en el Congreso local y si bien los catorce Senadores del PRI caben en una combi manejada por Miguel íngel Osorio Chong, los cuatro diputados locales del PRI cabrán en un volchito y todaví­a sobrarí­a espacio para un jefe de prensa, un vocero, un director de comunicación social, y hasta de un fotógrafo en la parte trasera.
Pero…, resulta que Molinas Palacios tiene las pilas bajas o en cero con el legislador federal, Héctor Yunes Landa, jefe máximo de dos los cuatro diputados locales, a saber, Andrea Yunes Yunes, su hija, y Jorge Moreno, su cuaderno.
Así­, antes, mucho antes de que llegue el 4 de noviembre, en que tomarán posesión, habrí­an, quizá, de suscribir el pacto de Acatempan, pues de lo contrario arderá Troya.
Más si con todos los vientos desfavorables, Yunes Landa sueña con la candidatura tricolor a gobernador en el año 2024.

BALAUSTRES: Molina y Yunes rompieron en el año 2016 cuando Héctor perdió la gubernatura y Juan Carlos le dijo frase bí­blica:
“Ni modo, compadrito, perdimos, pero a ti te fue muy bien”.
Entonces, Molina reapareció en la cancha de Pepe Yunes Zorrilla de cara a la candidatura a jefe del Poder Ejecutivo Estatal el primero de julio y también perdieron.
En los dí­as posteriores y conforme Héctor se miraba como diputado federal por la ví­a pluri y miraba a Juan Carlos como diputado local por la ví­a pluri, Yunes Landa también acuñarí­a frase bí­blica:
“En un ratito me arreglo con Molina”.
Quizá ya lo estarán. Acaso, estarán tendiendo puentes, vasos comunicantes. El caso es que si llegan con rozones al 4 de noviembre o en dí­as posteriores serí­a difí­cil una negociación.
A menos, claro, que ambos cumplan “al pie de la letra”, con la profecí­a de José López Portillo de que los polí­ticos se volverí­an unos cí­nicos y/o con la prédica de la república amorosa de perdonarse los unos a los otros.


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