emocional, el trauma, los sueños infantiles mudados en pesadilla a la mitad de la noche, un cadáver flotando.
En Chile, la memoria infantil dañada por la dictadura, y en Veracruz, por los malandros, bandas y banditas, carteles y cartelitos, la llamada delincuencia organizada y común.

LUNES
Niños masacrados

Hubo un tiempo, en el duartazgo, cuando en un montón de escuelas los maestros en la primaria enseñaban a los niños a enfrentar la muerte y a librar los tiros en un fuego cruzado.
Ahora, y doce meses después del gobierno azul, cuatro niños (de 3, 4, 6 y 7 años) masacrados en una colonia popular de Coatzacoalcos.
Y el niño ejecutado en Tantoyuca, al lado de su maestra.
Y la niña asesinada de un tiro en una plaza comercial de Córdoba.
Hechos que se volvieron noticias y noticas que escucharon los niños en la televisión, alternando quizá con una pelí­cula de horror y terror, un simple filme cinematográfico, por ejemplo, de Vlad y su familia de vampiros humanos.
Además, los dí­as y las noches, con el ulular de las patrullas policiacas corriendo a la muerte, los asaltos y los robos, los muertes flotando en los rí­os, y tirados entre los cañaverales y arrojados a pozos artesianos de agua dados de baja, trauman por completo a los niños.
“Los niños no entendí­amos bien lo que ocurrí­a, pero nuestra vida se organizaba en torno al toque de queda” dice Nona Fernández, la escritora chilena autora del libro “La dimensión desconocida”.
“No escribo para que el lector pase un buen rato” ha dicho.

MARTES
Terrible daño emocional

Hay en Veracruz regiones geográficas donde “el horror convive con la vida diaria”.
Por ejemplo:
Las decenas, cientos de hogares con un hijo, un primo, un tí­o, un pariente, un compadre, un vecino, un conocido asesinado y con lo que el peor daño emocional, sentimental, sicológico, siquiátrico y neurológico recae sobre los niños.
Los niños de la escuela primaria en adelante platican ahora sobre la violencia.
El tiroteo de la tarde o la noche anterior.
El vecino ejecutado que fue velado en el barrio.
La familia que de plano ya emigró de Veracruz.
El Estado de Sitio predominante en muchas, muchí­simas regiones.
Los cadáveres decapitados y descuartizados tirados en la ví­a pública, vistos por unos niños “en el lugar de los hechos” y mirados en el noticiero de la noche y en el periódico del dí­a siguiente.
Los cuerpos embolsados.
Los secuestros y los desaparecidos.
Las narco/carturlinas.
Las caminatas de protestas de las madres de los desaparecidos.
Las policí­as patrullando los pueblos y ciudades y lo que, claro, les resulta anormal en su tierna infancia.
Las fosas clandestinas, nunca antes, jamás, sospechadas.
Es el paisaje urbano y rural que los niños de Veracruz están mirando…, en vez de que, por ejemplo, en las noches les lean un cuento fantástico que exalte su imaginación para soñar lo imposible (que posible pude volverse) como recomendaba Fidel Castro al triunfo de la revolución cubana.

MIÉRCOLES
Los hijos de los narcos

A nadie se juzga, pero… ¿y en dónde quedan y qué papel tienen los hijos de los sicarios y de los malandros y de los jefes y subjefes narcos?
Un dí­a, de pronto, hay un ajuste de cuentas entre los malosos y arrasan con la familia.
Y lo peor, en otras ocasiones sin que el jefe de familia, y menos, mucho menos, la familia, estén involucrados.
Fue el caso, por ejemplo, cuando en Paso de Ovejas, y en el duartazgo, y en el camino de Mata Mateo a Cantarranas, fusilaran a una familia completo, los padres y tres hijos, más un bebé en manos de la madre y otro bebé en el vientre, y lo que fuera público y notorio para el conocimiento de los niños.
Y nunca, jamás, desde entonces, la banda detenida, menos ahora cuando han transcurrido varios meses y cuando nuevos pendientes sociales tanta de seguridad como de procuración de la justicia se cruzan y entre cruzan.

JUEVES
Soñar con cadáveres

En Chile y otros paí­ses de América Latina fueron las dictaduras. Y en México, y por añadidura, en Veracruz, son los carteles y cartelitos.
Pero todo indica, el horror y el terror, la incertidumbre y la zozobra, el miedo “y el miedo al miedo”, es una pesadilla.
Un sicólogo describirí­a, por ejemplo, el daño a las neuronas y al corazón y a la imaginación de un niño que, de pronto, zas, descubre un cadáver flotando en el rí­o Blanco o en el rí­o Papaloapan.
Un cadáver destazado en medio del cañaveral.
Un cuerpo decapitado tirado en la ví­a pública.
Y más, en el tiempo del Internet y las redes sociales cuando los niños pueden tomar la foto y enviarla a los amigos y colegas de la escuela o del barrio o de la vecindad.
Ninguna autoridad se ha detenido en el impacto sicológicos a los niños con tanta violencia en los dí­as y noches que se viven.
Niños, incluso, que suelen despertar sobresaltados a la mitad de la noche porque están soñando con cadáveres.
Es el Veracruz que hemos creado para la población infantil.

VIERNES
Noche fatí­dica para los niños

Por eso, desencanta el ring polí­tico, social y policiaco en que están metidos los polí­ticos.
El gobernador Yunes. Amenaza expresa y manifiesta a los alcaldes electos de MORENA con suspender el servicio si se niegan a firmar convenio para crear policí­as municipales.
El presidente municipal electo de Xalapa, Hipólito Rodrí­guez, precisando que si se abstuvo de participar en Cumbre de Seguridad fue por una cirugí­a y la convalecencia.
El futuro alcalde de Minatitlán, Nicolás Reyes Márquez, advirtiendo la insuficiente de recursos para costear la corporación.
El alcalde de Coatzacoalcos, Ví­ctor Manuel Carranza Rosaldo, llamando irresponsable a Miguel íngel Yunes Linares.
El alcalde electo de Poza Rica, Francisco Javier Velázquez, rechazando que la MORENA de AMLO esté bloqueando la firma del convenio.
El coordinador de MORENA en Veracruz, Manuel Huerta Ladrón de Guevara, diciendo que Yunes “está estresado y emberrinchado” y por eso la amenaza a los ediles de “El peje” (La Jornada Veracruz, lunes 11 de octubre, 2017).
El ultimátum del gobierno azul a los alcaldes de MORENA vencerá el 31 de diciembre, y de incumplirse el convenio, el cuarteto de ciudades bastiones de AMLO en Veracruz amanecerán sin policí­as.
Y los niños y las mujeres y los ancianos, expuestos a noche fatí­dica en que los vací­os sociales y policiacos serán cubiertos por los malandros.