Todos los duartistas que han sido detenidos por el gobierno de Miguel íngel Yunes Linares tienen algo en común, fueron ubicados y arrestados por un hombre al mando del grupo especial para ponerlos tras las rejas: íngel Rodrigo Serrano Cabrera, El Potro.

El actual delegado de la Policí­a Ministerial en Coatzacoalcos, puso tras las rejas a todos los ex colaboradores de Javier Duarte de Ochoa que están siendo investigados y juzgados por el nuevo gobierno, al ser una de las promesas de Yunes Linares en campaña.

La última gran detención que se anotó en su hoja profesional, la del ex director de la Fuerza Civil, Roberto González Pérez, y casi 20 elementos de la Policí­a que se encontraban en activo.

Y el mismo dí­a, el equipo de ministeriales que coordina en el sur, dieron con la ubicación de Rafael Carmona Lara, inculpado de haber dado muerte a un menor de edad en Chinameca.

Carmona Lara estuvo a salto de mata durante más de un año, y a unos meses de cumplirse dos años de su delito, resultó arrestado y presentado ante un juez por elementos de la Ministerial bajo el mando del delegado en Coatzacoalcos.

Esta detención le ganó la felicitación de la familia del menor asesinado, la que se dio en primer lugar a su jefe, el fiscal Jorge Wí­nckler Ortiz.

En el evento para dar con González Meza se tuvo que poner en marcha un gran dispositivo de seguridad, y se contó con la participación de profesionales de la Fiscalí­a General del Estado que dieron con el paradero del ex policí­a.

Allá se encontraba en el Caribe Mexicano disfrutando de una nueva vida.

A lado de su pareja y su familia pensaba ya en montar un negocio con el cual pasar desapercibido y dejar atrás todo lo ocurrido en Veracruz, y olvidar también a su exjefe y amigo, Arturo Bermúdez.

En esas andaba Meza González cuando fue ubicado por el personal de la Fiscalí­a, con la preparación que tení­a, ex miembro de las fuerzas especiales del ejército mexicano, cursos en el extranjero sobre toda clase de acciones insurgencia, el ex funcionario duartista se antojaba como el más duro de los blancos, pero quedó cercado, y momentos después, tras respetarle sus derechos, embarcado al estado de Veracruz para que rindiera cuenta de sus actos como servidor público.

NEMI LO HACE CORRER

"Te felicito, porque lograste capturarme" habrí­a dicho el ex secretario de Salud con Javier Duarte a El Potro momentos después de que lo bajó de la camioneta de lujo en la que se habí­a dado a la fuga por calles de Puebla.

Nemi Dib dio la felicitación al jefe de la policí­a no por nada, trascendió entre su familia que para poder mantenerse lejos de la justicia, contó con el apoyo de especialistas israelitas que le dieron los conocimientos básicos para montar una estrategia de escape al puro estilo de Joaquí­n Guzmán, El Chapo.

Así­, periódicamente, Nemi Dib cambiaba de teléfono celular, de casa y de ciudad y siempre usaba camionetas de motor potente para lograr escapar de ser necesario.

Ese 23 de diciembre en que lo detuvieron, Nemi cometió una serie de errores que lo dejaron al descubierto, lo que no le impidió escapar en su camioneta incluso intentando atropellar al personal de la policí­a que le daba seguimiento.

Durante más de 20 minutos personal de la Policí­a Ministerial persiguió al exconductor televisivo hasta apresarle y someterlo; ya dado no le quedó de otra más que felicitar a los oficiales.

LUIS íNGEL LO CONGELÓ

Al buscar en internet el nombre de íngel Rodrigo Serrano Cabrera, surgen numerosas referencias, la mayorí­a descalificando su trabajo y relacionándolo con la delincuencia.

Sin embargo, ninguna de las notas expuestas en la red lleva el nombre de algún periodista. Van como redacción o en portales de internet donde se acostumbra ventilar toda clase de información sin sustento ni fuentes.

Notas alimentadas con anónimos enviados desde los sótanos más oscuros en la fiscalí­a que durante años no vio la fosa de Colinas de Santa Fe, ni las atrocidades cometidas por los oficiales fieles de Arturo Bermúdez y que resultó omisa ante el saqueo duartista y las violaciones sistemáticas a los derechos humanos.

Los señalamientos datan desde el periodo de Luis íngel Bravo Contreras como fiscal general. En ese tiempo, desde la Fiscalí­a se comentó que lejos de investigarlo y someterlo a pruebas de confianza, El Potro fue congelado en una oficina burocrática.

Tiempo después que se practicaron las pruebas de confianza que salieron negativas, pero El Potro siguió en la congeladora, y los anónimos de supuestos policí­as ministeriales cansados de sus abusos, pararon.

En mayo del 2016 logró retomar su carrera como policí­a investigador, y dio con guarida de uno de los blancos más buscados por el agonizante gobierno de Javier Duarte de Ochoa, el de Enrique Capitane Marí­n, alias "El Porky", quien con otros chicos de la alta sociedad veracruzana habrí­an abusado de una menor de edad en el puerto jarocho.

Así­, el policí­a que detiene Capitane Marí­n es El Potro y el abogado que llevaba la defensa de la ví­ctima, Jorge Wí­nckler, y ahora son jefe y subordinado.

Desde que tomó protesta como fiscal general, Winckler le ha confiado los asuntos más relevantes de la fiscalí­a, haciendo todo lo contrario que Luis íngel Bravo, y en cada uno, se han dado los resultados.

Acudió incluso a la detención de Gina Domí­nguez Colio, la poderosa vocera del Duartismo quien está tras las rejas porque presuntamente se robó el dinero de los veracruzanos.

Algunos testigos de esa detención aseguran que Gina Domí­nguez lanzó amenazas contra los oficiales que sólo cumplí­an con su deber.

"No saben con quien se meten, tengo muchos contactos en medios de comunicación de la ciudad de México y los voy a atacar y perderán sus empleos", vociferaba la otrora poderosa Juana de Arco.

Pero pese a las amenazas, siguió ejecutando ordenes de aprehensión, como la de Arturo Bermúdez, una de las más complicadas, pues siempre se comentó extraoficialmente que el capitán tormenta no salí­a a la calle sin una guardia pretoriana de al menos 10 ex elementos de la Fuerzas Armadas que le serví­an como escolta personal, pero que no le sirvieron de nada el dí­a de su detención en Pacho Viejo.

También le tocó dar con Pascual Lagunes Ochoa, el lí­der charro de Tamsa que siempre andaba armado con una pistola calibre .38 súper; y al exdirector de penales de Bermúdez, Óscar Sánchez Tirado, acusado de haber ordenado la desaparición forzada de un rival de amores.