Y de ser así­, y con tantos jóvenes rechazados en la Universidad Veracruzana (25 mil en este ciclo escolar), más el desencanto y la frustración con la UPAV (Universidad Popular Autónoma de Veracruz creada por Javier Duarte y José Murat Casab, pues llegó a tener 77 mil alumnos y ahora sólo le quedan siete mil), las Universidades AMLO se han convertido en la única esperanza para los pobres y para “los pobres entre los pobres”.
Tal cual, el politólogo Ramón Bení­tez mira el fracaso de las universidades particulares de Veracruz en una crisis donde sólo sobrevivirí­an las escuelas tradicionales y fuertes, digamos, como, y en el caso de Veracruz, la Universidad Cristóbal Colón y la Universidad del Valle de México, antigua Villa Rica.

PASAMANOS: Todaví­a peor si se considera lo siguiente:
Uno. La UPAV solita se desacreditó. Desde maestros estafados con el pago de sus honorarios mensuales hasta alumnos con papelitos ”˜patito”, a tal grado que las empresas regionales los rechazaban sin ningún miramiento.
Dos. Las altas inscripciones y colegiaturas en las universidades privadas, además de que el 90 por ciento ofrecen las carreras tradicionales, todas saturadas en el mercado laboral, como son Derecho, Medicina, Odontologí­a, Contadurí­a, Ingenierí­a y Comunicación, entre otras.
Y tres. Según el politólogo Carlos Ronzón Verónica, la Universidad Veracruzana, UV, que en otro tiempo fue pública cien por ciento sin tarifas alternas ni adicionales, cobró ahora en el nuevo ciclo escolar 700 pesos de inscripción, seguro médico y credencial.
Además, de mil pesos que cobrara en el ciclo anterior como cuota para mejoras en general (sin nunca, jamás, rendir cuentas), ahora incrementó la cuota a dos mil pesos.
Y dos mil pesos que simple y llanamente significa la quincena de un padre de familia, considerando que la mayorí­a de estudiantes de la UV son hijos de obreros y campesinos y familias de la clase media.

CORREDORES: Las cien universidades AMLO (en Veracruz funcionan, cacarea el boletí­n en Coatzacoalcos, Minatitlán, Poza Rica y Rí­o Blanco, aun cuando sólo tienen abierta una facultad, la de Ingenierí­a Petrolera) significarán un tsunami demoledor para las escuelas privadas.
Por varias razones, entre ellas las siguientes:
A: Se vive y padece una economí­a en recesión. Por todos lados hay quejas. La economí­a está contraí­da. Cero creación de empleos. Y si los hay son empleos con salarios de hambre, mezquinos, igual, igualito que en 1910 en México y en Rusia con Ricardo Flores Magón, Carlos Marx y Federico Engels.
B: De norte a sur y de este a oeste de Veracruz hay fábricas, comercios y changarros cerrados. Las bajas ventas. Escasez de circulante. La gente carece de dinero para comprar. Incluso, la crisis quincenal se ha agudizado y cada vez más mujeres corren a la casa de empeño para pignorar el anillo matrimonial, su único bien material, para terminar la quincena.
C: Así­, y sin necesidad del decreto de AMLO en la vida pública, antes, mucho antes, las familias se han declarado en austeridad. La única estrategia económica para flotar es apretarse las tripas hasta donde más se pueda.
D: Y en contraparte, los hijos creciendo y llegando a la edad universitaria, y ni modo de cruzarse de brazos.
Y es ahí­ donde la esperanza del paí­s está puesta en las universidades AMLO.
Las escuelas privadas están condenadas a la muerte por inanición.
Y más, cuando y como en algunas casas de estudio cobran más de treinta mil pesos por una graduación y en donde, caray, hasta cobran por poner el tapete rojo al graduado, como si fueran a recibir el Oscar en Hollywood.

BALAUSTRES: Según el politólogo Ramón Bení­tez, los dueños de las escuelas particulares reducen las inscripciones y las mensualidades y de manera significativa, o las universidades AMLO se las tragarán.
Además, está sonando la hora de que la rectora de la UV se arrope en la sensibilidad popular y mire y aprecie y valore el viento de la austeridad republicana corriendo desde el altiplano con Andrés Manuel López Obrador, el presidente electo, para que la máxima casa de estudios de Veracruz recobre su sentido social.
Y más, luego de su tentación imperial y faraónica de soñarse la gran electora y estar soñando con imponer al sucesor como “traje a la medida”.
Y más, cuando los 41 mil jóvenes que este año presentaron examen de admisión debieron pagar el derecho a examen y 25 mil fueron rechazados y sólo admitidos dieciséis mil.
En la república amorosa de AMLO otean sus universidades.
Y si el cuerpo magisterial es de primera, entonces, arrasarán hasta con la UV y los tecnológicos, y ni se diga con la Cristóbal Colón y la UVM.