cargando

En twitter:

Diario de un reportero
08 abril, 2018

Sellado el féretro, Seguridad Pública le entregó el cadáver de su esposo policí­a


Y la historia revolcada del director de Servicios Periciales del duartazgo, Gilberto Aguirre Garza, empezó a trascender
•Reconoció a su esposo mirando unas fotografí­as que le mostraban la dentadura: un diente encima de otro


Por EIRINET GÓMEZ

Xalapa, Ver.- Elizabeth "L", de 34 años de edad, activa la pantalla de su celular, y va directo al álbum fotográfico. Pasa la instantánea de su pequeño de dos años vestido de pajecito. Otra de su hija de trece años junto al árbol de navidad. Ahora, una de ella en un festejo familiar.
Pero Elizabeth se detiene en un collage formado a partir de cuatro fotografías individuales. Una de su hijo, una de su hija, una de ella, una de su esposo, David Lara Cruz. Le da clic, la amplía, y pide que uno se percate del gran parecido que existe entre su hijo y David. Es cierto, se parecen.
Lara Cruz, de 37 años de edad y con nueve años como policía de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), desapareció el 12 de enero del 2016, cuando fue concentrado en Xalapa por mandos superiores.
En ese tiempo, Arturo Bermúdez Zurita estaba al frente de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), con su mano derecha al frente del grupo Los Fieles: Roberto González Meza. -->

Ambos están presos en el Penal de Pacho Viejo, por su presunta participación en la implementación de una polí­tica de seguridad, que contemplaba el exterminio de personas, por el solo hecho de ser sospechosas de formar parte de un grupo criminal.
Ocho dí­as después de la desaparición de David, su cuerpo sin vida apareció en la Barranca La Aurora, muy cerca de la Academia de Policí­a El Lencero, junto a otros 18 cadáveres.
Aunque Elizabeth no recibirí­a informes sino hasta un mes después, y a ella, la versión oficial le dirí­a que habí­a aparecido desnudo, boca abajo, en un predio ubicado en el municipio de Alto Lucero.
“La última vez que lo vi con vida fue el 12 de enero del 2016, tení­a un mes y medio de comisión en Acayucan, y sus mandos superiores le pidieron que se concentrara en Xalapa, donde presentarí­a exámenes de confiabilidad, y unos documentos oficiales”.
La mujer, que tras la desaparición de su esposo debió asumir el sustento del hogar y las gestiones para exigir justicia, habla desde una fonda frente a los juzgados de Pacho Viejo, Veracruz, mientras espera que se desarrolle una nueva audiencia por la desaparición forzada de su esposo.
El caso de Lara Cruz, radicado en la carpeta de investigación 169/2016, dio lugar a la reciente detención de Gilberto Aguirre Garza, ex director de Servicios Periciales de la Fiscalí­a General del Estado (FGE), y a Carlota Zamudio Parroquí­n, ex delegada regional de la policí­a.
Ambos mandos están señalados de su probable intervención en el ocultamiento y alteración del hallazgo de 13 de 18 cuerpos encontrados en la barranca de la Aurora, ubicada muy cerca de la capital del estado.
Y mientras se toma un café negro, Elizabeth recuerda el último dí­a que vio con vida a David, y el cómo las autoridades manipularon el proceso de identificación de sus restos.
“Estuvo con los niños, jugó con el bebé -que tení­a cinco meses en ese momento- y platicó con su hija ”“de entonces diez años. Tení­a un mes y pedacito de comisión en Acayucan, y querí­a ponerse al corriente: le preguntó cómo les iba con la escuela”.
Después de comer, ordenó sus papeles, y salió de su domicilio para reportarse con los mandos superiores. Avisó a su familia que regresarí­a a casa más tarde.
“Yo lo esperaba, así­ que cuando dieron las cinco de la tarde, y no lo vi llegar, me inquieté. Así­ que le hice una primera llamada. Y nada. Entonces pensé: sigue en las oficinas, les quitaron el teléfono y no lo dejan contestar”.
La siguiente llamada fue a las 21:00 horas de ese mismo dí­a. Cuando cae la noche, y las personas han cumplido con la rutina, les da por revisar los pendientes, y pensar en lo que se harán apenas amanezca de nuevo.
“Le mandé varios mensajes: les pregunté si estaba bien, si necesitaba algo, si querí­a que le llevara otros papeles, si iba a regresar a casa… y nunca tuve respuestas”.
Elizabeth se apega a la docenas de fotografí­as que tiene en el teléfono celular que esta sobre la mesa, donde acaba de desayunarse un par de picaditas. Para ella, esas imágenes son la evidencia de que David era un hombre dedicado en su rol de padre.
“Siempre que no estaba en casa se mantení­a al pendiente de su esposa, y de sus hijos. A pesar de que se lo llevaban a la sierra, él trataba de comunicarse, de estar pendiente de nosotros. Por eso cuando desapareció a mi se me hizo muy raro que no se comunicara”.
Las primeras horas tras la desaparición de su esposo trató de mantener la calma. Y se dijo que su esposo estaba bien, que probablemente no lo habí­an dejado salir, y le habí­an dado una nueva comisión. Así­ que decidió esperar a que él se reportara.
“No me quedé tranquila del todo porque él nunca perdí­a la comunicación con nosotros, pero me resigné, y deje que fuera él el que se comunicara conmigo”.
A los tres dí­as de que salió de su casa en Xalapa para reportarse con sus superiores en la Secretarí­a de Seguridad Pública, sus compañeros en la base de Acayucan, le hicieron entrar en alerta.
“Me llamaron y dijeron que no estaba en su trabajo, necesitaban saber si estaba en mi casa... y ahí­ fue cuando me alarm锝.
Lo primero que hizo fue poner una denuncia por desaparición ante las autoridades, cuyo peregrinar en el ministerio público la acercó al Colectivo por la Paz Xalapa. Cobijada por otras mujeres que buscan a familiares desaparecidos, pidió a las autoridades dar con el paradero de su esposo.
En medio de un incremento de homicidios y desaparecidos que alarmaban a la sociedad, el clamor de Elizabeth causaba un particular incomodidad en las autoridades.
Ella poní­a sobre la mesa la tesis de que la inseguridad era tal en la entidad, “que la SSP ni siquiera cuidaba a los suyos”.
El 04 de febrero del 2016, a las 21:00 horas, las autoridades la citaron para darle informes sobre el paradero de David.
“Me dijeron que habí­a sido encontrado en el camino antiguo al cementerio de Alto Lucero, que estaba muerto, y que habí­a apareció desnudo, boca abajo, y en avanzado estado de putrefacción”.
En las instalaciones de Servicios Periciales de la Fiscalí­a del Estado, Gilberto Aguirre Garza se entrevistó con ella. Y pese a la instancia de la mujer por ver el cuerpo, el funcionario la convenció de hacer el reconocimiento por medio de fotografí­as.
“Lo reconocí­ porque me mostraron la dentadura y él tení­a un arreglo: un diente falso arriba de otro. Además me dijeron que habí­an hidratado las huellas dactilares, y habí­a coincidencia”.
Los detalles del caso, a dos años de aquella notificación, revelan que personal al mando de Gilberto Aguirre y Carlota Zamudio transportaron el cuerpo de David Lara de la barranca la Aurora a la localidad de Santa Ana, municipio de Alto Lucero, donde se simuló su localización.
Pero no sólo eso, los informes de la Fiscalí­a revelan que el traslado del cuerpo ocurrió después de que el uniformado habí­a sido identificado y sometido a la autopsia de rigor.
A la distancia de aquel encuentro con Gilberto Aguirre, Elizabeth considera que la insistencia en que lo reconociera a través de fotografí­a, y la posición en que fue encontrado el cuerpo de su esposo, formó parte de la estrategia de manipulación del hallazgo de los restos.
“Lo pusieron boca abajo y no me dejaron verlo en persona, porque ya le habí­an hecho la autopsia. Si hubiera pasado a verlo, me habrí­a percatado de la apertura que les hacen a los cadáveres en el abdomen para estudiarlos”, afirma.
El dí­a que le dieron el cuerpo de David, el ataúd iba sellado. Y la mujer tuvo que conformarse.
Tras la desaparición forzada de su esposo, Elizabeth se vio en apuros no solo por los malabares emocionales qué hay que hacer ante la pérdida de un ser querido, sino porque David era el sustento económico del hogar.
De pronto se vio sola, sin el compañero de vida, que veí­a por el sostén económico de los niños que procrearon juntos. Así­ que aunado a las diligencias para esclarecer el caso, debió emplearse para obtener ingresos.
“Antes de que pasara todo esto, yo estudie belleza, y eso me permite trabajar por mi cuenta. Hago tintes, bases, manicure, pedicura. He tenido la oportunidad de entrar en una estética, pero no entro por mis hijos. Me conviene más trabajar por mi cuenta, así­ puedo estar al pendiente de mi hijo más pequeño”.
El gobierno le da a Elizabeth una pensión, pero es muy pequeña, y su trabajo limpiando hogares y prestando servicios de belleza, le ayudan a completar el gasto de la casa.
El trabajo para salir adelante no ha sido fácil.
La mujer recuerda que los primeros dí­as tras el hallazgo del cuerpo de su esposo fueron los más difí­ciles. Viví­a acosada por los vecinos que intrigados por los sucesos, la acosaban con sus preguntas.
“Los dí­as tras la desaparición y homicidio de mi esposo convirtieron la relación con mis vecinos es un acoso constante. Todos me preguntaba qué pasó, dónde fue, cómo sucedió. Esos dí­as me sentí­ muy acosada”, dice.
Y agrega:
“En donde me los encontrara, la gente me preguntaba. Todos querí­an saber cómo fue. Caí­ en depresión, y mi hija también”.
La situación se volvió tan incomoda con sus vecinos que tuvo que tomar a sus hijos y salir de su domicilio, para refugiarse en la casa de su madre.
Pero las familias de desaparecidos no tienen mucho tiempo para asimilar lo ocurrido. A los ocho meses debió asumir el mando de su familia. Regreso a la casa donde viví­a con David, enfrentó los recuerdos, y la curiosidad de sus vecinos.
“Me estaba encerrando en un mundo de puro llorar y de no ver a mis hijos, cuando tengo que salir a defenderlos. Así­ que tome conciencia de que mi bebé me necesita, mi hija la más grande me necesita, y de que yo no me puedo meter en un mundo que no es”.
Antes de convertirse en un elemento de la Secretarí­a de Seguridad Pública (SSP), David Lara, originario de Cosamaloapan, fue supervisor en una tienda de ropa en la capital del estado. Fue en ese tiempo, cuando Elizabeth lo conoció. Ella era cajera en ese establecimiento, y él era el supervisor.
Para ganarse la vida, David Lara también fue repartidor de agua embotellada.
Un dí­a, un amigo suyo lo invitó a unirse a la policí­a, y al mirar la ventaja salarial y las prestaciones sociales, se animó a inscribirse. En el momento de su desaparición tení­a nueve años en el ejercicio de sus funciones. Primero como elemento del IPAX y luego en la SSP.
En su andar policiaco, recorrió Acayucan, Tantoyuca, Coatzacoalcos, Minatitlán, Tempoal.
“Cuando estuvo en Tempoal, no estuve tranquila. Sabí­a que estaba cerca de Tamaulipas, y temí­a que algo malo le pasara. Jamás imaginé que la comisión en Acayucan, donde estuvo apenas seis meses, iba a terminar con su desaparición”.
Los peligros del trabajo fueron tema de conversación entre David Lara y su esposa.
“Si hablé con mi esposo de los riesgos, yo le dije que esto era muy peligroso. Pero él insistí­a en que sabí­a cuidarse, que sabí­a cómo era el ambiente. Y que si le pasaba algo serí­a en incumplimiento de su deber. Él estaba muy seguro de sí­ mismo”.
En este momento de la conversación, la mujer recuerda que fue cerca de octubre del 2015 que David comenzó a quejarse del trabajo, y plantear la posibilidad de renunciar a la corporación.
“Comenzó a decirme que las cosas estaban calientes, que habí­a mucha presión, y que pensaba en salirse. Me dijo que habí­a muchas cosas que no le gustaban, que no le parecí­an y que tení­a la impresión de que se iba va a poner peor.
“Dijo que veí­a cosas que no deberí­an de hacerse, y que los presionaban a hacer cosas que no querí­a. Situaciones que no son cuestión de que quieras o no quieras, son de que tienes que hacerlas. Él se querí­a salir”.
El acuerdo fue esperar que pasaran las fiestas decembrinas, cobrar el aguinaldo, y en enero, tramitar su liquidación. La muerte lo alcanzó antes de alcanzar sus planes.


Deja un comentario

Acerca del blog

Blog de noticias desde Veracruz.
Aquí, deseamos contar la historia de cada día.
Y cada día es un nuevo comienzo.
Y todos los días se empieza de cero...

Portal de noticias de Veracruz.