Si ella dice que los partidos anteriores la desencantaron, entonces, corre el riesgo de volverse mesiánica.
Si dice que las elites polí­ticas la defraudaron significa que cuando pidió más y más y se lo negaron desertó.
Si dice que es una demócrata, está difí­cil de creer.
Si argumenta que se fue de otros partidos en nombre de su dignidad, hí­jole, ¡cuánto trabajo creer!
Si dice que es una guerrera de la polí­tica, la historia demuestra que los guerreros se mantienen fieles y leales a su pensamiento.
Si dice que desertó del PRI y Panal “con tristeza, pero también con esperanza”, caray, denle un pañuelo para sacar las lágrimas.
Si dice que su penúltimo partido, el Panal, “está secuestrado por intereses del gobierno” azul de Veracruz, es tiempo de pegar al negro.
Si proclama que es “leal a sus convicciones polí­ticas y ahora es leal a AMLO”… que alguien le otorgue la medalla “Adolfo Ruiz Cortines” o “Belisario Domí­nguez”, aquel senador de la república a quien el general Victoriano Huerta, el asesino de Francisco I. Madero y José Marí­a Pino Suárez, ordenara cortar la lengua para que dejara de fustigarlo en el Congreso d la Unión.
A los ojos de Giovanni Sartori, Jacqueline Garcí­a es una tránsfuga.

DOS. Biografí­a de una renegada

Nacida en Orizaba en 1974, la tierra de las hermanas guerrilleras (ellas sí­), Norma y Gloria Arenas Ajis, del Ejército Popular Revolucionario, y la tierra del fans de Porfirio Dí­az Mori, Juan Manuel Diez, soltera, licenciada en Relaciones Internacionales de la UNAM, Jacqueline fue priista.
En el partido tricolor desempeñó, entre otros, los siguientes cargos:
Candidata a diputada federal en el año 2012.
Coordinadora de las mujeres rojas con Eruviel ívila, candidato a gobernador en el estado de México y fallido aspirante presidencial.
Coordinadora de las priistas con Francisco Labastida Ochoa, fallido candidato presidencial.
Y consejera nacional del PRI.
Un dí­a descubrió lí­mites en el PRI y migró al Panal, el partido fundado por la profe Elba Esther Gordillo, la polí­tica presa de Enrique Peña Nieto.
En el Panal fue diputada local por el distrito de Orizaba.
Y su padrino, Eduardo Carreón Muñoz la nombró coordinadora de la bancada panalista.
Y de su peregrinaje legislativo habla el huracán Earl pegando a Veracruz.
Entonces, estaba en Washington y desde Estados Unidos, fashion al fin, envió saluditos a los damnificados ví­a tuiter.
Y es que en el Congreso local se convirtió en la faltista número uno “asegún” por sus viajes al extranjero.
Diputada local, formó parte de la Comisión de Migrantes, un sector tan agraviado que el sacerdote José Alejandro Solalinde Guerra, director fundador del refugio “Los hermanos en el camino”, con sede en Ixtepec, aseguró que Veracruz “era el cementerio más largo y extenso de migrantes en el paí­s.
Incluso, Fidel Herrera Beltrán ordenó, como gobernador, a tres diputadas locales lanzarse a la yugular de Solalinde.
De Orizaba, pues, para el mundo, digamos, como Cri-cri, el grillito cantor.
Incluso, los quisquillosos la señalaron de desví­o de recursos, una acusación que nunca, oh paradoja, procedió.
Ahora, desencantada del Panal, se fue con AMLO, quien abrió las puertas de MORENA a los priistas, a los panistas, a los perredistas y a los panalistas y a todos los que deseen sumarse a su proyecto polí­tico para entrar juntos a Los Pinos.

TRES. A los pies de “El peje”

El dí­a cuando renunció al Panal, el nieto de Elba Esther Gordillo, René Fujiwara, estuvo a su lado.
El nieto que por dedazo llegó al Congreso de la Unión.
Y el nieto que por órdenes de la abuela ahora está, igual que otros elbistas fieles y leales, con AMLO.
Antes, era Panal partido polí­tico independiente, ahora, a los pies de “El peje”.
Según ella, se fue de tal partido con 210 mil habitantes de Veracruz que votarán por AMLO el primero de julio.
Más los 250 mil del PT en Veracruz.
Más los 300 mil del PES, el partido dirigido por el ex priista Gonzalo Guí­zar Valladares, quien también se fue del tricolor luego de usufructuar la diputación federal.
Así­, con los 710 mil votos seguros, más los sufragios de MORENA, AMLO ya tiene ultra contra súper amarrada la presidencia de la república.
Y Jacqueline Garcí­a Hernández, trepada en las valencias del equipo del tabasqueño y/o de Cuitláhuac Garcí­a, el inminente candidato al trono imperial y faraónico.

CUATRO. Nueva redentora social

Tan í­ntegra es Jacqueline que el dí­a cuando anunciara su nueva transfiguración camaleónica se detuvo un instante para rechazar que se iba por un berrinche, pues tení­a en la mano “la certeza de la primera plurinominal federal”.
Y por añadidura, se fue por sus principios, sus valores, sus normas éticas, su congruencia polí­tica, y en ningún momento para buscar un cargo público, pues AMLO lo ha dicho con firmeza, “puestos en MORENA”… sólo de picadas y gordas.
El discurso, entonces, de la ex diputada local, bien calculado.
Y es que tal es el perfil que AMLO busca para que un polí­tico pueda treparse a su arca de Noé.
El millón de indí­genas y los dos millones de campesinos y los tres millones de obreros se han salvado.
Jacqueline es la nueva redentora social.
Sebastián Reyes, Eva Felí­citas Cadena, Mí­riam Judith González Sheridan, Regina Vázquez Saut, Basilio Picazo, Ricardo Garcí­a Guzmán, Ricardo Ahued Bardahuil y Jacqueline, claro, y entre otros, anunciando un nuevo dí­a, una nueva aurora, en el destino común de Veracruz y del paí­s.
Todos, a la reconquista del paraí­so perdido.
Y a diferencia de Diógenes, ninguna lámpara necesitarán. Su fe los ha salvado. AMLO es la nueva constelación. Todos juntos, en el mismo costalito, “haciendo historia”.
El mesí­as ha nacido.
¡Vayamos al Belem del siglo XXI en el Golfo de México!
¡Vamos a Tabasco… que Tabasco, dice la canción, es un Edén!
El padre Adán, AMLO, nos espera.