Autónoma de Querétaro, donde cursó la carrera de abogado y por la Universidad Del Valle de México, donde estudió una maestrí­a en derecho fiscal; estudios que le han permitido tener un lugar destacado dentro de su partido, toda vez que fue galardonado con mención honorí­fica para obtener el tí­tulo de abogado y promovido por Gustavo Madero, quien fuera también presidente nacional del PAN, dolido por la traición de Ricardo Anaya, después de que le aplicó la máxima “ quí­tate tu, para ponerme yo”, pues habiendo sido encargado del despacho por la voluntad de Madero, Anaya generó las condiciones para quedarse en lugar de su protector y desarticular los principales grupos formados dentro del Partido Acción Nacional, provenientes: el primero de lo más recalcitrante de la ultraderecha blanquiazul; el segundo formado por ex colaboradores del ex presidente Vicente Fox; y el tercero conformado por ex colaboradores del ex presidente Felipe de Jesús Calderón Hinojosa.

Ricardo Anaya Cortés, ya se ve así­ mismo, ocupando la principal silla de los Pinos y del Palacio Nacional, y por su juventud y ambición desmedida, da por hecho que ganará la presidencia de la república y tendrá toda la fuerza para modificar la Constitución Polí­tica de los Estados Unidos Mexicanos y establecer La Reelección presidencial; tal como lo hizo en 1880 el General Manuel González, para allanar el camino a su compadre el General Porfirio Dí­az, quien regresarí­a a la presidencia de la república, para ya no abandonar el cargo hasta su salida en 1911, ante la revuelta iniciada por Francisco I. Madero, en demanda del “Sufragio Efectivo. No Reelección”. Ricardo Anaya Cortes a los 21 años de edad, fue Diputado Local por el distrito XIV de Querétaro y de ahí­ se desempeñó como secretario particular del Gobernador de su estado, habiéndose desempeñado también como Coordinador del Grupo Parlamentario del PAN, cuando formó parte de la LVI Legislatura local, lo que le permitió generar las condiciones para alcanzar la presidencia estatal de su partido y vincularse con el ex presidente Felipe de Jesús Calderon Hinojosa.

Una Diputación Federal estaba en su camino y Ricardo Anaya negoció una diputación Plurinominal Federal, ampliando su horizonte polí­tico al colgarse del grupo encabezado por Gustavo Madero Muñoz, quien en repetidas ocasiones ha manifestado su arrepentimiento por el crecimiento polí­tico que le dio a su pupilo Ricardo Anaya, pero más por la traición que sufrió del ahora precandidato presidencial del Frente Amplio Democrático. Caras Vemos, Corazones no Sabemos, y la habilidad con que Anaya ha logrado escalar una meteórica carrera polí­tica dentro de Acción Nacional, va acompañada de una habilidad insuperable para enriquecerse como muchos ex gobernadores del PRI y como otros tantos del PRD, que incluyen a la lí­der Alejandra Barrales Magdaleno, que de lí­der de azafatas de Mexicana de Aviación, saltó a la Asamblea de Representantes del Distrito Federal, después a una diputación y al Senado del Honorable Congreso de la Unión, para enquistarse como lí­der y presidenta del Partido de la Revolución Democrática, liderazgo al que acaba de renunciar por orden del

Tribunal Federal Electoral, pues existe una contraposición de su liderazgo con el escaño del Senado; pero mas que nada porque Alejandra Barrales vio desvanecerse entre la polvareda de los edificios caí­dos el 19 de septiembre pasado las aspiraciones de su amigo í­ntimo el doctor Miguel íngel Mancera, quien como el perro de las dos tortas se quedó sin candidatura a la Presidencia de la República y sin liderazgo de su partido el PRD, aunque reniegue de su militancia y argumente su falta de credencial en el padrón de afiliados del sol azteca.

Del Frente Amplio Democrático, surgirán hombres claves para el desempeño de cargos públicos en el nuevo gobierno que se definirá en la elección del 1º de julio de 2018. Por ejemplo está por definirse si el presidente de Movimiento Ciudadano, va a la candidatura del frente para buscar el Gobierno de la Ciudad de México o se apunta como candidato del frente para buscar nuevamente ser Gobernador del estado de Veracruz, donde su desempeño por 4 años en que cubrió la ausencia de don Fernando Gutierrez Barrios, dejó mucho que desear y sea por venganza polí­tica o por falta de orden, transparencia y rendición de cuentas de su cuatrienio, fue encarcelado en tiempos de Patricio Chirinos Calero, al mismo tiempo en que Gutierrez Barrios fue renunciado de la Secretarí­a de Gobernación durante el mandato de Salinas de Gortari; Gutierrez Barrios después de haber limpiado el camino con el encarcelamiento de Joaquin Hernández Galicia “La Quina” poderosí­simo lí­der petrolero radicado en Ciudad Madero Tamaulipas; así­ como después de haber logrado la renuncia del profesor Carlos Jonguitud Barrios, poderosí­simo lí­der del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, para consolidar el gobierno de don Carlos Salinas, su operador polí­tico don Fernando Gutierrez Barrios, fue cesado de Gobernación y correspondió a Elba Esther Gordillo Morales, ocupar el cargo que dejó vacante su mentor el profesor Jonguitud, modificando el panorama polí­tico nacional, que quedó libre para que el ex presidente Salinas pudiera consolidar su gobierno, después de los dudosos resultados electorales que le dieron el triunfo, gracias a la caí­da del sistema de conteo electoral, en el que el ingeniero Cárdenas se acostó presidente y se despertó como en gran perdedor de esa contienda.

La maestra Elba Esther Gordillo, hábil, inteligente y ambiciosa, consolidó su liderazgo en el SNTE, pero como en polí­tica nada es eterno, hoy permanece encarcelada por desavenencias con el licenciado Emilio Chuayffet Chemor y con el gran Tlatoani, pues a la maestra como a todos los poderosos lí­deres que surgen de la noche a la mañana, se le olvidó que con la arbitrariedad que fue encumbrada como relevo de Jonguitud, con esa misma arbitrariedad fue destituida y encarcelada. De manera que si el lí­der de Movimiento Ciudadano amarra nuevamente candidatura para gobernador del estado, las posibilidades de los demás aspirantes, se verán reducidas para ganar la elección, puesto que no hay comunidad en el estado de Veracruz, en donde se ignore la figura del ex gobernador Dante Delgado y por otra parte, el cúmulo de experiencias y vivencias polí­ticas de Dante, son garantí­a de triunfo, desde luego, si no se presentan imponderables, de los que generalmente aparecen para cambiar los planes de los hombres que hacen de la polí­tica su profesión.