En una marcha un sicario, digamos, arrepentido, se acercó a ellas y les entregó el dibujo de un mapa, hecho a mano, de forma rústica, y era el panteón particular que los carteles y cartelitos y policí­as de la secretarí­a de Seguridad Pública, cuando Arturo Bermúdez Zurita era titular, conocido ahora como “Colinas de Santa Fe”.
Unas colinas declaradas la fosa clandestina más grande de América Latina, porque además registra delitos de lesa humanidad, aquellos donde los polí­ticos y los policí­as polí­ticos y los polí­ticos policí­as y los policí­as a secas suelen aliarse con los malandros.
En el Duartazgo, tanto el gobernador como los Fiscales (Felipe Amadeo Flores Espinoza y Luis íngel Bravo Contreras) las menospreciaron.
En el yunazgo, el Fiscal Jorge Wí­nckler, y su Niño Pí­pila, Eduardo Coronel junior, las han tratado con desdén.
Incluso, en el camino han buscado someterlas.
Ahora, la vocera del Solecito, doña Lucí­a, está en la mira, todo indica, de “una mano que mece la cuna”.
Y la mece… para el descrédito y el desprestigio y la deshonra.
Una señora del Solecito, oh maravillas del mundo truculento, sórdido, sombrí­o y siniestro, la acusa de que desvió recursos públicos.
Ajá.
Doña Lucí­a fue en el duartazgo y de igual manera ahora una crí­tica cuyo único delito es reclamar al Estado que cumpla con el Estado de Derecho.
Y por eso, y como dicen las madres del Solecito, la infamia en su contra.

HISTORIA DE UNA EMBOSCADA

Nunca, jamás, la vocera del Solecito cayó endulzada con las mieles azules.
En campaña electoral del año 2016, por ejemplo, el candidato aliancista del PAN y PRD a gobernador convocó a una cumbre estelar en Coatzacoalcos para que las ONG de desaparecidos viajaran de un extremo a otro de Veracruz.
Buscaba Miguel íngel Yunes Linares ganar simpatí­as, ganar tiempo, ganar votos en las urnas.
En el primer mes de su mandato constitucional logró que la LXIV Legislatura entregara la medallita “Adolfo Ruiz Cortines” (para tantas cosas que sirve) a los Solecitos y Colectivos.
Después, nombró a un Fiscal de Desaparecidos en Eduardo Coronel junior, famoso en el mundo porque como en los mejores tiempos de Augusto Pinochet en Chile y Jorge Videla en Argentina (en total, cincuenta mil desaparecidos) preguntó a las ONG: “¿Cuál prisa… si los desaparecidos… desaparecidos están?”.
Luego, algunos diputados locales empezaron a rafaguearla porque a diferencia de otros, el Solecito se mantení­a firme en su filosofí­a y razón de vida, como es seguir buscando a sus hijos, vivos o muertos.
En el camino, se lanzaron a vender fritangas en el carnaval y en la playa en Semana Santa para avenirse de recursos con que seguir buscando a sus hijos en los campos de la muerte.
Y como trece meses y veinte dí­as después nadie del gobierno azul las ha doblado, entonces, la provocación.
Y la provocación en una señora, claro, lógico, obvio, del Solecito, acusando a la señora Dí­az Genao de desví­o de recursos.
Un dí­a, y luego de tanta difamación y calumnia, doña Lucí­a y su acusadora coincidieron en una cumbre estelar en la Fiscalí­a de Xalapa, la otra señora insistió en su blasfemia y la vocera del Solecito le zampó una cachetada.
La señora Martha Isla habrí­a, digamos, logrado el objetivo. La emboscada funcionando.
Y de inmediato, la denuncia penal.
Y luego luego, la Fiscalí­a, a botepronto.
Lo dijeron así­ las madres del Solecito en un comunicado:
“La señora Martha Isla la amenazó con palabras soeces. Doña Lucí­a es humana, pací­fica y valiente y responde con firmeza a un insulto”.

DIVIDE Y VENCERíS

La Fiscalí­a logró su objetivo ramplón y barato de la polí­tica a la vieja usanza como es dividir a las partes.
Así­, podrá continuar con la única razón de Jorge Wí­nckler como es seguir acreditando una Fiscalí­a del resentimiento, del odio y la venganza encarcelando a más duartistas acusados de pillos y ladrones.
Y al mismo tiempo, oh paradoja, en tanto a unos enví­a al penal de Pacho Viejo, a otros les ofrece y garantiza impunidad (Érick Lagos, Jorge Carvallo, Adolfo Mota, Édgar Spinoso, Vicente Bení­tez y Juan Manuel del Castillo, entre otros) a cambio, se derivarí­a, más que de devolver el dinero robado, de más pruebas en contra de Javier Duarte y Karime Mací­as, y si se puede, contra Fidel Herrera Beltrán.
En tanto, y ante el principio de Peter de la secretarí­a de Seguridad Pública, Veracruz, un rí­o de sangre y un valle de la muerte.
Y de ñapa, tan ocupado que está el Fiscal y su gente persiguiendo a duartistas pillos, la impunidad en tantos pendientes, uno de ellos, la búsqueda frenética de sus hijos, vivos o muertos, del Solecito y Colectivos.
En el juego y rejuego, el gobernador Yunes soñando con heredar la silla embrujada del palacio a su hijo.