Por ejemplo, los jóvenes universitarios de aquella época desafiaron el autoritarismo de Gustavo Dí­az Ordaz y Luis Echeverrí­a ílvarez cargando las bambalinas y las fotos con sus nuevos héroes, a quienes glorificaban en el altar de la patria en cada discurso insumiso y rebelde.
Entre ellos, los siguientes:

Los Beatles. Fueron y son todaví­a influencia decisiva en los jóvenes y también en los jóvenes del siglo pasado. Las fotos de Paul McCartney, Rigo Starr, John Lenon y George Harrison eran cargadas por los muchachos en las caminatas tanto en la UNAM y el Politécnico como en las calles y avenidas de la Ciudad de México. Sus canciones eran interpretadas en el campo de batalla de las ideas.

The Rolling Stones. Ellos, más Mick Jagger (con su gigantesca lengua que todaví­a usa de corbata) encarnaron la lucha polí­tica y social más limpia, utópica por un mundo mejor. A su lado, nada tení­an que hacer Miguel Hidalgo ni Morelos con su grito feroz de “matar gachupines”.

Bob Dylan fue el otro héroe simbólico del 68. Premio Nobel de Literatura, su vida marginal contestataria a los regí­menes polí­ticos del mundo inspiró el arrojo y la intrepidez de aquellos muchachos desafiando a los porros de Dí­az Ordaz y Echeverrí­a.

PASAMANOS: Gabriel Garcí­a Márquez. Todaví­a faltaban años para ganar el Premio Nobel de Literatura, pero el Gabito era el nuevo í­dolo y héroe de la patria. Su nombre significaba otra razón superior de lucha utópica, al lado, entre otros, de Carlos Fuentes, Mario Vargas llosa, José Lezama Lima, Julio Cortázar, Juan Carlos Onetti, para citar las referencias de América Latina. “Cien años de soledad” era la nueva biblia.

Jean-Paul Sartre y Simone de Beauvoir. Declarados héroes patrios de Francia en el movimiento estudiantil del 68 en Parí­s, sucedidos meses antes que en México, Sastre y Beauvoir también fueron adoptados como héroes en el paí­s. Quizá, su gran influencia por el lado del amor y el sexo libre que ambos viví­an y practicaban como doctrina superior de la humanidad. La libertad sexual como emblema, digamos.

Ernesto Che Guevara. “El Ch锝 fue el héroe patrio universal. La figura central, sin duda. Arriba, lejos, de Benito Juárez, Francisco I. Madero y Lázaro Cárdenas. El idealismo llevado al otro extremo, el de la muerte. Morir por una idea y un sueño social. Su ejecución, el 9 de octubre de 1967, en La Higuera Bolivia, un año antes del movimiento estudiantil del 68, estaba fresca y latió. Entró a la historia y a la gloria y a la inmortalidad como el í­cono de la izquierda en el mundo.

Fidel Castro Ruz. El barbón cubano fue el otro héroe patrio encumbrado en el 68 en México. En segundo lugar después de “El Ch锝. Con su entrada triunfal en La Habana el primero de enero de 1959 se volvió el sí­mbolo universal de la lucha contra el imperialismo. (La Jornada, Emir Olivares y Gustavo Castillo)

CORREDORES: En el 68, el primer concierto de rock, el Festival de Woodstock, significó la liberación en varios frentes, de igual manera, digamos, como el Festival de Avándaro, tiempo aquel cuando en un viaje esotérico, una chica menor de veinte años trepó al entarimado, se puso a bailar y bamboleando su cuerpo con suavidad sensual se fue desnudando por completo.
Muchos meses después, cuando una revista de rock la entrevistara, lo explicó así­:
“En Avándaro me harté de que cada hombre que pasaba a mi lado me desnudaba con la mirada. Entonces decidí­ desnudarme en el entarimado”.
Pero el hecho también significó otra liberación, la más importante, la lucha contra el férreo autoritarismo familiar que todaví­a, claro, suele darse en infinidad de hogares, no sólo en México, sino en el mundo.
Por eso el grito universal de “¡Queremos rock!” y que incluye el legí­timo derecho a usufructuar los derechos humanos.
Los nuevos héroes de la patria universal. The Beatles. The Rolling Stones. Bob Dylan. Janis Joplin, Jimi Hendrix o The Who.
Una pelí­cula fue filmada a tono. “Los caifanes”, con el caifán mayor, Óscar Chávez, Julissa y Enrique ílvarez Félix, el único hijo de Marí­a Félix.

BALAUSTRES: Cada quien con sus héroes.
Jesucristo, por ejemplo, también fue declarado héroe patrio en el movimiento estudiantil del 68 en Praga, encarnado en una chica de 18 años que desafiando a los soldados, transgrediendo la hilera de los fusiles, se acercó a uno de ellos y le regaló una rosa blanca.
Y Jesús fue aclamado bajo el grito de “Amor y paz”.
Fue hace cincuenta años.
Otros héroes patrios también fueron entronizados, por ejemplo, en el cine, Alfred Hitchcock (pelí­culas de terror), Roman Polanski (su desliz sexual con una menor de edad en Estados Unidos). Ingmar Bergman (el cine surrealista) y Luis Buñuel, el cineasta español que exiliado en México filmó, entre otras, su gran pelí­cula, “Los olvidados”, un retrato descarnado de los pobres y “de los pobres entre los pobres”.
Ellos fueron los héroes patrios del 68. Vidas imborrables que como Hidalgo, Morelos, Juárez, Madero y Cárdenas, estremecieron el paí­s y el mundo.