Por aquí­ sale un disparo de los otros candidatos a Los Pinos y/o de polí­ticos del PRI, PAN, PRD y MC, en automático revira el ejército de tuiteros de AMLO.
El modelo solo recuerda a Enrique Peña Nieto cuando en el año 2012 tení­a un ejército de unos doscientos jóvenes adueñados de las redes sociales, marcando el paso.
Ahora, solo “El peje” parece traerlo, por más y más que la sabia enseñanza de Donald Trump de que la elección presidencial en la nación más poderosa del mundo fue ganada a base de tuitazos, entre otras cositas fundamentales.
En un principio, al frente del operativo cibernético del tabasqueño se puso un nieto de la profe Elba Esther Gordillo.
Ahora, hay jefes diversificados de norte a sur y de este a oeste del paí­s.
Incluso, se trata de jóvenes que por vez primera votarán el primero de julio y de muchachos que ya antes han sufragado.
Todos, soñando con el paraí­so terrenal, metidos en una gran aventura, quizá la primera y la más fascinante de sus vidas.

DOS. Afiliarse a MORENA

El profe Ronzón sigue la pista a las redes sociales, Twitter, Facebook y periscope como objeto de estudio social.
Y está impresionado por la insólita capacidad de respuesta del ejército tuitero de AMLO.
Por eso, y entre otras razones, podrí­a explicarse que el tabasqueño se mantenga en el primer lugar de la encuesta histórica.
Además, claro, de otras cositas, entre ellas que “El peje” traiga en su cartera estampitas de la Virgen de Guadalupe y de la Virgen Marí­a.
Y desde luego, la homilí­a predicando la república amorosa y la nueva Constitución Moral.
Y el perdón para “la mafia en el poder” y los malandros y todos y cada uno de los priistas desertores que por el simple hecho de pasarse a MORENA merecen el perdón celestial.
Por eso, y antes de que sea demasiado tarde, si el lector está indeciso con su voto y/o sueña con el paraí­so tabasqueño en el paí­s y teme quedar fuera del presupuesto otro sexenio más, ha de tomar su credencial de elector apenas lea estas lí­neas y correr a la oficina de campaña más cercana de AMLO y afiliarse.

TRES. La agenda setting

Las redes sociales, ya se sabe, con todo y las noticias falsas, han desplazado por completo al periodismo tradicional, incluso, al periodismo digital.
Leer noticias en la prensa escrita y escuchar y mirarlas en la prensa televisiva ha quedado atrás.
Ahora, penetra más, impacta, avasalla, establece la agenda pública el Internet a través de las redes sociales.
Todos los polí­ticos, sin excepción, funcionan y operan igual que cada ciudadano con su celular.
Hay quienes, por ejemplo, tienen dos y tres celulares que suelen consultar al mismo tiempo.
Y es que las novedades del momento, del instante, del ahora, se leen y conocen en automático.
Un madrazo en las redes sociales duele más, mucho más al polí­tico que un comentario en una columna polí­tica de la prensa escrita.
Y es ahí­ donde AMLO va de gane.
Más, incluso, que el mismo “Bronco” de Nuevo León quien siempre alardeó de haber ganado la gubernatura a través de tuitazos.
Desde luego, los otros candidatos a Los Pinos las están utilizando, pero en la mirada de Ronzón, AMLO va de gane y es campeón.
Y la estrategia solo consiste en revirar “a los demonios que andan sueltos” en una guerra de tuitazos.

CUATRO. El hombre nuevo de México

El resultado se advierte en lo siguiente:
La gente, la población electoral, los viejitos (en Veracruz hay 800 mil) adoran a AMLO.
Es el “rayito de esperanza” en un México sórdido y siniestro donde seis de cada 10 habitantes están enjaulados en la pobreza, la miseria y la jodidez.
Y si de pronto, por ejemplo, alguien por ahí­ se expresa mal de AMLO (“Tengo miedo” claman los priistas en el spot), los seguidores y fans de “El peje” se lanzan en su contra.
Incluso, hay quienes aseguran que el tabasqueño es un polí­tico iluminado y mesiánico, adorador de Fidel Castro y Ernesto “El che” Guevara y que sus hijos y hermanos son corruptos, y no obstante, el grueso de la gente termina asegurando que se trata de una intriga de los adversarios y hasta del mismo gobierno peñista.
Simple y llanamente, adoran a AMLO, como si fuera el hombre nuevo de América Latina tan esperado y soñado.
Y, bueno, además de los 18 años de andar en campaña, y más allá del desencanto sembrado por el PRI y el PAN que ya pasaron por Los Pinos, nadie puede negar que AMLO está súper posicionado.
Parte debido a su carisma, y tozudez y necedad, y a la desesperación social de aferrarse a una tabla de salvación.
Pero de igual manera, a su ejército invencible de tuiteros.