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Malecón del paseo
Sábado 21 abril, 2018

Cruel retrato de la pobreza

•Filme “La carretera”
•Un viaje al infierno

EMBARCADERO: Hay una pelí­cula desgarradora... Cruenta... Despiadada... Es la historia de un hombre y un niño, el padre y el hijo, en medio de la pobreza y la miseria... La miseria contada en su capí­tulo más terrible y espantoso... Describe la vida luego de un cataclismo que bien puede ser la Primera o la Segunda Guerra Mundial... O la postguerra en Europa luego de Adolf Hitler, José Stalin, Benito Mussolini y Francisco Franco

Luis Velázquez

En la pelí­cula, se llama “La carretera”, el padre y el hijo enfrentan el peor de los mundos… A, un mundo sin alimentos… B, un mundo con todas las viviendas destrozadas y abandonadas… C, un mundo inseguro expuesto a los bandidos que suelen aparece para el saqueo y el pillaje luego de una conflagración mundial… Pero más aún, expuestos a los caní­bales, donde el hombre se convierte “en lobo del hombre” y se matan y comen entre sí­…

ROMPEOLAS: “La carretera” (un pésimo tí­tulo para un filme tan desgarrador) los animales han desaparecido y tampoco crecen los cultivos… Es más, casi casi los seres humanos están borrados de la tierra… Fueron aniquilados y exterminados… Y uno que otro hombre que aparece en la pelí­cula en el viaje del padre y el hijo parecen fantasmas… Todos, arañando la vida cada dí­a para encontrar un alimento… La pelí­cula, filmada en el año 2006 en los estados de Pennsylvania, Luisiana y Oregón, en Estados Unidos, es en blanco y negro, y lo que multiplica la crudeza… En un principio fue bloqueada por las buenas condiciones, pues retrata la miseria y la pobreza descarnada… Luego, y por fortuna, fue autorizada y alcanzó éxito en Estados Unidos y el Reino Unido… Nunca, parece, llegó al Oscar, y más allá de tanto escándalo sexual a partir de Harvey Weinstein, se la deben… Ningún otro filme ha dibujado la pobreza con tanta crudeza que llega un momento cuando el cinéfilo de plano cambia de canal pues la han estado proyectando en la tele… Sus imágenes, reales, cien por ciento reales, son muy duras para el corazón humano…

ASTILLEROS: En el papel del padre actúa Viggo Mortensen, y del hijo, Kodi Smith-McPhee… Ellos emprenden su viaje de una zona frí­a a una región caliente, en el trópico, a la orilla de una playa… Casi casi, el mí­tico y legendario éxodo del pueblo judí­o que describe el relato bí­blico, y de igual manera, pobres, inmensamente pobres… En la pelí­cula, por ejemplo, los actores usan la misma ropa, los mismos zapatos, la intensa y frenética búsqueda de alimentos y un techo para dormir… La mayor parte del tiempo la pasan en un desierto, pero también, atraviesan pueblos abandonados, casas derruidas, deshabitadas, sin gente, sin perros, vaya, porque hasta los perros han muerto por la hambruna… Una tarde se topan con una casa de dos pisos, al parecer, abandonada… Pero cuando entran, soñando con un mendrugo, un vaso con agua, se topan con que la casa tiene un sótano… Y cuando lo abren, el infierno… Decenas de hombres prisioneros, todos desnudos, todos huesudos, amarrados con cadenas, que los caní­bales tienen listos para irlos comiendo… Aquellos hombres intentan lanzarse sobre ellos, pero están encadenados… De pronto, llegan los caní­bales, un grupo de hombres y una mujer, y el terror alcanza su dimensión estelar…

ARRECIFES: El padre sufre y también el niño… Pero más el padre, obstinado en el mejor de los mundos para el hijo de unos diez años… El padre quiere endurecer el corazón del niño únicamente para que cuando él muera, como le dice, esté listo para enfrentar la realidad atroz… “Algún dí­a moriré y tú estás solo en la vida y has de aprender a vivir”… Incluso en el camino se topan con un hombre viejo que arrastra los pies… Es el artista Robert Duvall en uno de los papeles estelares… El viejo aquel tiene hambre y le pide al padre… Y el niño le dice que se compadezca, que ellos traen comida por el momento… Pero el padre se niega… “No, le dice, no, nosotros también tenemos hambre”… “Pero ahorita tenemos” responde el niño… “Pero se acabarᔝ, revira el padre…

PLAZOLETA: La historia fí­lmica puede reproducirse en cualquier rincón del mundo… La pobreza y la miseria son universales… Ninguna ideologí­a, ninguna filosofí­a social, ninguna doctrina polí­tica o religiosa ha resuelto la jodidez… Bastarí­a referir un dato: de los 8 millones de habitantes de Veracruz, 6 millones viven atrapados en la pobreza… Medio millón sólo hacen dos comidas al dí­a de tan jodidos que están… En las regiones indí­genas, los niños quedan dormidos en el salón de clases porque van a clases con el estómago vací­o… Y si bien les va, con un pancito y un cafecito negro… El éxodo de las zonas étnicas de Veracruz a las ciudades urbanas, a la frontera norte y a Estados Unidos está fuera de control… Somos, dicen los polí­ticos, un pueblo pródigo en recursos naturales, pero oh paradoja, habitado por gente pobre…

PALMERAS: De principio a final de la pelí­cula “La carretera”, la mirada de Viggo Mortensen, el padre, expresa el sufrimiento descarnado de los hombres que viven en la pobreza y la miseria… Y, no obstante que “muchas cornadas da el hambre”, es una mirada llena de piedad y misericordia por la vida que le tocó vivir… Pero también, de firmeza para seguir luchando, más que por él mismo, por su hijo, y a quien no obstante tanta crueldad en el relato fí­lmico, a cada rato apapacha y abraza a su hijo y lo besa cuando esté dormido y vigila su sueño con una ternura impresionante… Es la mirada de un hombre en acecho defendiendo a su retoño… Y al mismo tiempo, la mirada de un hombre lleno de fe para llegar al paraí­so terrenal a la orilla del mar… Y es la mirada de un padre orgulloso que platica con el hijo cuando han logrado alimentos… La sola mirada del padre bien merece un Oscar…


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