Los tres de hijo de Andrés Manuel López Obrador. José Ramón, Andrés Manuel y Gonzalo Alfonso, jugando ya en la cancha de MORENA, imponiendo decisiones. Incluso, y como en el caso de “Andy”, autoritario, parido por los dioses, el dios terrenal, su padre.
Paco Ignacio Taibo II, el más fundamentalista de todos.
Gerardo Fernández Noroña, el segundo más fundamentalista, quien tan exquisito se ha vuelto que maneja una camioneta Volvo de un millón de pesos y suele comer en un restaurante de Polanco.
Claudia Sheimbaun, la candidata de MORENA a jefa de Gobierno de la Ciudad de México, y quien, todo indica, rebasada por la exazafata Alejandra Barrales, ahora AMLO hará campaña cada lunes a su favor.
Yeidckol Polevsnky, la lideresa nacional de MORENA.
Pablo Gómez, uno de los lí­deres del movimiento estudiantil del 68 y quien ha pasado la vida en el Congreso de la Unión como legislador, la única cara polí­tica que le ven.
La economista Ifigenia Martí­nez, quien fue gurú de Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo y de AMLO.
Tatiana Clouthier, la hija de Maquí­o, su coordinadora general de campaña y vocera, profetizando el nuevo México con el mesí­as en turno.
Ellos, los puros de AMLO, se encargarán de ajustar cuentas con los impuros, los arribistas, los improvisados y los camaleónicos.

PASAMANOS: En el lado de los impuros, Ronzón coloca a los siguientes, entre otros:
Alfonso Romo, el empresario regio que antes fue del PRI y del PAN, ahora con “El peje”, transfigurado en un hombre de izquierda, y de la izquierda radical.
Ricardo Monreal, ex priista y ex perredista, ahora morenista. Exgobernador de Zacatecas, ex diputado federal, exsenador, ex delegado en la Ciudad de México.
Y Marcelo Ebrard, expriista, exsalinista, experredista, ex jefe de Gobierno en la Ciudad de México.
“Los Chuchos” del PRD, Jesús Ortega y Jesús Zambrano, los impolutos amarillos y que han convertido la carrera civil en una ideologí­a aferrados al cargo público, con todo y que AMLO ha asegurado que en MORENA sólo hay puestos callejeros.
Y Rocí­o Nahle, expriista bajo el influjo de su hermano, diputada federal, candidata de MORENA al Senado de la República y futuro secretarí­a de Energí­a si AMLO entra a Los Pinos.

CORREDORES: Ellos son las figuras representativas de los puros y los impuros.
Y el ajuste de cuentas se dará tarde o temprano.
La historia de Lenin, Trostky y José Stalin se repetirá con toda la crudeza.
Lo dejó claro Paco Ignacio Taibo II cuando se lanzara contra Romo por el asunto de las reformas.
Todas, dijo, serán revisadas y de ser necesario, canceladas.
Lenin y Trostky eran los jefes máximos de la revolución rusa y Stalin, digamos, el aprendiz, el novato, el imberbe.
En la cúspide del poder, Lenin muere y Stalin desata una cacerí­a implacable en contra de Trostky que, primero, lo exilia, y segundo, refugiado en México por el presidente Lázaro Cárdenas a petición del pintor Diego Rivera, es asesinado en su casa de Cuernavaca.
Según Ronzón, unos minutos después de que AMLO sea declarado presidente electo, comenzará la purga de los puros contra los impuros del tabasqueño.
Y con furor tropical.
Es la historia. La masacre de Huitzilac. La emboscada a Emiliano Zapata y Pancho Villa. El asesinato de ílvaro Obregón y Venustiano Carranza. La cárcel en el castillo de San Juan de Ulúa y el exilio de Benito Juárez. El crimen y el tiro de gracia para Francisco I. Madero.
Antes, la ejecución. Ahora, bastará y sobrará con el exilio, digamos, los impuros como embajadoras de AMLO en el lugar más recóndito del planeta.
RODAPIÉ: En la pureza ideológica, mesiánica y populista, AMLO dice que un minuto después de que sea declarado presidente electo será en automático el fin de la corrupción y apenas tome posesión se acabará por añadidura.
Si yo soy honesto, todo el gabinete y los gobernadores y los presidentes municipales y los agentes de Tránsito y las policí­as y los directores de los penales… serán honestos.
Ajá.
La historia es categórica: “El viejo (Venustiano Carranza) no roba, pero cómo deja robar” se decí­a en el siglo pasado.
Y es que la voluntad y la firmeza de un solo hombre, AMLO, es insuficiente.
Y más cuando a su alrededor crece como hierba mala el fundamentalismo.
Y más, con tantos arribistas que en provincia, por ejemplo, se la dan de honestos.

CASCAJO: Nada en la historia del paí­s garantiza la pureza polí­tica en el ejercicio del poder.
Francisco Ignacio Madero, por ejemplo, uno de los héroes de AMLO con quien desea parecerse en Los Pinos, fluctuaba en medio de los puros, su hermano Gustavo, y los impuros, Victoriano Huerta.
Y por más y más que Gustavo le advirtiera de Huerta, Madero terminó creyendo en Victoriano, has que lo emboscó y lo asesinó con tiro de gracia.
Benito Juárez, el otro presidente a quien AMLO desea imitar, tuvo al gabinete más í­ntegro y honesto del paí­s. Ignacio Ramí­rez, Ignacio Manuel Altamirano, Melchor Ocampo, Sebastián Lerdo de Tejada, Payno, etcétera.
Y de pronto, Juárez cayó en la tentación reelectora y durante 14 años consecutivos se reeligió.
Pero para entonces, y desde la primera intentona, la mayor parte del gabinete le renunció, el más ferozmente crí­tico, Ignacio Ramí­rez.
Y desde luego, significa una locura que AMLO tenga un solo pelito de Madero o de Juárez y su equipo de puros se parezca, sea igual, o mejor, que el gabinete juarista.
Pero mientras amanece, los puros de AMLO serán los verdugos de los impuros.
Y el paí­s, otra vez, en la vorágine.
Y más, porque la mayorí­a se cree y siente mesiánica y populista.
El peor mal de la caja de Pandora es la soberbia, y luego enseguida, la corrupción.