Theurel, en su nueva tarea pública y que terminará en el mes de noviembre del año que corre con el nuevo presidente de la república.
Lo decí­a el cuenqueño:
“En la vida hay tiempo de sumar, de sumarse… y de sumirse”.
La vida es así­ “¡y qué le vamos a hacer!” exclama un personaje novelí­stico de Carlos Fuentes Mací­as.

LUNES
Entre “Viagras” te veas

Hay “Viagras azules” y “Viagras rojos”.
Por ahora, a los “Viagras azules” parece les está yendo bien. Y en contraparte, los “Viagras rojos” apostarí­an al futuro que viene…, en caso, claro, de llegar.
Viagras rojos:
Miguel íngel Dí­az Pedroza, ex lí­der estatal de “Ví­a Veracruzana”, se desmarcó del dirigente fundador, Felipe Amadeo Flores Espinoza, quien con sus huestes desertaran del PRI y cobijaran el PAN yunista.
Entonces, Dí­az Pedroza se boletinó con los suyos, entre ellos, Francisco Mora Domí­nguez, Francisco Montes de Oca y Raúl Ramos Vicarte.
Somos priistas… hasta la muerte, exclamaron.
Hubo fuego amigo en contra de los “Viagras azules” y aguantaron vara.
Entonces, del cielo cayó la buenaventura y Dí­az Pedroza fue ungido delegado federal de la Procuradurí­a Agraria, el mismito cargo que antes, mucho antes, desempeñara en la Ciudad de México.
Y aun cuando solo estará unos meses (de aquí­ al dí­a último de noviembre), probadita de gloria nadie la quita.
Los “Viagras azules” apostando a la esperanza en un pueblo que desde antes, mucho antes de la revolución, la guerra de Reforma y la guerra de la Independencia ha vivido de la fe.
La fe cí­vica.

MARTES
Los polí­ticos incómodos

El escritor Ricardo Ravelo Galo circula el segundo tomo de su libro “Los incómodos”, la historia de varios polí­ticos, priistas y panistas, en la corrupción.
En la página 191 escribe:
“El rostro del nuevo PRI según Enrique Peña Nieto lo representaban Roberto Borge Angulo, gobernador de Quintana Roo.
Javier Duarte, de Veracruz.
César Duarte Jáquez, de Chihuahua.
Humberto Moreira Valdés, de Coahuila.
Roberto Sandoval Castañeda, de Nayarit.
Todos ellos cayeron en desgracia, investigados dentro y fuera de México por los actos más terribles de corrupción institucional”.
Eran, entonces, los prohombres a quienes el presidente de la república definiera como “la nueva generación de polí­ticos” de este paí­s que ocupa el primer lugar de corrupción en América Latina y uno de los primeros lugares en el mundo.
Peña Nieto se equivocó.
Incluso, con ninguno atinó, pues todos, dice Ravelo, perdieron el rumbo.
Escribe Ravelo:
“Peña Nieto permitió que sus gobernadores consentidos saquearan las arcas de las entidades que gobernaron y huyeran, incluso, al extranjero… para después ser traí­dos y procesados porque ya no hubo más alternativa frente al reclamo social nacional e internacional.
Y fue la causa de la debacle del PRI”.

MIÉRCOLES
Efecto Duarte…

En la cancha priista, y de cara a la elección del primero de julio, aseguran que el “Efecto Duarte” ya quedó sin efecto para ganar en las urnas.
Incluso, aseguran que el “Efecto AMLO” obnubiló por completo el “Efecto Duarte” y ahora la mitad de la población y la otra mitad solo habla del tabasqueño.
Más aún, el candidato de AMLO a gobernador, Cuitláhuac Garcí­a Jiménez, se ufana de que ganará los comicios “porque AMLO irá en la boleta”.
Claro, lo dijo antes de su ultra contra súper resbalón de satanizar, más que nadie en la historia local, a los jóvenes sacrificados por los malandros y sepultados en fosas clandestinas.
Pero en la cancha azul, el “Efecto Duarte” sigue dando suficiente material para crucificarse con los suyos en la arena pública.
Y más, luego de que la yunicidad ofreció recompensa de 5 millones de pesos por la cabeza del ex Fiscal, Luis íngel Bravo Contreras.
Más los quinientos duartistas en la picota con denuncias penales en la Fiscalí­a interpuestas por la Contralorí­a y el ORFIS, Órgano de Fiscalización Superior.

JUEVES
Noticias falsas

Tiempo canijo de noticias falsas, “tomaduras de pelo” en las redes sociales, la injuria y la calumnia, quizá mitad ficción y mitad realidad, en su dimensión estelar.
A: La lista falsa de 33 personas, 6 de las cuales son mujeres, vinculadas a la investigación en contra del ex Fiscal Bravo Contreras, acusado de desaparición forzada.
B: La lista de los convenios millonarios de la LXIV Legislatura con una parte sustancial de los medios.
C: La lista de las dieciséis propiedades de Cuitláhuac Garcí­a, candidato de AMLO a la silla embrujada de palacio, cuando, caray, y de ser así­, son bienes de toda la familia, cada hijo y padres con su ingreso propio.
D: La obsesiva obsesión en las redes sociales de la diputada Eva Cadena con los morenistas Rocí­o Nahle y Amado Cruz Malpica.
E: El manipuleo de las encuestas sobre los punteros en la gubernatura cuando Fidel Herrera Beltrán lo definí­a de una manera concreta: hay encuestas, encuestitas y chingaderas.
F: El rafagueo en contra del diputado federal, Javier Herrera Borunda, de que es dueño del PVEM en Veracruz.
G: Que el ex Fiscal duartiano huyó a Londres para hablar con la patrona. Que se esconde en una mansión en la riviera jarocha. Que anda en Córdoba “quitado de la pena”, cabalgando como Emiliano Zapata en la llanura en noches de luna.

VIERNES
Todos ganarán

Cuitláhuac Garcí­a dice: Yo ganaré.
Miguel íngel Yunes Márquez dice: Yo ganaré.
Pepe Yunes dice: Yo ganaré.
La esperanza, dice el proverbio ranchero, muere al último.
Ernesto “El Che” Guevara decí­a: “Hasta la muerte”.
Fidel Castro referí­a: “Hasta la victoria, siempre”.
Cada candidato en su búnker está seguro del triunfo en las urnas.
La única que por ahora tuvo la entereza moral y cí­vica de sentir los vientos en contra y renunciar a la nominación fue Margarita Zavala, impresa ya la boleta electoral.
Nadie más tuerce la mano. Todos, con el músculo y el puño por delante.
El dí­a de las urnas, todos sin excepción garantizaban a Francisco Labastida que era ganador y hacia la noche sufrió el peor revés de su vida y de su partido, el PRI, ante Vicente Fox.
Hacia la tarde de aquel dí­a, la mitad de las elites priistas y la otra mitad juraban a Héctor Yunes Landa que era gobernador y hacia el principio de la noche su primo lo habí­a derrotado.
Que “nadie se haga bolas”.
Por delante solo resta seguir arando en el surco electoral.
La tortuga suele vencer a la liebre triunfalista.