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Lunes 09 abril, 2018

Reportero amenazado y despedido, firme en su pasión por informar

Cesado en el diario "El Sol de Orizaba", tras circular en redes mensaje que lo relacionó con grupo delictivo
•El mensaje fue una respuesta represiva por haber cuestionado al gobernador sobre la presunta ejecución de dos jovencitas a manos de policí­as, en Rí­o Blanco
•“No debo nada, estoy limpio, mi única adicción es mi esposa” replica
•Presume conocer y leer a grandes periodistas


Por ANTONIO OSORIO

Orizaba, Ver.- En medio de amenazas y acusaciones que lo relacionaron con el crimen organizado, aparentemente en venganza por cuestionar al gobernador sobre la matanza de dos jovencitas a manos de policí­as, el reportero Juan José Enrí­quez Ramí­rez fue despedido del periódico donde laboró los últimos siete años.

  • Juan José Enríquez Ramírez, despedido del periódico El Sol de Orizaba

  • Juan José seguirá haciendo lo que le apasiona: ser reportero

A pesar de las desavenencias dice que no dejará el oficio en el que se ha mantenido durante 23 años.
"Yo pienso que si hubiera una oportunidad, si me llegara a pasar algo y ya no existo, y si volviera yo a nacer volverí­a a ser reportero, me gusta mucho lo que hago", dice en forma de reto.
En un acto ordenado por altos directivos de la Organización Editorial Mexicana (OEM), pero sin especificar el motivo, el pasado 2 de abril, fue notificado de su separación del diario "El Sol de Orizaba", pero además con la sombra de las amenazas que lo mantienen en la zozobra a él y su familia.
La zona donde el también locutor se ha desempeñado es el corredor Ixtaczoquitlán, Orizaba, Rí­o Blanco, Nogales, Ciudad Mendoza y Acultzingo, que a últimas fechas se convirtió en escenario de ejecuciones, balaceras y enfrentamientos entre grupos delincuenciales y policí­as.
El 10 de marzo, las hermanas Nefertiti y Grecia Camacho Martí­nez, de 16 y 14 años, así­ como el joven José Eduardo Garcí­a Aguilera, de 19 años, fueron abatidos por elementos de Seguridad Pública, en el bulevar de Camino Nacional, a la altura de la ex fábrica textil de Rí­o Blanco.
Dí­as después, medios locales difundieron una fotografí­a en la que se apreciaba la silueta de una de las menores herida, sentada sobre el pavimento, junto a un policí­a, y posteriormente en otra imagen se le apreciaba tirada boca abajo y ya muerta, aparentemente con "el tiro de gracia", lo que desató una condena nacional e internacional, contra el gobierno estatal.
Ese dí­a, el gobernador Miguel íngel Yunes Linares arribó al municipio de Soledad Atzompa, para inaugurar obras, y ahí­ fue entrevistado por reporteros e incluso saludó y abrazó a Juan José Enrí­quez.
Al dí­a siguiente, con motivo de los hechos violentos suscitados en Rí­o Blanco, el gobernador regresó a la zona para encabezar la reunión del Grupo de Coordinación Veracruz.
Ahí­, tras dar su discurso ante la prensa, Juan José cuestionó al gobernador sobre la acusación que habí­a emitido el luchador social de la región de Orizaba, Jairo Guarneros, sobre la presunta ejecución extrajudicial que los policí­as habí­an cometido con una de las menores.
Eso provocó la molestia del gobernador, quien volvió a negar el hecho.
Dí­as después de que la Fiscalí­a presentara fotografí­as y datos de las ví­ctimas, para justificar los hechos y exigir a la prensa aclarar que no hubo ejecuciones extrajudiciales, surgieron los actos de represión y amenazas para Juan José y otros periodistas de la zona.
Fue el dí­a en que la Fiscalí­a empezó a buscar a los culpables, según el fiscal Jorge Wí­nckler Ortiz, de difundir la fotografí­a que incriminó a los policí­as.
Luego, en un mensaje de WhatsApp, el reportero fue acusado de ser enlace entre delincuentes y reporteros, y por lo mismo amenazado de muerte.
Eso provocó que dí­as después Juan José, quien fungí­a como jefe de información en "El Sol de Orizaba", y otro periodista de nombre Alfredo Tello, fueran despedido sin que se les notificaran las causas, y hoy están literalmente en la calle.

OTRO CASO DE DESPIDO INJUSTIFICADO

En la región de Orizaba, donde todos los dí­as está al tanto de los hechos noticiosos, Juan José Enrí­quez, cuenta que "el martes de la semana pasada recibí­ una llamada de mi empresa, El Sol de Orizaba, donde me citaban en las oficinas de El Sol de Córdoba, para decirnos a mí­ y al compañero Alfredo Tello Espí­ndola que tení­an una orden del corporativo para despedirnos".
Agrega que "al preguntar los motivos del cese nos explicaron que ellos no tení­an ninguna justificación pero que eran órdenes directas de la Ciudad de México para despedirnos. Nos preguntaron que si habí­amos hecho algo malo para que nos despidieran pero nosotros les dijimos que no, y que no sabí­amos por qué lo hací­an, no habí­a ningún motivo".
Detalla que "nos reunimos con Juan Carlos Morgan que es el coordinador administrativo de los Soles de Córdoba y Orizaba, quien ya traí­a nuestros cheques nada más para firmarlos y fuimos a la Junta de Conciliación y Arbitraje para dejar asentado que estábamos de acuerdo con nuestro despido".
El comunicador, quien acepta que recibió asesorí­a de la Comisión Estatal para la Atención y Protección a Periodistas (CEAPP), recordó que el sábado 10 de marzo, cuando fue la balacera en Rí­o Blanco, donde murieron las hermanas Nefertiti y Grecia, el gobernador andaba de gira en esta zona, ya que fue al municipio de Soledad Atzompa a inaugurar el Centro de Salud y el módulo del Servicio Estatal de Empleo, "en la tarde se suscitó la balacera y como yo tení­a el cargo de jefe de información, mandé a los reporteros a cubrir esa nota, yo estuve pendiente de esa información y salió la información", cita.
Al dí­a siguiente fue la reunión del Grupo de Coordinación Veracruz en el Palacio Municipal de Orizaba, donde el gobernador Miguel íngel Yunes Linares dio su rueda de prensa. Mi compañera Nora Gabriela Lira Domí­nguez, del diario Imagen del Golfo, le preguntó al gobernador sobre el tema de los policí­as que habí­an matado a las niñas y que habí­an alterado la escena, porque en una fotografí­a que circuló en las redes sociales se ve a una de las niñas sentada y en otra se ve tirada y en un charco de sangre".
"Yo sentí­ que mi compañera preguntó, pero no tuvo la respuesta adecuada de parte del gobernador, por lo que al final yo pregunté: gobernador, Jairo Guarneros cuestiona a sus policí­as ¿qué pasa con sus policí­as? y me respondió, pero lo vi molestó, quienes conocemos al gobernador sabemos que se molesta cuando pone la cara adusta y por la forma de su mirada, se encabronó".
Sin embargo, al otro dí­a, el lunes 12, a Juan José le avisaron que tuviera cuidado porque la Policí­a estaba molesta por las notas que habí­an salido en contra de los uniformados y a favor de la delincuencia.
"Yo era el jefe de información, no reportero de policí­aca, todas las notas se las mandaba a mis jefes en Córdoba, donde las jerarquizaban y las titulaban" señala mientras saluda a algunos conocidos y responde llamadas telefónicas.
Dos dí­as después, el miércoles 14, hubo un enfrentamiento en Acultzingo entre policí­as y supuestos delincuentes. "Yo me trasladé al lugar para cubrir la información porque no encontré al reportero de policiaca, pero en el camino me hicieron llegar un mensaje de WhatsApp, donde me señalaban como enlace entre Los Zetas y los periodistas".
Admite que le dio miedo. "Sí­ me dio miedo porque yo no tengo vela en el entierro, pero me fui a Acultzingo y cuando llegué a Tecamalucan, ahí­ estaban tirados los cuerpos de unos hombres muertos, no habí­a cadena de custodia, no habí­a cinta amarilla que impidiera el paso, por lo que llegué tomar fotos y a cumplir con mi trabajo. Ahí­ estaba un policí­a de la Fuerza Civil que me amenazó, me pidió mi credencial, me tomó fotos a mí­ y a otros compañeros de Imagen del Golfo y del Mundo de Orizaba y nos amenazó, nos dijo que nos fuéramos a la chingada y que si publicábamos algo iba a ser en contra de nuestra seguridad. Ese dí­a reporté la amenaza con mi jefe Miguel íngel Salazar y me dijo que me moviera de ahí­" acusó.

ATRIBUYE EL DESPIDO A MOTIVOS POLíTICOS

Considerando que hasta antes de cuestionar al gobernador no habí­a tenido problemas, Juan José atribuyó su despido a cuestiones polí­ticas.
"El lunes 1 abril me hablaron del periódico de Córdoba para que me presentara al dí­a siguiente junto con mi compañero Alfredo Tello, ya que vení­a personal de México para hablar con nosotros, y yo pensé que era por lo del mensaje que habí­a circulado en WhatsApp. El que vení­a era del Diario de Xalapa, Juan Carlos Morgan, nos preguntó que qué habí­amos hecho porque traí­a órdenes de corrernos, pero no sabí­a por qué. Luego, pidió negociar nuestra salida, pero no querí­a que demandáramos, aunque fue un despido injustificado".
En el mensaje que lo involucró, precisa Juan José, "nadie da la cara, cualquiera puede escribirlo y hacerlo llegar a una persona, pero sí­ te asusta, porque yo no tengo nada qué ver con la delincuencia. Sí­ conocí­ al Cachorro (Manuel Escalona Barradas) porque fue jefe policiaco en Ciudad Mendoza, pero yo nunca fui a Mendoza".
Además, expone, "el 3 de abril salió otro mensaje, decí­a que habí­an detenido al reportero Alfredo Tello y a Juan José Enrí­quez, y eso sí­ me preocupó, dije ¿qué hice?, por eso me atreví­ a publicarlo en las redes sociales. Yo relaciono el hecho con lo del dí­a de la rueda de prensa porque antes no tuve problemas, ni con Javier Duarte, ni con Fidel Herrera".
Extrañado, menciona que conoció al gobernador Miguel íngel Yunes cuando era director del ISSSTE, lo trataba bien, y ahora como gobernador, jamás ha tenido problemas con él, asegura. Incluso, "el dí­a que llegó a inaugurar la obra en Soledad Atzompa preguntó a los reporteros ¿cómo está la obra? y yo le dije, chingona, se rí­o y me abrazó, y me dio gusto".

AMENAZAS Y DESPIDO CAMBIARON SU VIDA

Desde el dí­a en que empezaron las amenazas y posteriormente su despido, la vida cambió por completo para el "Doble J".
"Desde ese dí­a (2 de abril) todo cambió para mí­, en las cosas que me rodean, en mi entorno, con mi familia, con mis hijos y con mi trabajo", cuenta.
"Ocupo las redes para poner cosas para desestresarme, pero no para publicar noticias ni nada, como para que digan que yo edité la foto de la joven muerta en la balacera".
El próximo 5 de junio, Juan José cumplirá 40 años de vida, casi la mitad compartidos con su esposa y sus dos hijos, una joven de 19 años y un adolescente de 15. "A ellos les gusta mi trabajo y están contentos, mi hijo quiere ser locutor y mi hija quiere ser reportera" comenta.
A este reportero no le gusta viajar, pero eso sí­ le gusta correr en motos, la motocicleta que le prestó su hermano y una motoneta que le regalaron.
A pesar de los riesgos que en Veracruz implica el periodismo, asegura que "el oficio no lo voy a dejar, yo estoy limpio, a mí­ que me chequen y lo único que van a encontrar es que soy adicto a mi mujer. Si van a buscarme que me busquen, no he robado ni frutsis ni gansitos" y vuelve a reí­r.
Con el rostro ávido de satisfacción por lo que hace, se describe: "Soy inquieto, me gusta echar desmadre en las redes sociales, me llevo con todos, y pido disculpas si a alguien ofendí­, si a alguien lastimé con mi pluma, nunca ha sido mi intención esa, sólo cumplo mi trabajo de reportero, y aquí­ tenemos amigos, pero también el doble de enemigos".
Y en alusión a la represión que sufrió expresa: "Si incomodó eso -la pregunta al gobernador-, señor gobernador le pido una disculpa, no era mi intención lastimarlo ni ofenderlo, simplemente hice mi trabajo de reportero que es preguntar, preguntar y siempre preguntar".

CON LARGA TRAYECTORIA COMO REPORTERO, LOCUTOR Y FOTÓGRAFO EN VARIOS MEDIOS Y PORTALES ELECTRÓNICOS

Juan José Enrí­quez empezó a reporterar en "El Sol Córdoba", donde le dieron una plaza, por invitación del entonces subdirector José de Jesús Alegarí­n Durán.
Todos los dí­as iba y vení­a de Orizaba a Córdoba; lo mandaban a cubrir notas de la región.
Empezó a reportear con los compañeros Benito Juárez Ramí­rez y José Luis Jiménez Zaragoza, iban a Paso del Macho, a Tepatlaxco, Camarón y Soledad de Doblado, a veces Juan José se iba en su moto, una Shopper, motor 150, que le prestó su hermano.
Después fue enviado a cubrir la zona de Huatusco y hasta Totutla, luego lo mandaron a la zona de Omealca, Tezonapa, Cosolapa, Oaxaca, y hasta allá se iba también en moto, igual que cuando recorrió la zona de Cuitláhuac y Yanga.
Admite haber conocido a algunos lí­deres cañeros de ingenios como "El Potrero" de Atoyac y "La Constancia" de Tezonapa, así­ como a los extintos los lí­deres cañeros cenecistas de los ingenios "Central Motzorongo", Norberto Echevarrí­a Ortiz, y de "La Providencia", Fernando Maza Muñoz, a quienes alguna vez entrevistó también.
Recuerda que en una ocasión, en octubre del año 2014, la lluvia y el frí­o le provocaron una neumoní­a que lo dejó hospitalizado e incluso fue intervenido quirúrgicamente y estuvo a punto de morir por un paro cardiorespiratorio.
El "Doble J" empezó a trabajar en los medios de comunicación cuando tení­a 16 años, inició como locutor en la XETQ, se llamaba la "Q Orizabeña". Se fogueó con los viejos locutores, como Eleuterio Ruí­z Pérez, Delfino Chico, Blanca Hernández y el "Tí­o Beto", en paz descanse. Ellos fueron quienes lo enseñaron a ser locutor y gracias a eso ingresó a la Asociación de Locutores de México, incluso hace algunos años participó en un evento en Orizaba, denominado "Micrófono de Oro", donde reconocieron a muchos de los grandes locutores, a quienes Juan José les debe respeto por sus enseñanzas.
Ya era miembro del Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Radio y la Televisión (STIRT), cuando llegó a la estación "La Picosa", luego saltó al Grupo Acir con "La Comadre", donde empezó como reportero, bajo la dirección del jefe de noticias, Salvador Garcí­a Quintero Mármol, y posteriormente fue conductor del noticiero Primeras Noticias del Grupo FM, en la estación Lasser 89, desde Orizaba y Fortí­n de las Flores, así­ como en Oliva Radio, antes Radio Centro, cubriendo la zona de Orizaba y Zongolica.
Más tarde conoció a otros reporteros y lo invitaron a escribir, cuando Jaime Acosta inició el periódico "Hoy es Noticia"; escribió también en el Gráfico de Xalapa, en Marcha con Saúl Contreras; después volvió a trabajar en radio con Norberto Espinosa Domí­nguez, quien además abrió el portal "Diario Noticias".
Ha trabajado como corresponsal en AVC Noticias, en Radiover, El Golfo, Versiones, Imagen del Golfo y Plata Negra, utilizando la cámara y equipo fotográfico que con esfuerzos pudo comprar.
Ya después, en los eventos que cubrí­a, presumí­a un telefoto 400 milí­metros, 2.8, que era equipo de la agencia El Golfo.

"ESTOY LIMPIO, MI ÚNICA ADICCIÓN ES MI MUJER; ME APASIONA LA FOTOGRAFíA; SI ME MUERO Y VUELVO A NACER VOLVERíA A SER REPORTERO"

Desconcertado por la situación que enfrenta y a pesar de las circunstancias hostiles para el ejercicio periodí­stico, por los crí­menes y desapariciones de comunicadores que se han suscitado en los últimos años, Juan José Enrí­quez, se rehúsa a dejar el oficio.
"Los sueldos de los reporteros están muy malos, hay reporteros que ganan mil pesos a la quincena, no hay prestaciones, aunque en El Sol sí­ tení­amos todo, ahí­ fue una casa para mí­, la relación se acabó, no tengo que decirles nada, me despidieron, ellos sabrán sus motivos y estoy tranquilo, no voy a proceder legalmente", asegura.
Comparte que "a mí­ lo que más me apasiona es tomar fotografí­a, por eso ahorré mi dinero y me compré mi camarita, una chiquita, Cannon, luego seguí­ ahorrando y le compré una cámara en 15 mil pesos al señor Fadanelli, mi primer cámara de formato completo, una EOS, luego pedí­ un préstamo y le compré un telefoto a un fotoreportero de Yucatán.
Después me junté otros 3 mil pesos para un lente gran angular, para el formato completo y con eso tengo nada más, salgo a la calle y veo algún cuadro, alguna imagen que me guste, la capturo".
Afirma que a pesar de su mala racha, "ahorita sigo trabajando en los medios, como corresponsal, yo siempre he dicho que los reporteros debemos trabajar desde que Dios amanece hasta que se duerme, y si Diosito no se duerme, nosotros debemos estar despiertos. Yo pienso que si hubiera una oportunidad, si me llegara a pasar algo y ya no existo, y si volviera yo a nacer volverí­a a ser reportero, me gusta mucho lo que hago. Soy reportero nato, aunque no estudié la licenciatura en Ciencias de la Comunicación".
Con mirada firme expone: "Soy locutor porque me llamó la atención, fui México a hacer el examen y saqué mi licencia de locutor, la número 22025, categorí­a B, después empecé a ser reportero, al finalizar la administración de Fidel Herrera me metí­ a estudiar la carrera de Ciencias de la Comunicación, pero me quedé en quinto semestre, no terminé porque me mandaron a traer para cubrir la campaña de Javier Duarte, no terminé la carrera pero aquí­ estoy".
Entre sus logros, presume: "A mí­ me han enseñado muchos maestros en el periodismo, uno de ellos es Norberto Espinosa Domí­nguez, al que le agradezco mucho; me compré un libro del maestro Luis Velázquez, de la Universidad Veracruzana; me lo compré en el museo porque sacaron varios libros que tení­an en oferta, ya me lo aventé; me aventé también el de Carlos Marí­n y Vicente Leñero, Taller de Redacción para Periodistas, ese es clásico, lo tiene uno que leer; el de Guillermina Bahena también ya me lo eché, el de Proceso, de Manual de Estilo, también lo tengo".
También "me gusta leer, a Truman Capote, a Ryszard Kapuscinski, y siempre me la paso criticando a los que escriben, por eso me nombraron jefe de información, porque soy un jefe muy castroso, que estoy encima de mis reporteros, diciéndoles: oye, escribe bien, a tu nota le falta un dato, le falta esto, cuando ponen, por ejemplo, es que arrancó esto, les digo: ¿cómo?, si no es raí­z o no es tu cabello para que lo arranque".
Parte de su preparación la debe, afirma, a que "he conocido muchos reporteros, muchos locutores y grandes fotógrafos que han hecho de mí­ lo que soy ahorita, un reportero tal vez no bueno, pero que se defiende".
Cuenta que en una ocasión apoyó un proyecto de otro compañero para poner un periódico impreso, pero fue un proyecto que no se dio, "y a mí­ ni siquiera me ha llamado la atención poner una página de Internet, no me gusta ser mi jefe, yo quiero ser reportero, si me dicen vente a trabajar, yo me voy contento a hacer lo que me gusta".
Presume que nunca se le "ha ido" una nota, por la que algún jefe le hubiera llamado la atención, gracias al dominio de sus fuentes informativas.
"El reportero se tiene que llevar con el mesero, hasta con el religioso, con el diablo y con Dios al mismo tiempo" dice con sarcasmo.
"Hasta el bolero te puede dar un buen tip, tú no sabes si en una cantina está el presidente municipal y el bolero te lo dice, por eso es bueno cuidar a las fuentes, yo me llevo bien con los meseros tanto de Córdoba como de Orizaba, con todos me llevo bien, me pasan datos o me dicen chécate esto y tu nomás llegas, lo escuchas y corroboras tu información" finaliza en su entrevista, triste por la situación que vive, pero firme de que seguirá haciendo lo que le apasiona.


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