UNO. Con billete se ganan comicios

El politólogo Ramón Bení­tez mira el siguiente escenario de cara a las cinco elecciones del primero de julio del año que corre:
A: El PRI sólo ganarí­a la gubernatura y las diputaciones locales y federales y la presidencia de la república con su estructura electoral que está fuera de duda y con la compra del voto, la mismita táctica que le ha resultado desde el siglo pasado cuando los partidos polí­ticos opositores cobraran fuerza.
Sin el billete de por medio, el tricolor está condenado a la derrota anunciada, dice.
Y más, porque desde el tiempo histórico los priistas se acostumbraron a operar con el dinero por delante.
B: El PAN sólo ganarí­a con el golpeteo feroz y acérrimo a Andrés Manuel López Obrador, AMLO, quien se conserva como puntero en la tendencia electoral.
En contraparte, Cuitláhuac Garcí­a Jiménez, el pre/candidato a gobernador de MORENA, se ha trepado en las valencianas de “El peje”.
Y el PAN habrá de multiplicar el bombardeo en contra del “Cui”.
Pero el partido azul también posibilitará su triunfo en las urnas con la compra del voto y que hará, como en otras elecciones, tres dí­as antes. Incluso, el mismo dí­a.

DOS. AMLO ranchea…

C: MORENA, como el partido opositor al PRI, el PAN, el PRD y Movimiento Ciudadano, ninguna necesidad tiene de comprar votos.
Por el contrario, la denuncia sistemática de la compra de votos le permite repuntar más y cuajar en el ánimo ciudadano.
Por eso, una estrategia de AMLO es ranchear, como lo aplicó la semana anterior durante siete dí­as en Veracruz y como lo está haciendo está semana durante otros siete dí­as.
La primera ocasión, en el centro y en el norte, y ahora, en el centro y en el sur, su bastión, donde en la elección municipal ganó Coatzacoalcos, Minatitlán, Xalapa y Poza Rica, cuatro Ayuntamientos con suficiente capacidad económica.
Más todaví­a:
La mí­stica y el apostolado de los militantes de MORENA alcanzan dimensiones perrunas, pues el dí­a de la elección se aposenta en las casillas y ante las urnas desde las cinco de la mañana para vigilar con pasión la transparencia, vaya a ser que el PRI o el PAN embaracen las urnas antes de ser abiertas a la votación.

TRES. Yunes tienta a la oposición

La disputa electoral por ganar las cinco elecciones, sobre todo, la gubernatura, ha llevado al PAN a una estrategia que tanto MORENA y el PRI han descuidado.
Los operadores yunistas han tentado y siguen tentando a los militantes, incluso, a las elites, de los partidos opositores.
Por ejemplo, tres diputados locales de MORENA ya están en sus filas, a saber, Sebastián Reyes, Miriam Judith González Sheridan (haciendo el doble juego, tipo Mata Hari, a través del Panal) y Eva Cadena (esperando el momento para el zarpazo).
Y el número de priistas desertores mudados como panistas resulta impresionante, entre ellos, los siguientes:
José Luis Enrí­quez ímbell (quien fue secretario particular del filósofo Enrique Ampudia Mello, examigo, ajá, de Miguel íngel Yunes Linares), Regina Vázquez Saut, Basilio Picazo y Rodrigo Garcí­a Escalante, los cuatro, por cierto, diputados locales.
También, el duartista y diputado local, Vicente Bení­tez.
El alcalde de San Andrés Tuxtla, Octavio Pérez Garay.
Jorge González Azamar, el presidente municipal récord Guinness, y quien, por cierto, es el padre de los camaleones polí­ticos.
Marcos Theurel Cotero, ex alcalde de Coatzacoalcos y ex secretario de Comunicaciones en el Fidelato, ex socio de Marcelo Montiel Montiel, dos veces presidente municipal y dos veces diputado local y ex secretario y delegado federal de la SEDESOL.
Y de ñapa, el duartista Eduardo Sánchez Mací­as, quien atrás de su sueño polí­tico y su utopí­a social ha caminado en el PRI, el Panal, el PVEM, el PES y ahora el PAN.
Tal es la otra estrategia yunista para quedarse con la gubernatura de seis años y con lo que piensa noquear a sus enemigos partidistas el primero de julio.

CUATRO. La llave del cielo…

De acuerdo con las versiones, otro operativo yunista está en el nombramiento de los tesoreros municipales en la mayorí­a de los setenta Ayuntamientos donde el PAN ganó la posición edilicia.
En muchos casos, se afirma, los tesoreros son gente foránea, sin ninguna liga con la población, incluso, con el alcalde.
Sea estrategia para oxigenar y transparentar el manejo del gasto público, los quisquillosos la miran como un operativo de cara a las elecciones.
El politólogo italiano, Giovanni Sartori lo decí­a así­:
En polí­tica gana el que tiene el dinero.
Carlos Hank González, el gurú del grupo Atlacomulco de Enrique Peña Nieto, lo filosofaba de la siguiente manera:
En polí­tica, quien tiene la estrategia electoral y el billete… gana la elección y tiene en sus manos la llave del cielo.

CINCO. Gladiadores electorales en la cancha

Andrés Manuel López Obrador, AMLO, ha dicho que en Veracruz hay una tendencia monárquica para heredar el poder y que ni siquiera, vaya, se dio con los hermanos Moreira en Coahuila, pues Rubén dejó pasar un sexenio para distanciarse de su hermano Humberto en la gubernatura.
Y en tanto Miguel íngel Yunes Márquez, el pre/candidato del PRI, PRD y Movimiento Ciudadano ha dicho que tiene sus méritos, y en todo caso, está jugando en la cancha, la elección será ganada por el candidato que convenza a una población electoral que como dice el presidente del CDE del PRI, Américo Zúñiga Martí­nez, está enojada, “porque nunca habí­amos visto tanta violencia en las calles, las colonias, las rancherí­as y las congregaciones”.
La disputa es por las urnas.
Y allá cada partido y cada candidato que se “deje comer el mandado”.
Los gladiadores electorales están en la cancha.