Dos. La interferencia de los voceros y gobernadores en turno para imponer los contenidos editoriales.
Incluso, bajo la advertencia que al primer desacato, ni modo, el convenio deja de pagarse unos meses y/o de plano cancelarse.
Tres. En base al convenio mensual, la solicitud del gobernador y/o vocero en turno para castigar y/o despedir a reporteros indeseables.

LUNES
Periodistas incómodos

Cuatro. El manipuleo de los reporteros y columnistas para tirar incienso al jefe polí­tico y para al mismo tiempo, denostar a los enemigos y adversarios.
Es más, el uso faccioso del poder para exhibir y calumniar a los reporteros incómodos.
Cinco. Mientras por un lado hay reporteros desaparecidos y asesinados, luego de su destino fatí­dico también han sido victimizados, acusándolos de que debido a las malas amistades ellos mismos son culpables de su muerte.
Seis. Y lo peor, muchos años después, los crí­menes de trabajadores de la información, más los desaparecidos, en la más impunidad.
Siete. El torpedeo a los reporteros y columnistas incómodos a través de texto/servidores, troles y bots para difamar y golpear, y de ñapa, desacreditar a todos ellos.
Lo peor: en algunos momentos sexenales de Veracruz desde el poder han formado hasta los llamados “Carteles de Palacio”, reporteros adictos, sumisos y sumidos encargados, entre otras cositas, de neutralizar ruedas de prensa cuando hay preguntas perturbadoras para el gobernante en turno.
Ocho. El veto a conductores de radio y televisión y a columnistas que se salen del huacal, pues la filosofí­a de comunicación social de Porfirio Dí­az ha resultado insuficiente, aquella que resumí­a en el siguiente enunciado:
“Perro con hueso en la boca… ni ladra ni muerde”.

MARTES
Justicia a secas…

Nueve. Algunos exgobernadores han aplicado el principio juarista:
“Para los amigos, justicia y gracia. Y para los otros, justicia a secas”.
El cuatismo, pues, en su dimensión estelar.
Los dueños de los medios y trabajadores de la información, por ejemplo, amigos del jefe del Poder Ejecutivo Estatal, y/o amigos de un familiar, y/o amigos de un funcionario del primer cí­rculo del poder, han sido beneficiados con “hacha, calabaza y miel”.
Por ejemplo, y entre otras cositas, hasta con el financiamiento a “Fondo Perdido” para crear una cadena de periódicos.
Además del jugoso convenio mensual durante los largos y extensos años de un sexenio.
Diez. Aun cuando el medio impreso solo circule en las oficinas públicas y regalado, y el medio radiofónico y televisivo tenga un bajo y dudoso rating, si es amigo, y amigo solí­cito, entonces, hasta contratos fast track de obra pública para una compañí­a constructora les son concedidos.

MIÉRCOLES
Polí­ticos enchilados

Once. Nada ha enchilado más a los ex gobernadores más que la crí­tica. Y más, porque los polí­ticos suelen tener la piel muy frágil.
Así­, y encaramados en el poder, dueños del dí­a y de la noche, con toda la fuerza polí­tica del gobierno del estado, con una vocación mesiánica por el poder que los vuelve autoritarios y excluyentes, simple y llanamente, los gobernadores en funciones hacen y deshacen.
Y entre otras cositas, dejan fuera de un convenio a los medios crí­ticos por más y más circulación y rating probada y comprobada que tengan.
Y por más y más que ejerzan un periodismo pleno, documentando, riguroso, y mejor escrito.
La regla universal ha sido la misma de Ronald Reagan cuando era presidente de Estados Unidos de “estás conmigo o contra mí­” y de José López Portillo de “no te pago para que me pegues”.
Tal ha sido, y es, el concepto de la democracia en la relación de los polí­ticos en el poder con los medios.
Doce. ¡Ah!, y si un medio se pasa, digamos, “de tueste” en la crí­tica, entonces, la historia registra varias opciones:
A, el aislamiento. B, cero relación institucional. C, el acoso, la intimidación y la amenaza.
D, el rafagueo de otros medios para el desprestigio. E, una madriza. F, el secuestro y la desaparición.
G, una auditorí­a fiscal. H, en otros tiempos, incendiar las oficinas del medio y el asesinato.

JUEVES
Incienso total y absoluto

Trece. Otros negocios que desde la gubernatura han favorecido a los dueños de los medios disciplinados son los siguientes:
A: La maquila en sus imprentas comerciales de publicidad oficial (carteles, por ejemplo) hasta libros.
B: El regalo de un terreno y de la construcción de un edificio para una escuela y el mobiliario y el RVOE otorgado por la secretarí­a de Educación.
C: La concesión de flotillas de taxis y autobuses urbanos de pasajeros y de carga.
D: La construcción de presas derivadoras de aguas en los ranchos propiedad de los magnates de la comunicación.
E: El financiamiento a “Fondo Perdido” para la compra de un terreno y la construcción de un motel.
F: El regalo de un edificio para instalar el medio.
G: El visto bueno ante la secretarí­a de Comunicaciones y Transporte para la concesión de una estación (o más) de radio FM.
H: El financiamiento de viajes para la familia al extranjero.
Entre otros beneficios, claro, y que suelen ganarse cuando los medios tiran incienso al gobernante a su paso.

VIERNES
Desafí­o para Cuitláhuac Garcí­a

El 1 de diciembre del año que corre un nuevo sexenio comenzará en Veracruz.
Por vez primera, la izquierda, encarnada en MORENA y AMLO, sentará en la silla embrujada del palacio.
Y el gobernador electo será el jefe máximo del Poder Ejecutivo.
El jefe natural de los poderes Legislativo y Judicial por más y más se hable de autonomí­a e independencia de los poderes.
El jefe máximo de las finanzas públicas.
El jefe máximo de las corporaciones policiacas, las delegaciones de Tránsito y los penales.
El jefe nato del partido polí­tico en el poder.
La última voz, la voz suprema de las concesiones de obra pública fast track, por dedazo.
El enviado de Dios para autorizar los acuerdos comerciales con los medios…, en caso, claro, de que así­ proceda.
Y, bueno, como cada 6 años, Veracruz se reinventa y vuelve a nacer, mucho hará el góber electo, cumpliendo, primero, con la Constitución General de la República en el respeto a la libertad de expresión, y segundo, fortaleciendo (ajá) la vida democrática y que tanto suele interesar, ajá, a la izquierda.
Un gobernador, como tampoco un polí­tico, es el dueño de la libertad de prensa, aun cuando quizá termina como dueño de la libertad de la empresa periodí­stica imponiendo su agenda pública.