“La bola de fuego”
El poder, decía Antonio López de Santa Anna, siempre quema. “Es una bola de agua”. Y “bola de fuego que solo trae enemistades” exclamaba.
Y con todo, igual que la pasión amorosa (Nahui Ollín y el doctor Atl, por ejemplo), nada más fascinante que el fuego y quemarse. Incendiarse por dentro. Incendiarse por fuera.
Luis Velázquez
Y, bueno, si Santa Anna tenía razón, entonces, el fuego está rozando los talones de un par de panistas (Julen Rementería del Puerto y Pepe Mancha) en un tiempo huracanado cuando el gobernador Yunes tiene a 34 duartistas presos en el penal de Pacho Viejo acusados de desvío de recursos y de desaparición forzada.
Y va por Karime Macías.
Verdad o mentira, media verdad o media mentira, sea una difamación en tiempo electoral huracanado, el asuntito está en la cancha.
Tan es así que, por ejemplo, primero llegó a la LXIV Legislatura y después al Congreso federal.
Y en ambos casos han sido los diputados locales y federales de AMLO y MORENA.
Lejos uno y otro de los políticos del Virreinato quienes nunca buscaron el poder ni la riqueza, sino la gloria, paseando su legitimidad, pero más, mucho más aún, su honradez.
Y si lograban la gloria, entonces, daban el siguiente paso y buscaban la inmortalidad.
¡Ay, zandunga, mamá por Dios, los políticos de siglos anteriores, los políticos de hoy!
TRAPITOS DE PEPE MANCHA
Caso Pepe Mancha:
A: Por aquí declaró al mundo panista y perredista que “la única carta fuerte del PAN a gobernador es Miguel íngel Yunes Márquez”, amarró la candidatura plurinominal (sin hacer campaña, sin gastar un solo centavo, sin exponerse a una derrota) a diputada local.
B: En el juego y rejuego del poder, sus “trapitos fueron ventilados”, como por ejemplo, su portal digital favorecido con canonjías por, entre otros, el Congreso donde despacha su incondicional, He Man Sergio Hernández Hernández, candidato a la reelección de la curul local.
C: En el tinglado quedó su compañía constructora beneficiada, ni más ni menos, por el secretario de Infraestructura y Obra Pública, Julen Rementería del Puerto, candidato a Senador de la República, quien, oh paradoja, ha dicho al mundo que todo “es legal”.
Se ignora, claro, si el dedazo de Julen por Mancha… únicamente lo habría manchado a él, y/o en todo caso, Julen obedeció orden superior.
D: Favorecido con obra pública en Veracruz, los diputados locales llevaron el asunto al Congreso local exigiendo rendición de cuentas.
E: Entonces, los diputados federales descubrieron que los hilos de su compañía constructora también lo raspan con recursos federales.
Y el asunto fue planteado en el Congreso de la Unión.
En contraparte, el silencio total y absoluto de Pepe Mancha y que, bueno, mínimo, bien podría (con una Fiscalía azul) interponer denuncia penal, digamos, por daño moral, calumnias y difamación, más los acumulados en las últimas horas por venir.
TRAPITOS DE JULEN
Caso Julen Rementería:
Uno. Un karma superior borró aquel capítulo cuando pactó con Javier Duarte presentar como diputado local la iniciativa de ley para reducir la gubernatura de 6 años a dos años.
Y, bueno, ni modo que aceptara porque estaba convencido del fervor patrio del político preso en el Reclusorio Norte de la Ciudad de México.
Dos. El pasado borrascoso con su ex socio y ex panista, Rafael Acosta Croda, con una compañía constructora que inició en el Ayuntamiento y siguió en la coordinación de Centros de SCT, y de pronto, zas, un pleitazo.
Tres. La buena vibra de su repunte como empresario apenas ingresara a la política:
Cuatro. La pista de patinaje en la plaza Andamar y que ya cerrara luego de demandas de los usuarios lesionados en el transcurso de un año.
Cinco. El manejo de las canchas de futbol en su tiempo como presidente municipal de Veracruz a cargo de Fabricio Molina, a quienes unos panistas ubican como prestanombre.
Seis. Su par de restaurantes “Las velitas” y “La palapa”.
Siete. Su empresa de seguridad.
Ocho. Sus moteles.
Nueve. La versión de que está comprando o compró propiedades en Cancún.
Diez. Las inversiones de que hablan en la cancha azul en Querétaro, la tierra, por cierto, del candidato presidencial, Ricardo Anaya.
Once. El edificio en la avenida “Bulevar del Mar”, fraccionamiento Costa de Oro, en Boca del Río.
Así, y gracias a la política olvidó por completo el tiempo aciago aquel cuando con su casa comercial llegaba a los juzgados a interponer demandas de pago de facturas pendientes en contra de los clientes.
LOS APÓSTOLES AZULES
Desde luego, en ambos casos, y toda vez que la yunicidad abandera la renovación moral de la política pudiera, digamos, tratarse de infundios, mala leche, calumnias, difamaciones, intrigas de enemigos y adversarios, incluso, envidiosos y malquerientes.
Y más, porque el par son el modelo yunista de la integridad total y absoluta.
Pero el asunto ya está en la cancha legislativa de Veracruz y del país y ya se verá si los diputados locales y federales de MORENA agotan las posibilidades.
Santa Anna, claro, tenía razón. El poder… quema. Y es “una bola de fuego”. Y más, cuando se atraviesa el tiempo electoral. Y más, cuando la esposa es impuesta como candidata pluri a diputada local y el hijo impuesto para la reelección, con lo que el nepotismo y la monarquía alcanzan dimensión estelar.
Y más cuando uno y otro se declaran apóstoles democráticos, obsesionados con el bienestar social de los 6 de los 8 millones de habitantes de Veracruz en la miseria, la pobreza, la jodidez, el desempleo, el subempleo, los salarios de hambre, la baja calidad educativa, la peor calidad de salud y la incertidumbre, zozobra e inseguridad.