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Diario de un reportero
Martes 17 abril, 2018

El diario de Arlet Guerrero Montejo

De 28 años, muere de cáncer internada en el Seguro Social
•Llevaba el diario de su enfermedad cancerí­gena


Por ARLET GUERRERO MONTEJO (Q.E.P.D.)

Hace unos días platicando con una amiga me dijo algo que sigue haciendo eco en mi cabeza “no estoy preparada para vivir hasta los 30”, ¿fuerte no?
Me dejó helada y no por la dureza de las palabras, no, sino por la reflexión que hice, pues una realidad es, que teniendo cáncer te preparas para morir en cualquier momento pero, sobre todo a vivir bien.
Es algo real, a mí me pasó, yo puedo decir que no tengo miedo a la muerte, para nada, no tengo miedo de morirme, incluso, en ocasiones lo pedí, “ya Dios ya no quiero estar así, me quiero morir” y son palabras súper fuertes y deseos muy reales y ahí me di cuenta que, en su momento, por lo que decía “me quiero morir” era nada y era realmente una tontería, comparado con lo que vivía en ese momento.
Desde el diagnóstico del tumor (hace dos años casi) cambió todo, pareciera que para mal pero, en realidad fue para bien, aprendí a vivir.
Nunca me gustaron las cosas a medias, conmigo siempre-->

habí­a sido todo o nada pero, me di cuenta que estaba medio viviendo, medio queriendo, medio trabajando, medio, medio, medio, medio todo a la mitad, que me estaba conformando porque sentí­a que así­ estaba bien, porque habí­a encontrado mi zona de confort, ahí­ me sentí­a bien, estaba muy cómoda sin darme cuenta que estaba a la mitad o menos de la mitad en todo.

Hoy doy gracias por haber salido de tanta mediocridad, hoy puedo decir que vivo bien y como quiero y lo más importante, estoy lista para partir en cualquier momento.

Sí­, me faltan un millón de cosas por hacer, lugares por conocer, personas a quienes amar, comidas por comer y beber, amor por dar, pues nunca es suficiente pero, con lo hecho al momento me siento feliz, en todos los aspectos de mi vida he dado todo, así­ que estoy bien.

Antes del cáncer viví­a en el futuro, voy a hacer, voy a ir, voy a esto o lo otro, siempre hablando en futuro, planeando el mañana y dejando de lado el hoy, del pasado a veces me anclaba tanto a él, hubiera hecho esto o lo otro, realmente no estaba viviendo, respiraba y a eso le llamaba vida.

Al tener el diagnóstico del linfoma, todo cambió, en ese momento tení­a miedo de morir más que nada porque me di cuenta que no estaba viviendo, tení­a miedo de morir en la mediocridad en la que estaba sumida, miedo de dejar todo a la mitad, miedo de haberme quedado a deber tanto presente por anhelar un futuro que, más que nunca, era incierto y qué tal vez nunca llegarí­a.

Después de llorar y llorar y llorar por haberme dado cuenta del tiempo perdido y que me quedaba menos del que pensaba -eso era una posibilidad enorme-, me dije “no más” y en ese momento comencé a vivir, sin planes, a ir y venir como me place, a decir “no” porque realmente no quiero, a recibir y dar amor completo, a ir un dí­a a la vez.

He tenido la fortuna enorme de conocer y hacer grandes amigas, sí­ en cuestión de dí­as o semanas, se vuelven parte importante de tu vida, no solo por estar en la misma situación adversa, sino por la hermosa sintoní­a de vivir, sí­, podemos estar listas para partir en cualquier momento, por eso mismo vivimos y amamos al máximo y eso lo que nos une no el cáncer, el cáncer fue el medio solamente para un motivo más grande.

En este camino perdí­ a una amiga, a pesar de tener poco tiempo de conocernos la quise y quiero mucho, de ella aprendí­ que siempre, siempre a pesar de todo hay que vivir felices, me contagio su sonrisa, sus ganas de vivir.

Hace unos dí­as, que pude abrazar a su mamá y sentí­ que la abrace a ella, ese abrazo, ese momento que nos faltó, lo pude tener con su mamá, la sentí­ con nosotras y me sentí­ feliz, me quedó más claro que debemos morir bien y felices porque así­ se fue ella.

No lo niego, todos los dí­as despierto con el miedo de tener noticias que alguna amiga partió, de sentir que una vez se me desprende un pedazo de alma porque ella ya no estará, me da mucho miedo pero, con sus palabras me dicen que estará bien si sucede pues están preparadas para ello.

Pero hoy más que nunca celebro tenerlas en mi vida, llamarlas amigas y sobre todo quererlas mucho.

Tomado de: https://siguiendomispasos.wordpress.com/2018/01/04/vivir-sin-ataduras/amp/?__twitter_impression=true

Tomado de Facebook

Hola chicos!
Bueno tal vez algunos no me conozcan o solo de saludo pero soy reportera jarocha y estoy en vacaciones obligadas desde el 2016 que fui diagnosticada con un tumor en la base del cráneo, para no hacer el cuento largo en marzo del año pasado me diagnosticaron con un linfoma folicular grado uno, cáncer y pues después de cuatro quimios logré remisión, es decir estoy limpia de cáncer.

La cuestión es que para efectos de garantizar que no haya recaí­das necesito un trasplante de médula ósea, el cual será autologo, es decir yo seré mi donante, hasta ahí­ no hay casi problemas, la cuestión es que me lo harán en Puebla y necesito dos medicamentos que el Seguro Social no da, el primero Spriafil con un costo de 18,958.28 y el Nplate 16,455.90 en las farmacias especializadas.

Así­ que el motivo de mi carta es pedirles el enorme favor si pudieran cooperarme un poquito para que pueda conseguir mis medicamentos antes de que me hagan el trasplante (fecha probable 5 de febrero).

Les anexo el número de tarjeta 5201 1600 1422 7597 es Banamex a nombre de Ana Marí­a Montejo Herrera.

Si tuvieran algún problema les pasarí­a otro número de tarjeta.

Neta se los agradecerí­a de corazón y créanme que si no lo necesitara no les estarí­a pidiendo este enorme paro.
”” con Arlet Montejo.


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