identificado con el color rojo; el PAN en cuyo escudo aparecen solamente los colores blanco y azul, es identificado por la mayorí­a de la gente por el partido blanquiazul; el PRD fundado por la izquierda mexicana, antes de su división, escogió para su escudo el cuadro amarillo y en el centro el sol azteca pintado de negro, a éste se le identifica popularmente como partido del sol azteca.

El PVEM, cuyo escudo es verde bandera y en el centro el emblema de un tucán, es identificado como partido verde; el PT tiene en su escudo un cuadro rojo y en el centro las letras iniciales PT y una estrella de cinco picos en color amarillo y se le identifica por su nombre; MC, producto de la convergencia democrática fundada por el exgobernador de Veracruz Dante Delgado, hoy denominado Movimiento Ciudadano, con un águila devorando una serpiente e identificado con el color naranja.

El Partido Nueva Alianza (PANAL) patrocinado por la ex lí­der del magisterio nacional hoy presa en su domicilio, Elba Ester Gordillo Morales, identificado por un cuadro cuyo fondo es azul turquesa y una “v” estilizada e identificado por nueva alianza; de reciente creación el Partido Encuentro Social identificado por tres medí­as lunas y tres cí­rculos, que combina los colores rojo, morado y azul; y finalmente el Partido Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) identificado por un cuadro color vino, con su nombre en el centro y encima un águila devorando una serpiente, identificado como el partido de Andrés Manuel López Obrador.

El PRI, en su escudo reproduce los colores de la bandera nacional y sobre esos colores las letras P R I; en las últimas elecciones el propio Partido Revolucionario Institucional ha identificado a sus militantes con prendas de vestir de color rojo y con eso ha pretendido expresar la protección que persigue contra las fuerzas de la negatividad, aunque por esta vez, las encuestas persisten en la derrota anunciada para el PRI y la llegada a Los Pinos del personaje que el escritor Krauze ha bautizado como “ El Mesí­as Tropical” y que a base de promesas que no cumplirá jamás, se ha convertido en el lí­der de los antisociales y en el posible sucesor de Peña Nieto.