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Viernes 02 marzo, 2018

El sucesor del Capitán Tormenta

•Solito, Roberto González Meza se echaba porras para reemplazar en el cargo a Arturo Bermúdez Zurita en cuanto se diera la oportunidad; incluso por ello Javier Duarte le dio el proyecto de la Fuerza Civil

•Violento, impaciente, siempre estaba pensando en cómo menguar al cártel de Los Zetas, a los que odiaba a muerte

•Siempre que había operativos contra la delincuencia pedía ir a la cabeza; sus muchachos eran los mejores “limpiando” y era raro que hubiera sobrevivientes, cuenta un excolaborador

•En su oficina tenía una réplica de gran tamaño del personaje de ficción El Depredador, que disfrutaba cazando a especies más débiles sólo por placer/Por IGNACIO CARVAJAL y fotos de YERANIA ROLÓN

  • Roberto González Meza, "Depredador", ingresando al penal de Pacho Viejo

  • Meza, hombre con sed de sangre y pelea

Roberto González Meza tení­a una aspiración, trabajaba a diario en ello, se preparaba, estudiaba, analizaba, y todo el tiempo estaba pensando en conseguir su objetivo así­ fuera con sangre y balas.

Roberto González Meza, "El Depredador", aspiraba a reemplazar en el cargo a Arturo Bermúdez Zurita.

Hasta antes de las elecciones donde el PRI perdió el poder del estado de Veracruz, en 2016, el ex director de la Fuerza Civil, hoy preso por acusaciones de desaparición forzada de personas, querí­a reemplazar al Capitán Tormenta, cuentan fuentes allegadas a la SSP en el gobierno pasado que convivieron y soportaron los desplantes del mando policiaco.

"Era la persona con más poder en la SSP después de Bermúdez, tení­a en sus manos la responsabilidad del gran proyecto de Javier Duarte de Ochoa, la Fuerza Civil" relata uno de los excolaboradores de la SSP bajo anonimato.

Siempre que habí­a enfrentamientos donde los Zetas eran los protagonistas, "él pedí­a que lo mandaran".

Jefe -le decí­a a Arturo Bermúdez- usted no más diga y yo voy y me los chingo.

Su personalidad, acelerada y violenta; siempre era la de un hombre con sed de sangre y pelea.

No hubo zona en Veracruz en donde sus huestes no hubieran causado terror en medio de enfrentamientos, ya fuera en vehí­culos oficiales o en unidades civiles.

Ahora se sabe, en base a las investigaciones que han sido desahogadas en las audiencias de Pacho Viejo, que González Meza contaba con una escolta de élite que se dedicaba a darle seguridad, y además, eran los responsables de comisiones en las que lanzaban ataques contra el cártel de Los Zetas y sus aliados en el norte, el sur de Veracruz y la capital del estado.

Y tanto en Poza Rica como en Coatzacoalcos, familiares de desaparecidos reclaman que sea llevado ante los tribunales para que responda por los operativos en los que supuestamente buscaban abatir la delincuencia y derivaban en desaparición de personas.

Los familiares del caso de cinco hombres desaparecidos entre la madrugada del 11 y la noche del 12 de mayo del 2015, señalan que el operativo que se llevó a sus cinco seres amados, era Blindaje Coatzacoalcos, y a la cabeza de la operación iba González Meza.

Lenit Enrí­quez, vocera del grupo Madres en Búsqueda Coatzacoalcos, así­ lo expresa y afirma que se hace legalmente lo conducente para encontrar a sus desaparecidos. Ella tiene reportado como ausente a un hermano, Jhonit Enrí­quez, obrero, quien terminó arriba de una camioneta particular que era escoltada por elementos de la Fuerza Civil empleada para desaparecer a varias personas en esas fechas y de quienes no se sabe nada desde entonces.

SALGRE Y PÓLVORA

En noviembre del 2014 cayó en cumplimiento del deber, en Poza Rica, Juan Manuel Ramí­rez Ramí­rez, elemento de la Fuerza Civil, y aunque el grupo más compacto de González Meza estaba integrado por experimentados ex elementos de las Fuerzas Armadas, casi todos del Grupo Aeromóvil de Fuerzas Especiales (Gafes), la muerte de ese joven recluta le caló, pues no dejaba de ser de la tropa y el grupo de élite bajo su mando.

Se trataba de la primera baja de la Fuerza Civil quien perdió la vida durante un enfrentamiento, y fue llevado al panteón con honores.

La ceremonia estuvo encabezada por Arturo Bermúdez, José Nabor Nava Holguí­n -prófugo de la justicia- custodiando el féretro del finado, y por supuesto, González Meza, a quien se le miraba ensimismado y afligido por la baja; sin embargo, lo que herví­a en su ser, en lo más profundo, era la sed de venganza.

Apenas despidieron al gendarme Ramí­rez Ramí­rez, el grupo especial de González Meza arribó al norte y comenzó la matanza. Cuentan que tomó sus unidades, la escolta de más de 40 elementos fuertemente armados, y en una unidad Hummer blindada que habí­a sido decomisada meses pasados a unos narcos, y emprendió el camino al norte para vengar al caí­do.

Reportes periodí­sticos de esas fechas estiman en 30 las bajas causadas durante una semana de asedio por parte de la Fuerza Civil contra los distintos grupos de la delincuencia.

Además, de los numerosos casos de personas desaparecidas, otro de sus sellos.

En abril del 2016, son secuestradas las hermanas Bertha y Amada González Pérez en Papantla; el 23 de abril aparecen muertas en Puebla, la familia acusó que habí­an sido elementos comandados por González Meza los responsables de sus desapariciones..

Las dos mujeres eran hermanas de Ciro González Pérez, el Puchini, o el Zeta 37, ex jefe de los Zetas en el norte de Veracruz, apresado en 2015 en el estado de Hidalgo.

Pero mientras González Meza se concentraba en cazar y darle en los flancos débiles a Los Zetas, por el Cártel de Jalisco Nueva Generación, ni se inmutaba.

Son mí­nimos los enfrentamientos entre la Fuerza Civil y delincuentes en la zona de Veracruz y Boca del Rí­o, la perla de la corona, arrebatada por el cártel de Jalisco a los Zetas a principios del gobierno de Javier Duarte de Ochoa, cuando lanzó el operativo "Veracruz Seguro", una incursión militar encabezada por la Secretarí­a de Marina Armada de México para frenar a Los Zetas, que reinaban en Veracruz con terror, sangre, balas, secuestros y desapariciones de personas.

Desde el lanzamiento de la Fuerza Civil, en octubre del 2014, los enfrentamientos contra la delincuencia en Veracruz -Boca del Rí­o fueron mí­nimos por no decir nulos; en tanto, el sur y el norte, así­ como algunos puntos de la zona centro -territorios a donde se desplazaron Los Zetas al ser echados de la conurbación- eran campo de sangre y desapariciones.

Pero mientras González Meza y sus elementos tácticos volteaban a otros lugares, en el puerto jarocho se consumaba uno de las peores violaciones a los derechos humanos desde el "mátalos en caliente" de Porfirio Dí­az, la fosa de Colinas de Santa Fe que suma casi 300 ví­ctimas exhumadas.

"No habí­a sitio o zona a donde lo mandaran, en la que no limpiara... eso sí­ nunca tuvieron bajas en sus filas, pero también era cierto que no habí­a sobrevivientes" relata la fuente.

Personas que convivieron con González Meza lo describen de pocas palabras. Llegó a la SSP con Nava Olguí­n y otro grupo de ex elementos de las fuerzas armadas en busca de hacer fortuna trabajando para el gobierno de Javier Duarte de Ochoa, que libraba una crisis de violencia sin lí­mite por la herencia tomada de su mentor, Fidel Herrera.

De pocas pasiones, lo único que parecí­a interesar a ese hombre tosco y musculoso, era empuñar armas de fuego para ir a abatir delincuentes. La forma en que llegaba a ellos, era la de capturar halcones e interrogarlos hasta sacarles la información necesaria para dar con sus blancos. Aunque en eso se fueran inocentes, como ya se ha documentado en las audiencias en Pacho Viejo, donde quedó claro que el único motivo para ser detenido y desaparecido en esos tiempos, era parecer "sospechoso".

EL DEPREDADOR

Su oficina de la SSP la tení­a equipada con la más alta tecnologí­a, una pantalla de plasma de grandes dimensiones, muebles de lujo y espacios para sus armas siempre listas.

A mediodí­a invariablemente habí­a alguien que llevaba fruta fresca picada para el mando policiaco.

Del tamaño de un humano, como parte de la decoración de su oficina, habí­a una imagen del personaje "Depredador", de la pelí­cula de los 80´s protagonizada por Kevin Peter Hall y Arnold Schwarzenegger.

La extraña criatura del espacio vení­a de un mundo lejano donde sus habitantes practicaban la cacerí­a de otras especies débiles, disfrutaban cazar en las peores circunstancias y el Depredador siempre mostraba respeto por el ritual mismo de la caza.

En su escritorio también tení­a un casco con la forma de la cabeza del depredador, lo que confirmaba más aun su culto por ese personaje que cazaba por placer y poder.

En alguna ocasión, con motivo de lanzamiento de un libro de la Fuerza Civil -otra de las excentricidades de Javier Duarte- la SSP contrató los servicios de una reconocida periodista para armar el proyecto del libro de lujo y con muchas fotografí­as. En el proceso de entrevistas para el libro, González Meza dijo a esa periodista que una de sus máximas aspiraciones era reemplazar en el cargo de la SSP a su Jefe, Arturo Bermúdez.

"Mi máxima aspiración en la vida, es suplir a Arturo Bermúdez en la SSP, y trabajo en ello", palabras más, palabras menos, soltó el mando policial para el libro de la Fuerza Civil, el cual se quedó en bosquejo pues Javier Duarte de Ochoa también se robó el dinero de ese proyecto.

"MIS HIJOS, MIS HIJOS"

Detenido a inicios del febrero pasado, González Meza cayó en manos de un grupo especial de la Policí­a Ministerial mayormente integrado por mujeres.

Sabedoras de que se encontraba en el Caribe, con planes de establecer un nuevo negocio, las oficiales pasaron varios dí­as rondando la zona ataviadas como turistas.

Se olvidaron de sus armas y se enfundaron en ropa de paseantes para no llamar la atención y cazar al cazador.

El blanco estaba ubicado y cuando se preparaba a desalojar el local que estaba preparando para montar un bar, en sociedad con su pareja sentimental, le ejecutaron la orden de aprehensión.

"Mis hijos, por favor, no le hagan nada a mis hijos" gritaba González Meza al verse detenido y al escuchar el estruendo de las armas de las policí­as.

"Por favor, no le hagan nada a mis hijos" gritaba constantemente hasta que se percató que no eran delincuentes quienes se le acercaban, sino elementos de la Policí­a Ministerial ejecutándole orden de aprehensión por el delito de desaparición forzada, quince casos que se han logrado acreditar de poco más de 200 en donde hay plena seguridad de la actuación sistemática de la policí­a deteniendo y entregando personas al crimen organizado.

Aunque colectivos de búsqueda de familiares estiman que son más los casos cometidos en los sexenios de Javier Duarte de Ochoa y Fidel Herrera Beltrán, podrí­an ser hasta dos mil por el alto número de quienes no denunciaron.

Y lejos de la SSP, González Meza, todo poderoso en otros tiempos, ahora enfrenta cargos por los cuales podrí­a pasar hasta 45 años en prisión. Se trata del primer caso en donde un gobierno encarcela a mando de la policí­a por desaparecer personas en base a las nuevas legislaciones para combatir esta práctica propia de dictadura.


1 comentario(s)

05 Mar, 2018 - 18:34
Eselente captura así deben aUtar los mando de alto grango a ser cumplir la ley y uno quede impune que viene otro,mandato,y llano promueve nada llosi, estoy de acuerdo hotro gobernador por elmimo partido y llaseque. a si

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