Entonces, y de acuerdo con las versiones, Meade les concesionó tres delegaciones federales, una de ellas, en Xalapa, y que tumbara a Antonio Bení­tez Lucho como delegado del IMSS.
Además, de una forma atroz, sin el mí­nimo respeto a los derechos humanos, “quí­tate porque ya llegu锝, y lo que, bueno, fue avalado por Meade y su primero o segundo cí­rculo del poder.
Desde luego, con todo y “La luz del mundo”, el hartazgo social en contra del priismo y del panismo originó la más espantosa derrota electoral del tricolor, pues el mismo dí­a perdieron la presidencia de la república, la mayorí­a en el Congreso de la Unión, siete gubernaturas y la mayorí­a en diecisiete Congresos locales.
Pero el los, ni hablar, se quedaron con todo.
En la delegación federal del IMSS fue impuesto Israel Garcí­a Iñiguez, favorecido con el dedazo de su amigo, Silem Garcí­a Peña, originario de Guadalajara, regidor que fue en el Ayuntamiento de Xalapa con Américo Zúñiga, y cuyo padre es uno de los meros meros de “La luz del mundo” en el Jalisco gobernado por el priista Aristóteles Sandoval.

EL HACHAZO IBA CONTRA ELMO

Según las versiones, en un principio Meade concedió a los ministros de Dios reclutados en “La luz del mundo” la delegación federal del ISSSTE en Veracruz con Elizabeth Morales, Elmo, al frente, protegida de Beatriz Paredes Rangel y Lorena Martí­nez, senadores de la república por la ví­a pluri.
Pero todo indica se movieron a tiempo en el CEN del PRI y en “El cuarto de guerra” de Meade y reorientaron el hachazo por el Seguro Social.
Y ni modo, la historia demuestra que siempre “el hilo se rompe por lo más delgado”, y Bení­tez Lucho debió entregar la delegación, sin tiempo, vaya, para sacar sus tiliches de la oficina, sus libros, documentos, periódicos viejos, etcétera.
Pero más aún, dejando al garete ene número de programas sociales y médicos en marcha.
Incluso, organizaba el gran cierre del sexenio del IMSS en Veracruz.
El director nacional le ofreció una reubicación en otro estado del paí­s, pero Bení­tez Lucho fue contundente:
“No soy un busca/chambas”.
Hubo, claro, los oficios de Pepe Yunes Zorrilla para evitar el despido, pero fueron insuficientes.
“La luz del mundo” se impuso, con todo y que el dí­a de los comicios sirvió para nada.

DESASTRE EN EL IMSS

Silem Garcí­a Peña es el jefe máximo y tiene como su operador en el Seguro Social a Israel Garcí­a Iñiguez, considerado su tí­tere.
Pero Israel Garcí­a también tiene lo suyo y tiene sus cuijes, la más connotada una mujer, Carmen Martí­nez, a quien, primero, en carrera meteórica, nombró su asesora, y luego, jefa de Recursos Humanos.
Ella estuvo en el Ayuntamiento de Américo Zúñiga Martí­nez en la Comisión Municipal del Agua, CMAS, y de acuerdo con las versiones, ahora cobra tanto en el IMSS como en la CMAS, y lo que a la luz de la ley constituye un abuso.
Más abuso, por ejemplo, el nepotismo que está cometiendo en el cierre del sexenio de Enrique Peña Nieto.
El primero ya incorporó a un hijo a trabajar en el IMSS.
Y el segundo, tiene a otro hijo laborando en la CMAS, ni más ni menos, como cajero.
Y para llevar la fiesta en paz también le otorgó una plaza a un chofer de Silem Garcí­a Peña, del que se afirma fue despedido del Ayuntamiento de Américo Zúñiga por huachicolero, pues solí­a desviar la gasolina de la CMAS para venderla en la colonia Revolución, de Xalapa.
Según las versiones, Silem tiene ya un nuevo apodo y es “El señor de los diezmos”, porque a los funcionarios que han nombrado en el IMSS les cobra el diezmo, a tono, claro, con las grandes enseñanzas del priismo en “la plenitud del pinche poder”.
Total, cuando el Peñismo va de salida, un feligrés de la iglesia “La luz del mundo” hace y deshace para descarrilar mucho más el nombre y el crédito del presidente Enrique Peña Nieto.

AHí VIENE AMLO…

Han de apresurarse Silem Garcí­a, Israel Garcí­a y Carmen Martí­nez con sus cositas, y a estas alturas, arreglar la casa desaseada, primero, porque AMLO, el presidente electo, viene con “la cuchilla desenvainada”.
Segundo, porque al frente del IMS nombró al expanista Germán Martí­nez, aquel que en la euforia azul gritaba “¡Viva Cristo Rey!” y ahora gritará “¡Viva AMLO!”, y en cuyo nombre buscará como Diógenes con su lámpara a los polí­ticos y funcionarios públicos pillos y deshonestos.
Y vaya a ser las de malas que la delegación federal del IMSS de Veracruz sea la primera ví­ctima de la nueva Constitución Moral.