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Malecón del paseo
Jueves 20 septiembre, 2018

Androides sexuales

•Cura para la soledad
•Un éxito en Japón

EMBARCADERO: Quizá el peor mal de caja de Pandora nunca ha sido la envidia ni la venganza como la establece la ley universal, sino, la soledad... Hay, claro, la soledad de fuera, pero peor es la soledad de adentro... Se puede, por ejemplo, estar rodeado de familiares y amigos y vecinos, pero sentirse y padecerse una soledad milenaria... Y puede estarse solo, pero acompañado, digamos, por los recuerdos, quizá por una mascota, un perrito, un gatito, un pajarito... Y también, claro, por libros

Luis Velázquez

Pero ahora cuando las parejas sueñan con irse al planeta Marte de luna de miel… Y los hombres más poderosos del mundo sueñan con apretar el botón nuclear para desaparecer a sus enemigos con todo y pueblo incluido… Y el mundo se ha vuelto una aldea global…, resulta insólito que la soledad sea el mal diabólico carcomiendo la vida de millones de seres humanos… Y lo peor, una soledad que de igual manera arrasa, cierto, con las personas de la séptima década, pero también con los jóvenes y los niños…

ROMPEOLAS: Por lo pronto, en el continente asiático están curando la soledad con las muñecas plásticas de compañí­a… Les llaman, oh paradoja, muñecas sexuales y/o androides, los nuevos androides de los cinco continentes… Incluso, en Hong Kong hubo una exposición de muñecas… En la última edición está claro que son utilizadas para la práctica sexual… Es decir, y más allá de la soledad espiritual, la soledad del alma y del corazón, la soledad de las neuronas, la soledad sexual está causando los peores estragos en la humanidad… Las más baratas valen mil euros, pero si el cliente las quiere con ciertas caracterí­sticas fí­sicas, por ejemplo, con la misma cara de Salma Hayek, Jacqueline Kennedy, Natalie Portman o Susana Zavaleta, entonces, llegan a costar más de veinte mil euros… Es más, el cliente puede elegir, además del fí­sico de su muñeca sexual, la altura, el peso y la complexión fí­sica… Y si desea una muñeca sexual delgada o excedida de peso, se la fabrican… Más todaví­a: la ciencia ha avanzado tanto que hasta les pueden incorporar un sistema de inteligencia artificial para responder con voz a estí­mulos y excitarse y lo insólito, hasta sentir orgasmos… Entonces, claro, el precio aumenta y llega a cotizarse hasta en treinta mil euros... Lujitos, claro, que sólo puede Carlos Slim, uno de los hombres más ricos del mundo, aun cuando para nada las necesita, pues con tanto billete las mujeres les han de sobrar…

ASTILLEROS: Una muñeca sexual con tales caracterí­sticas harí­a feliz, por ejemplo, al lí­der de los ferrocarrileros desde hace más de veinte años, Ví­ctor Flores Morales, el chico que se soñaba el Elvis Presley de la negritud y se vestí­a como Elvis y caminaba como Elvis y actuaba como Elvis y cantaba como Elvis… Y es que cada vez que anda de visita en Veracruz, Ví­ctor Flores llega acompañado de una despampanante escort, y siempre, claro, blanca de la piel, algunas ocasiones, blanca, blanca, gí¼era mejor dicho, para hacer el café con leche… Y, bueno, viajar de México, su centro de operaciones, a Japón, para solicitar su muñeca sexual nada le cuesta… Incluso, hasta podrí­a llevarse al lí­der caciquil de los petroleros, Carlos Romero Deschamps, y viajar en el avión de su propiedad, considerando que la hija de Deschamps utiliza el avión familiar para pasear a su perrita en los cielos de México pues las nubes le fascinan, perrita tan feliz y chiquiona…

ARRECIFES: En Hong Kong efectuaron la llamada Feria de Adultos de Asia y exhibieron puras muñecas sexuales… Un montón de stands, como en una feria ganadera de Veracruz, con las mujeres más bellas del mundo… La feria cobró interés inusitado por lo siguiente: cuando el año anterior fue lanzada el impulso de compra de los asiáticos descarriló por completo y muchos se las llevaron… Después, la voz se fue corriendo y siguió una venta explosiva… Y de pronto, zas, la estadí­stica social demostró que muchos japoneses, seis de cada 10, estaban dejando a sus parejas de carne y hueso para pasar el resto de sus dí­as con una muñeca, por una sola razón, la siguiente… Mientras ellos pasan el dí­a en el estrés del trabajo y suelen tener dí­as agobiantes, cuando regresaban a casa la esposa y los hijos les echaban pleito por tanto abandono… Y en cambio, las muñecas siempre los esperaban despiertas y contentas y felices, sin ningún reproche… Julio Verne en su vuelta al mundo en 80 dí­as habrí­a quedado perplejo…

PLAZOLETA: El negociazo de las muñecas sexuales nacido en Japón ha alcanzado un éxito inusitado en otras latitudes… Por ejemplo, en Barcelona abrieron el primer burdel con muñecas sexuales con tanta demanda que al mes debieron trasladarse a un lugar más grande y paradisiaco y que convirtieron en casa de citas, a cien metros del Camp Nou… Una hora de cita cuesta cien euros… Y con otros cien euros el cliente puede exigir que la vistan a su modo, digamos, para escenificar el vestuario preferido de alguna actriz de sus sueños… Y como la soledad hace estragos tanto en hombres como mujeres resulta que en la casa de citas de Barcelona también incluyeron a muñecos sexuales para que así­ tanto la población femenina y la diversidad sexual estén a gusto…

PALMERAS: Los japoneses incursionando en el negocio de los androides sexuales (y sensuales, una muñequita, por ejemplo, con la cara de Silvia Krystell, Jacqueline Bisset o Camerón Dí­az) basan su éxito rotundo en que las tecnologí­as de la des(información) (Internet, redes sociales, whatsaap, periscope, twitters, facebook, etcétera) han creado y recreado la pérdida de las habilidades sociales… Pero más aún, una adicción donde la mujer y el hombre quedan despersonalizados por completo y de pronto, de tanto andar hipnotizados quedan sin identidad… Y lo peor, atrapados y sin salida en la soledad… La soledad de adentro que incide en la soledad de afuera… Y nada mejor que las muñequitas del siglo XXI…


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