El góber electo, por ejemplo, les pintó el siguiente “mundo color de rosa”:
“Sudor, sangre y lágrimas” para que los Colectivos sean reconocidos, primero, a nivel estatal.
Luego enseguida, en el paí­s.
Y después, en el mundo.
Y una vez que tengan el triple reconocimiento, les dijo, los recursos económicos de los cinco continentes fluirán como lluvia bienhechora para que las madres y los padres continúen la búsqueda de sus hijos.
Pero, bueno, el proverbio popular dice que “el camino al infierno está sembrado de buenas intenciones”.
Por ejemplo:
Una cosita es que los Colectivos y Solecitos sean reconocidos en el estado de Veracruz, y en donde las Fiscalí­as las han tratado con desdén y menosprecio, y otra, cien por ciento ajena a la buena voluntad del góber electo, es su validez en el paí­s, y otra, mil años luz de distancia, su permanencia, con vientos favorables, en el resto del planeta.
El góber electo parece que fuma mota y de la mala porque le está causando estragos en el tinaco mental.

UNA VOCERA CON MIRADA UNIVERSAL

Vayamos, por ejemplo, al caso del Solecito.
Su vocera, la señora Lucy Dí­az Genao, es licenciada en Letras graduada en una universidad de la República Dominicana.
Ella es polí­glota, habla inglés y francés entre otros idiomas.
Madre de Guillermo Lagunes Dí­az, el JD más famoso del Golfo de México, desaparecido en el mes de junio del año 2013 en el fraccionamiento Reforma del puerto jarocho, está jubilada luego de treinta años de servicio ininterrumpido como traductora.
Su mirada sobre la vida es universal y por eso mismo, su lucha y la lucha de las madres con hijos desaparecidos la ha llevado a foros tanto nacionales como extranjeros.
Incluso, una brigada social de Guatemala, una ONG, las auxilió en la búsqueda de sus hijos en las fosas clandestinas de “Colinas de Santa Fe”, considerada la más grande de América Latina.
Y por esas razones ella sabe y sabe muy bien y domina el tema de la difí­cil circunstancia para cabildear apoyo internacional.
Y más, como el caso de las madres de Cuba y las madres de Argentina y las madres de Guatemala con hijos desaparecidos, incluso, desde las dictaduras militares.
Por eso, cuando el góber electo ofrece “hacha, calabaza y miel” bastarí­a quizá recordar que en el mes de diciembre del año 2016, Miguel íngel Yunes Linares otorgó la medalla Adolfo Ruiz Cortes a los Colectivos y luego, en el camino, los Fiscales Jorge Wí­nckler y Eduardo Coronel junior se caracterizaron por el desdén a todas ellas.

DESDÉN Y LARGAS…

Las madres de los Colectivos sólo tienen como objetivo superior y único encontrar a sus hijos.
Ellas están seguras que sus hijos viven y en alguna parte estarán y sólo encontrarán la paz interna cuando los encuentren.
Y/o, en todo caso, y si las circunstancias fueran adversas, entonces, sus almas hallarán reposo cuando encuentren los restos óseos de sus hijos para dar el siguiente paso como es la sepultura tradicional.
La señora Lucy Dí­az Genao, como todas y cada una de las madres, han empeñado la vida dí­a y noche en la búsqueda de sus hijos, su razón de vida.
Y, bueno, con Javier Duarte el desdén y con el Yunes azul las largas. Y ahora, el góber electo ofreciendo lo mismo como si fuera una copia Xerox, una calcomaní­a exacta cien por ciento.
Nadie las ha agraviado y ofendido y lastimado tanto como la autoridad estatal.
Incluso, y por eso mismo, cuando Javier Duarte y el ex Fiscal Luis íngel Bravo Contreras están presos en el Reclusorio Norte de la Ciudad de México y del penal de Pacho Viejo, donde también duerme Arturo Bermúdez Zurita, ex secretario de Seguridad Pública, el Solecito también pidió al góber electo la cabeza del ex procurador, Felipe Amadeo Flores Espinoza, a quien califican como “el más perverso de todos los perversos”.
Por un lado, entonces, y el gran desafí­o para el nuevo sexenio, es y será, primero, aplicar la ley y la justicia en contra de Flores Espinoza, Jorge Wí­nckler y Eduardo Coronel junior.
Y por el otro, seguir buscando a sus hijos con la ayuda del gobierno de Veracruz hasta encontrarlos.

LOS POLíTICOS SUELEN CAMBIAR…

Las madres viven cada dí­a y noche con la esperanza de encontrar a sus hijos.
Ellas están seguras, y a reserva de demostrar lo contrario, que sus hijos están vivos.
Y los seguirán buscando con o sin el apoyo del gobernador electo.
Desde luego, tampoco descartan la estrujante realidad de que estén muertos, incluso, sepultados en “Colinas de Santa Fe”, considerada la fosa clandestina más grande, no del paí­s, sino de América Latina, el panteón particular de los polí­ticos, los jefes policiacos, los policí­as y los carteles y cartelitos.
Y en donde, además, están seguras de que han de seguir escarbando y excavando hasta encontrar más restos óseos.
Un nuevo sexenio iniciará el primero de diciembre y ya se verá si respetan y honran su palabra con hechos, simple y llanamente, con acciones concretas y especí­ficas.
Y es que la historia demuestra que uno es el gobernador electo y otro el gobernador en el primer año y en el segundo y en el cuarto y en el siguiente, y en cada caso, diferente, pues el poder polí­tico enloquece al más sereno, prudente y mesurado.