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Martes 10 julio, 2018

El panista derrotado

•Predestinado a ganar
•Caso Tito Delfí­n Cano

UNO. El panista derrotado

El panista Tito Delfí­n Cano era una leyenda polí­tica en la Cuenca del Papaloapan. Dos veces presidente municipal (Tierra Blanca y Azueta), subsecretario de Salud, diputado local en funciones se la jugó en las urnas para diputado federal por el PAN.

Luis Velázquez

Y no obstante que cada dí­a caminaba 23 kilómetros, mí­nimo, haciendo campaña. Y el único que llevó agenda. Y el único que pactó con las elites polí­ticas…, perdió.
Y perdió ante “El polí­tico camaleón”, Valentí­n Reyes.
A: Exmilitante del PT, PRD, PRI, PAN y Movimiento Ciudadano.
B: De 65 años de edad en repetidas ocasiones suspendió campaña electoral por la amenaza de un infarto que lo llevara al hospital.
C: Sólo hací­a campaña hasta las 5 de la tarde, porque a partir de la hora debí­a concentrarse en casa para ver su telenovela preferida, de igual manera como el priista Eliseo Bravo cuando dejaba todo para mirar un capí­tulo más con su esposa de “La rosa de Guadalupe”.
D: En el inicio de su tiempo laboral trabajó de dependiente en la tienda “La mixteca”, propiedad de Victoriano Tejeda Hernández y con los años se volvió dueño de una cadena de tiendas, Lores, integrada de 22 filiales.
¡Ah!, pero Valentí­n Reyes fue candidato ahora de MORENA, y ganó.

DOS. Predestinado a ganar

Tito Delfí­n estaba predestinado a ganar. Todos se lo decí­an en el búnker azul. Las encuestas lo proclamaban. Incluso, hasta la oposición priista lo glorificaba.
Según el politólogo Ramón Bení­tez las (posibles) razones de su derrota se resumen de la siguiente manera:
1) La soberbia de las elites azules de Xalapa enquistadas en el gobierno del estado las llevó a un cortocircuito con la militancia. Además, una parte dejó de operar o fingió operar, pero sin aterrizar un vaso comunicante con la población electoral.
2) Muchos priistas de los que desertaron del tricolor y se arrejuntaron, según, en el PAN, festejaban la esperanza de incrustarse con Cuitláhuac Garcí­a en caso de ganar la gubernatura por MORENA. Y anduvieron en un doble juego, pero al mismo tiempo, más inclinados en la cancha de AMLO.
3) En su búnker se confiaron en las encuestas. En la ví­spera, por ejemplo, daban a Tito Delfí­n 14 puntos arriba de MORENA y 33 puntos encima del PRI.
4) El PAN aceptó a estructuras priistas caducas. Un ejemplo, las hermanas Regina y Fabiola Vázquez Saut que desde hace ratito han perdido los comicios en el distrito de Acayucan, su feudo anterior. En el cierre de la campaña repletaron tres calles y avenidas con gente, pero el dí­a de la elección a nadie movilizaron para asistir a las urnas. Y mucha gente quedó en sus casas.

TRES. Alcaldes culpables

5) Los presidentes municipales del PAN significaron un foco rojo. En seis meses descuidaron la agenda ciudadana. Cuatro, cinco, meses, sin recibir a la población quejosa en audiencia. Además, los malos y pésimos servicios públicos, considerando que en cualquier pueblo lo más importante es el bache de enfrente, el alumbrado público fuera de servicio, la ausencia del carro de la limpia pública, el robo en la casa y el comercio. Bastarí­a referir que en tiempo de Miguel íngel Yunes Márquez como alcalde de Boca del Rí­o apenas entraba un ciudadano al palacio municipal y una persona de Relaciones Públicas se poní­a a sus órdenes y Humberto Alonso Morelli canceló tal servicio con todo y el llamado “Municipio exitoso”.
6) La población vomita ya, ya, ya el discurso oficial de la inseguridad inculpando a Javier Duarte de todo. Además, una cosa es el discurso y otra la percepción ciudadana. Y para la gente lo único importante es la certidumbre en el diario vivir y fuentes de empleo.

CUATRO. Hartazgo de panistas

7) El reciclaje de priistas como panistas (las Vázquez Saut, los Renato Tronco Gómez, los Ricardo Garcí­a Guzmán, los Basilio Picazo, etcétera) hartó a los panistas.
8) El desencanto azul en contra de parte del gabinete de la yunicidad impactó en el ánimo electoral. Por ejemplo, las excesivas posiciones a los perredistas y cuya presencia polí­tica en Veracruz poco o nada significan.
9) En el PAN, PRD y MC, las mismas caras y las mismas gentes de siempre y lo que trauma a la población. “A mí­, dice un panista, ya se me cayó el pelo y la panza me creció y las nalgas se me fueron para abajo y los panistas son los mismos, sin dar oportunidad a nuevos cuadros”. Tito Delfí­n formó nuevos cuadros, pero fueron insuficientes.
10) Hubo acuerdos de Tito Delfí­n con viejos liderazgos partidistas, cierto, pero al mismo tiempo, mañosos, y nada garantiza que a las horas de las urnas respetaran el pacto.
11) El discurso central del candidato del PAN, PRD y MC a la gubernatura fue en tres jefes. El primero, Javier Duarte. El segundo, Fidel Herrera. Y el terreno, “Mi municipio exitoso”. Y tal, contraproducente. A pesar, incluso, de que en tiempo y forma les entregaron un documento advirtiendo que el discurso contra Duarte y Fidel estaba saturado, y por añadidura, era un error.
12) Los caciques que del PRI se fueron al PAN sin fuerza social.
13) Lo peor de la derrota de Tito Delfí­n es que el distrito de Cosamaloapan está integrado por catorce municipios, de los cuales once son del PAN y tres de oposición (MORENA, Sochiapan y Carlos A. Carrillo, y Otatitlán, del PRI) y, sin embargo, Tito perdió. Su derrota se hizo manifiesta hacia las tres de la mañana cuando llegaron las boletas de la zona urbana, pues tal votación lo desplomó.
Tito Delfí­n fue el mejor candidato al Congreso de la Unión. Pero “El polí­tico camaleónico” que ha pasado por todos los partidos lo descarriló.


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