Exhibe Bravo Contreras pifias de la Fiscalía en su juicio
•Exfiscal revela diálogo privado con Jorge Wínckler donde le ofreció la libertad a cambio de declarar en contra de Javier Duarte
Por CARLOS HERNíNDEZ/Foto de YERANIA ROLÓN
Con una entrada elegante, sintiéndose triunfal, Luis íngel Bravo Contreras fue recibido entre aplausos, besos, abrazos, apapachos por su esposa, familiares, amigos y uno que otro periodista.
Bravo Contreras salió de las celdas del reclusorio regional de Pacho Viejo, Coatepec, para asistir a la sala de Juicios Orales del Poder Judicial de Veracruz, donde se celebró la audiencia por el sobreseimiento a solicitud de la defensa.
El exfiscal general de Veracruz estaba sonriente, con un elegante traje de diseñador azul marino, camisa blanca, una elegante corbata color mostaza y calzado negro, guiñando el ojo izquierdo desde su aparición, seguro de sí mismo, con un impecable peinado, saludó a los asistentes.
Un periodista que nervioso se entrelazaba las manos simulaba pararse y sentarse de la banca donde estaba, no aguantó las ganas, se paró, dio unos pasos y acudió a los brazos de Luis íngel a quien le dio un caluroso saludo.
La sonrisa de Luis íngel destellaba a los asistentes de la sala 3, seguían los saludos, los abrazos, los familiares y amigos no paraban de darle ánimos y palmadas en la espalda.
Bravo Contreras cruzo miradas con otro periodista, luego, con la mano derecha y entre labios le dijo “ven”. Y ahí va a estrechar la mano del exfiscal, el abrazo y saludo. “Vas pal”™ feis”, refuta una periodista que esperaba ansiosa el inicio de la audiencia.
La sala estaba llena de familiares y amigos de Luis íngel Bravo Contreras, quien salió acompañado de María del Rosario Zamora González, ex directora de investigaciones ministeriales de la Fiscalía Veracruzana.
Pareciera que el tiempo en Pacho Viejo hiciera que alimaran asperezas, Rosario fue criticada de haber señalado a su ex jefe -Luis íngel- como el autor material del ocultamiento de 19 cadáveres en la barranca La Aurora o Laguna Negra, en el municipio de Emiliano Zapata.
Zamora González saludó a la esposa de Luis íngel, un abrazo y beso. Enseguida y muy sonriente corrió a los brazos de sus padres que aguardaban sigilosos en la sala.
“El Barrio del Dique está presente”, dice un visitante de sala, que emocionado acompañaba a los familiares de Luis íngel. Rosario Zamora no quiso pasar desapercibida en la sala y de lejitos, con el uniforme naranja de los internos del reclusorio saludaba a la prensa.
La cosa se pone seria, Alma Aleida Sosa Jiménez, Jueza del caso, arribó a la sala. Los asistentes toman su lugar y dio inicio a la audiencia, previa presentación de los fiscales, abogados defensores, periodistas, amigos y familiares de los imputados.
No han pasado ni cinco minutos de la audiencia y Luis íngel Bravo toma la palabra: “por salud de las instituciones veracruzanas (...) es imperdonable error de algunos funcionarios de la Fiscalía General del Estado, desobedecieron la Ley General de Desaparición Forzada”.
La audiencia va a paso apresurado, la defensa de los imputados arremete nuevamente contra la Fiscalía, “el 24 de septiembre solicite un sobreseimiento y el 27 de septiembre la Legislatura aprobó un decreto para derogar otro decreto, exclusivamente para perjudicarme,” refuta Luis íngel.
Dicho decreto publicado en la Gaceta Oficial, siguiendo los lineamientos de la Ley General de Procedimientos Penales en materia de Desaparición Forzada, el decreto 678 derogaba los artículos, incluyendo el 318 Quinquies que se le imputa a Luis íngel Bravo y a Rosario Zamora, por lo que la defensa expresó que la Fiscalía pretendió engañar al Congreso del Estado emitir un decreto que derogara el anterior.
La defensa precisó que la única autoridad facultada para legislar en materia de desaparición forzada, trata de personas y secuestro es el Congreso de la Unión y recordó que el sobreseimiento fue solicitado el 24 de septiembre, pero el día 27 del mismo mes, se presentó un dictamen para dar marcha atrás a la derogación de esos artículos, lo cual, el abogado defensor, Arturo Nicolás Baltazar sostuvo que sus representados quedarían en libertad.
En breve respuesta, Julio Rodríguez, Fiscal Regional en Córdoba y allegado al caso sostuvo que “no es el momento procesal oportuno”.
En réplica, Luis íngel lanzó a la Jueza y al público que el Fiscal Especializado para la Atención de Denuncias de Personas Desaparecidas, Luis Eduardo Coronel Gamboa se paseaba por los pasillos del reclusorio de Pacho Viejo, donde -según él- bajo intimidaciones hicieron que el director de Servicios Periciales, Gilberto Aguirre Garza lo señalara como el autor intelectual por el delito de desaparición forzada en agravio al ex policía estatal David Lara Cruz.
“El celular deja rastros de geolocalización, lo pueden comprobar,” sostiene Luis íngel.
Por si fuera poco, Luis íngel reveló que actualmente la Fiscalía General tiene funcionarios “delatores”, que fueron premiados profesionalmente e incluso, que los autores materiales confesos están libres bajo el supuesto de “testigos protegidos.”
La Jueza al escuchar ambas partes y al considerar que pudiera existir un conflicto de leyes, se declaró incompetente por ser materia reservada de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Además, Sosa Jiménez señaló que los argumentos presentados por la defensa no fueron los adecuados para buscar el sobreseimiento, determinando que la solicitud no resultaba procedente.
Sin embargo, dio pie a razón de la defensa, en el sentido que al no ser presentados “de manera adecuada” pudiera salir libre Luis íngel Bravo y Rosario Zamora.
Inconforme por el fallo de la Jueza, Luis íngel Bravo rompe el silencio y expresa que es víctima de malos funcionarios y manejos de la Fiscalía y por ello lleva tres meses y medio en prisión.
“Jorge Wínckler Ortiz días antes de ser detenido Aguirre -Garza, ex director de Periciales- me invitó a una reunión y me recibió Luis Eduardo Coronel.”
Bravo Contreras detalló que en la reunión se encontraba Marcos Even Torres, actual Fiscal Anticorrupción de Veracruz, quienes le informaron que los policías estatales habían cometido muchos errores al detener y desaparecer a las personas que detenían.
“Que pendejos los policías con las desapariciones, era más fácil simular enfrentamientos y ejecuciones,” aseguró Bravo Contreras.
“Él me dijo -Jorge Wínckler- que tenían elementos que me alcanzaban en algunos delitos y que no me iba pasar nada, pero que declarara una historia de sangre y muerte en Veracruz. Yo dije que no era verdad y me negué, por eso llevo aquí tres meses y medio y lo tengo todo grabado.”
La defensa argumentó que dicha grabación saldrá en el momento procesal oportuno y por el momento se guiarán a las instancias correspondientes para buscar el beneficio de la libertad a Luis íngel y Rosario Zamora.
Concluida la audiencia, los imputados fueron trasladados a las estancias del reclusorio, no sin antes, Rosario Zamora pidió a un par de periodistas le quitaran el mote, “ya no me digan así, la chacala”.
Casi corriendo, Luis íngel Bravo salió corriendo y subió a la camioneta que lo trasladaría a las celdas del reclusorio, “así no me tomen cabrones,” gritó el exfiscal a los fotógrafos.
A paso lento, Rosario Zamora caminaba para subir a la camioneta. A las afueras de las enormes puertas de acero de Pacho Viejo, las puertas de la unidad se abrieron y policías estatales tomaron fotos y pidieron a los detenidos descendieran.
“No tienes porque tomarme fotos, es en contra de mi voluntad y no me voy a bajar, es mi derecho humano y no me voy a bajar,” sostuvo Luis íngel Bravo.
Seguido, una mujer policía pidió apoyo al comándate de turno, pero este respondió: “que se baje el hijueputa”.