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Malecón del paseo
Sábado 14 abril, 2018

Chocolates para la depresión

•La depre es como la soledad
•Un tratamiento muy caro

EMBARCADERO: Por fortuna, la ciencia médica ha descubierto medicina para combatir la depresión, uno de los peores males emanados de la caja de Pandora... Cierto, hay muchos enfermos que en el tratamiento médico se desesperan y lo dejan y siguen atrapados y sin salida... El escritor norteamericano, William Styron, entrañable amigo del presidente Bill Clinton, publicó un libro intitulado “Un viaje a la oscuridad” que así­ denominaba a la depre, la mismita que lo llevó al suicidio

Luis Velázquez

El gran referente mundial de la literatura, Ernest Hemingway, se pegó un tiro en la boca con una escopeta que utilizaba para cazar leones, tigres y búfalos en ífrica, las actrices más hermosas de su tiempo en su tálamo y en su alberca nadando desnudas… Ahora, la actriz Lucí­a Méndez, totalmente transformada por la cirugí­a plástica, ha anunciado el gran descubrimiento para curar la depresión… Se trata de una muñeca de chocolate y que luego de contemplarla el paciente habrá de saborearla y comérsela… Y es que, dice, ella se cura la depre comiendo chocolate, porque tiene endorfina, una sustancia quí­mica que levanta el estado de ánimo…

ROMPEOLAS: Donald Trump también padece depresión… Se la ha curado con sexo… Ahora, también con los tuitazos que suele lanzar en la madrugada cuando se levanta y arma un desmadre en Estados Unidos y en el mundo… Pero diecinueve mujeres con las que ha tenido relaciones están levantando la voz y en unos casos lo tienen bajo las cuerdas con denuncias y amenazas de que contarán paso a paso los momentos enfebrecidos… La ex Miss Universo, Alicia Machado, se ha unido a la rebelión femenina… En un programa televisivo reveló que Trump quiso tener sexo con ella… Dice que Trump compró una empresa quebrada donde ella trabajaba, y entonces, sintió que ella era de su propiedad… “Es de lo peor” dijo la modelo y actriz… De cualquier manera, ningún sicólogo ni geriatra ni especialista acepta que la depre se cura con el sexo… Podrá llevar el enfermo a la euforia, pero como el acto estelar del sexo dura apenas, apenitas, 7 minutos (así­ se llama una novela de Irving Wallace), el sexo suele llevar a una situación bipolar, pues del éxtasis total se pasa a la contemplación mí­stica a un pasito de la depre…

ASTILLEROS: Por lo regular, la depre es como la soledad… Pega en los jóvenes y en los ancianos, también llamados “Los 70 y más”… Y desde luego, el médico tiene confianza plena en que con un tratamiento, que dura un tiempecito, un año, dos años según el caso, el estado de ánimo se levanta y se cambia de manera radical… Pero al mismo tiempo, y más allá de una muñequita de chocolate como proclama Lucí­a Méndez (médica, quizá, graduada en el Internet), el enfermo ha de poner mucho de su parte… Simple y llanamente, estar dispuesto a curarse… Y en el proceso de cura, los familiares son decisivos… Por ejemplo, el sicólogo dice que acercar niños al enfermo surte resultados prodigiosos… Sobre todo, porque los niños son geniales (digamos, sólo digamos) con sus ocurrencias, la chispa más inteligente de la vida con sus palabras y respuestas asombrosas…

ARRECIFES: La depre es un fantasma jurásico que camina tanto en las ciudades urbanas como en los pueblos rurales e indí­genas… En las zonas rurales, por ejemplo, suelen decir que la depre empieza cuando el corazón se llena de tristeza y la persona se vuelve indiferente a todo y con todos… También dicen que un espí­ritu del mal asustó el alma y anda perdida gravitando en alguna parte oscura del espacio… De igual manera la reducen a decir que la persona ha perdido el interés y el deseo de vivir y, ni modo, sólo resta esperar su muerte… Incluso, en muchos casos, y por más y más que el curandero o el brujo del pueblo ahuyente los malos espí­ritus, ningún efecto logra la patraña, aun cuando, y como se recordará, tanto Carmen Romano de López Portillo y Marta Sahagún de Vicente Fox tení­an sus brujos de cabecera… En tanto, Plutarco Elí­as Calles y Francisco Ignacio Madero creí­an en los médiums y que, caray, constituye una patraña de tamaño universal…

PLAZOLETA: Elí­as Calles, por ejemplo, exiliado en Los Angeles por el presidente Lázaro Cárdenas del Rí­o, escuchó la voz de un médium diciéndole que debí­a regresar a México para reconquistar el poder perdido… Y regresó… Y nunca pudo… A Francisco I. Madero, un médium le dijo que debí­a lanzarse de candidato presidencial porque derrotarí­a a Porfirio Dí­az Mori… Y se lanzó y ganó, pero sólo duró quince meses en el poder porque Victoriano Huerta lo traicionó y ordenó que lo mataran al mismo tiempo que al vicepresidente José Marí­a Pino Suárez… Claro, la culpa fue del médium que nunca dijo a Madero lo que pasarí­a ya en el trono presidencial… Tan dañina, entonces, la depresión como la creencia en los brujos y en los médiums… Y en los fantasmas y las visiones que suelen mirarse en el viaje esotérico de la depre...

PALMERAS: El tratamiento médico de la depresión es cara… Por ejemplo, el médico suele cobrar de 800 a mil pesos… Y hay medicinas que cuestan hasta mil 500 pesos… Nadie duda de la efectividad, pero si en Veracruz hay 800 mil personas de 60 años de edad en adelante, y el 70, 80 por ciento carecen de seguridad social (el IMSS, el ISSSTE), entonces, la crisis depresiva en la séptima década está por los suelos… Más, mucho más, en las regiones indí­genas (un millón de habitantes) y en las regiones campesinas (dos millones de habitantes)… Y sólo desde esa perspectiva, la calidad de vida de la mayorí­a poblacional deja mucho, demasiado que desear… Y si a lo anterior se agrega que los médicos oficiales suelen dar consultas de 10 a 15 minutos, y si con frecuencia, el abasto médico es precario, entonces, las circunstancias empeoran para todos los enfermos en general, y en el caso, para los depresivos…


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