Un millón de pesos (su cabeza vale menos) por la cabeza del ex subsecretario y secretario de Seguridad Pública en el duartazgo, José Nabor Nava Olguí­n, acusado de desaparición forzada, el mismito que paseaba en los cafés de Xalapa dándose baños de pueblo.
Un millón de pesos por la cabeza de “El Bukanan”, el malandro originario de Acultzingo, acusado de trenes descarrilados, daños a la nación.
Un millón de pesos por la cabeza del delincuente que participó en el asalto a una camioneta de valores el 20 de mayo en la plaza Cristal de Veracruz gobernado por el panista Fer Yunes Márquez.
Un millón de pesos por las cabezas de un asaltante del café La Parroquia, filial en la plaza El Dorado, de Boca del Rí­o, el feudo de los Yunes azules, ocurrido el lunes 4 de junio y en el que se llevaron cerca de cien mil pesos.
Nadie dudarí­a de que sopesan una recompensa millonaria (diez millones de pesos, digamos) por la cabeza de Karime Mací­as, por tratarse, más que de la esposa de Javier Duarte, de su ubicación geográfica en Londres, territorio internacional.

$9 MILLONES PARA LOS CAZADORES

En los westerns del misterioso y silencioso Clint Eastwood hasta los patibularios hermanos Almada, el cazador de pillos y malandros llegaba al pueblo, miraba la cartulina con la foto del facineroso y la recompensa millonaria pegaba en una pared de la cantina, la arrancaba, la volví­a a mirar, la doblaba, se la guardaba en la bolsa de la camisola, trepaba al caballo, y salí­a en estampida a su búsqueda.
En el caso, varias semanas han transcurrido desde la primera oferta de recompensa de un millón de pesos (Nava Olguí­n) el jueves 8 de febrero publicada en media plana, tamaño estándar de una parte de la prensa escrita y por desgracias, nadie la ha podido o querido cobrar.
Se ignora si Nava Olguí­n y los demás (Bravo Contreras y El Bukanas, los más buscados) serán más hábiles que la policí­a yunista o tendrán mejores argumentos de convencimiento en caso de toparse con un delator, pero el viejo oeste en el Veracruz del siglo XXI está fallando.
Es más:
La Fiscalí­a azul extendió la mano al FIB para la búsqueda internacional de Karime Mací­as, y con todo y ficha roja, nada de nada.
Y más, como en el caso, en que la yunicidad aportó hasta un video de su ubicación y sus lugares habituales en un dí­a normal.
Y más, porque también logró que la filial de Televisa en Londres buscara y entrevistara a Karime, aquel dí­a cuando en la angustia de la cámara de filmación y el reportero corriendo atrás de ella se metió a un local y dejó fuera al niño menor.
De cualquier forma, ellos están haciendo la lucha.
Al momento, nueve millones de pesos del erario listos para entregarse por datos que lleven a la captura de los prófugos de la justicia y que, claro, con todo y austeridad, la secretarí­a de Finanzas y Planeación tendrá constantes y sonantes.

NEPOTISMO, EL OBJETIVO

La táctica y la técnica del viejo oeste en el territorio jarocho del Golfo de México, igual que en aquel tiempo en Estados Unidos, pero sin tantos medios y redes sociales, twitters, facebook y whatsaap, etcétera, sirve, cuando menos, para el impacto mediático.
Y polí­tico.
Y social.
Y, claro, electoral.
El gobernador Yunes está jugando la pelea polí­tica más importante de su vida y ha de estar a la altura, luego de entronizar a un hijo como presidente municipal de Veracruz.
Y más, porque nunca antes en la historia local ni nacional (cuando menos desde Plutarco Elí­as Calles), un gobernador en funciones ha pretendido heredar la silla embrujada del palacio y el trono imperial y faraónico a un hijo.
Se dan, claro, y en la lógica privada, herencias de los padres a los hijos con la dación de la empresa, el negocio, el consorcio, el holding, el changarro.
Pero de ahí­ a que se herede una presidencia municipal, una curul local o federal, una gubernatura, rompe con las reglas escritas y no escritas de la vida democrática y de la civilidad polí­tica y de los cánones religiosos de la vida pública.
Pero, bueno, si Miguel íngel Yunes Linares convenció y sedujo a las elites del PAN, PRD y Movimiento Ciudadano tanto nacionales como estatales, entonces, la táctica del viejo oeste “cae como anillo al dedo”, entre otras estrategias, para amacizar el objetivo.

RECOMPENSA POR YUNES

Se ignora, digamos, si los 9 millones de pesos serán tentación suficiente para ser cobrados por los cazadores de pillos y malandros.
Nada fácil serí­a que en reciprocidad la delincuencia organizada estuviera ofreciendo recompensas más, mucho más atractivas, y hasta en dólares, por la cabeza, digamos, de uno que otro funcionario del gabinete legal de la yunicidad, incluso, hasta por el mismo gobernador.
Son los riesgos en un paí­s donde los carteles y cartelitos se juegan el todo por el todo.
Aun así­ el gobernador Yunes juega apretando el botón nuclear.